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La Ciencia del coronavirus

Efectos del cambio climático en la aparición de enfermedades emergentes

Las zoonosis son la manifestación de los efectos del cambio climático que están relacionados con la aparición de enfermedades emergentes. Una zoonosis es una enfermedad que se transmite entre animales y de animales a humanos. Es algo que en realidad es extremadamente raro, pero con el paso del tiempo estamos viendo cada vez más casos en nuestra sociedad. Pero, ¿a causa de qué? El cambio climático y todo lo que conlleva es una de las razones principales.

Por ejemplo, el incremento de la temperatura hace que se derritan grandes bloques de hielo y el permafrost, que albergan en su interior diversos virus, especialmente donde había enterrados cuerpos de animales o humanos. Estos virus están en estado latente, pero pasan a estar activos por la mayor temperatura y el derretimiento del terreno. Pero hay más, el agua descongelada puede inundar nuevos hábitats y ecosistemas, alterándolos y facilitando a los patógenos su propagación; tal es así, que algunos expertos predicen que futuras pandemias sean causadas por patógenos mortales de hace 2 o tres siglos pasados.

 

 

Otro de los motivos por el que el cambio climático puede favorecer la aparición de nuevas zoonosis es por la alteración en la migración de ciertas aves u otros animales migratorios, lo cual influye en la posibilidad de contacto con otras especies, entre ellos nosotros, los humanos. Ya se han producido casos, como en 1999 en la península de Malaca, Malasia, donde migraron grandes grupos de murciélagos de la fruta debido a la deforestación causada por incendios. Estos murciélagos portaban el virus Nipah, un virus desconocido hasta entonces, transmitiéndoselo a cerdos, que se lo pasaron a los ganaderos de la zona. La epidemia llegó a los 265 casos, con 105 muertes. Pero el virus no desapareció ahí, a lo largo de las dos últimas décadas se han reportado brotes en otras partes de Asia.

Mapa con los brotes conocidos del virus Nipah y Hendra detectados, así como la distribución de los murciélagos Pteropus.

El calentamiento global, provocado por el cambio climático, puede suponer en algunas especies de insectos portadores de virus un incremento en su esperanza de vida, actividad y población, que es lo que le ha pasado a la garrapata Hyalomma, transmisora de un virus del género Nairovirus, que provoca la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (una antropozoonosis en este caso). Su origen es Europa occidental, y ya se detectaron casos en España en la década pasada. Otro caso de antropozoonosis es el aumento de poblaciones de mosquitos Anopheles en el Amazonas debido a la deforestación provocada por incendios (provocados por el incremento de temperatura a su vez provocado por el cambio climático), unos mosquitos que transmiten la malaria.

Expansión de la garrapata Hyalomma por el mundo.

El cambio climático, junto con otras prácticas humanas, también contribuye a la extinción de especies animales y vegetales, lo que se denomina pérdida de biodiversidad. Esta biodiversidad actúa de barrera contra enfermedades que se encuentran en esos animales, por lo que una cada vez más baja biodiversidad puede contribuir a que ciertos patógenos busquen nuevos huéspedes a los que infectar para adaptarse.

Peores epidemias de zoonosis recientes.

Merece la pena mencionar también que no todo va de zoonosis, pues el cambio climático hace que las temperaturas en general sean más extremas, con inviernos más fríos y veranos mucho más calurosos, lo que puede causar resfriados más frecuentes o golpes de calor más habituales, que pueden llegar a causar la muerte, y de hecho lo están haciendo cada año que pasa más.

Bibliografía:

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