Un carnaval de cuento, por Mª Ángeles Úbeda
Érase una vez el colegio Juan de Austria donde los niños y sus maestros trabajaban todos los días del curso duramente para conseguir los objetivos marcados por la Lomce, igual que lo hacían en el bosque los siete enanitos de Blancanieves. Además ponían en práctica todo lo aprendido en el Día de la Paz sobre convivencia y compañerismo. Pero un buen día unos duendecillos encabezados por Campanilla les dijeron al oído que pronto sería carnaval. Los niños y sus maestros empezaron a soñar con fantásticas historias por la noche y decidieron hacerlas realidad. Se harían pasar cada uno de ellos por esos personajes de cuento que aparecían en sus sueños. Y aprovecharían el carnaval para derrochar imaginación. Y así llegó el día 5 de febrero en el que organizaron un estupendo carnaval de cuento. Los más pequeños se vistieron de personajes de los cuentos de Caperucita, La Sirenita y Alicia en el país de las Maravillas. Los demás de muchos personajes variados de montones de cuentos.
Todos se dirigieron al castillo del rey Tritón que había sido trasladado desde el fondo del mar hasta el pabellón de baloncesto del colegio. Sonaba música marchosa de carnaval que hacía que los pies se moviesen más rápidos y después se leyó un pregón que anunciaba que empezaba la fiesta.
Queridos niños y niñas,
queridos padres y profes...
Érase una vez un carnaval
el carnaval de los cuentos.
Esta vez nos disfrazamos
de personajes de cuento.
Nos harán abandonar,
la realidad cotidiana
que no nos deja soñar,
al ser dura y complicada.
Vivamos este momento
con alegría y con goce
que debajo del disfraz
ahora nadie nos conoce.
Aquel un príncipe era
y ahora nos parece rana,
que son así los hechizos
de las brujas que son malas...
Pero llegarán las hadas,
sueños de felicidad
pronto se harán realidad,
al tocar vuestros disfraces.
¡¡Fantasía hasta las 12!!
Y hasta que acabe el encanto…
Olvidaos de los problemas,
reine hoy el buen humor.
¡Qué no falte en esta fiesta:
Risa, música y color!
Y aquí termina el pregón
y la pregonera calla.
Disfrutad del carnaval.
La seriedad, "pa" mañana.
¡Feliz Carnaval!
¡VIVA EL CARNAVAL!
Pudieron ver un vídeo del carnaval del año anterior y, a continuación, Claudia y José Tomás, componentes del grupo musical Ángulo Muerto, interpretaron: "Cuéntame un cuento" (Celtas Cortos), donde hablaban de un rey que tenía tres hijas y las metió en tres botijas.. y del Ratoncito Pérez...
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
...
¡Qué nerviosos estaban todos los personajes! Llegó el momento soñado: el gran desfile. Y al ritmo de "Caperu Cha Cha", "Bajo el mar", "La canción de los peques", "Qué vivan los cuentos", "Hey, Hey Vicky". "Quiero ser como tú" y "I´m on my way" todos saludaron al público que los contemplaba.
Seguidamente los alumnos de Ed. Infantil bailaron "La vida es un carnaval", canción de Celia Cruz. Los alumnos de 6.º hicieron lo mismo con "El meneaito" y "Arriba, abajo", grandes éxitos de la Ed. Física del Juan de Austria, acompañados de su profe disfrazado de Fray Perico pero sin borrico. Después la murga "Cuentos y legumbres" compuesta por la maestra Conchi Blanco, con coreografía incluida, donde participaron todos los alumnos de Ed. Primaria.
Y todos juntos, niños y maestros, movieron el cuerpo al ritmo de "La mané" y "Soy una taza, una tetera". ¡Qué animación, qué alegría mostraban todos esos personajes de los cuentos! Se lo estaban pasando de lo lindo, todos mezclados, fuera del guion de su cuento. Pero pronto darían las 12 y el encantamiento llegaría a su fin. Había que aprovechar y disfrutar.
Si de una fábula se hubiera tratado ahora vendría la moraleja: "Los sueños siempre se pueden hacer realidad. Nunca hay que dejar de soñar."
A las 12 empezó a sonar "El chacachá del tren" que invitaba a todos los pasajeros a montarse en el tren para abandonar el palacio, se dirigían al patio del colegio. La carroza volvía a ser una calabaza. La música cesaba. Los invitados también se marchaban a sus rutinas, eso sí, contentos de haberse contagiado de tanto colorido y tanta imaginación.
Los niños y maestros del colegio Juan de Austria fueron felices y comieron sus bocadillos en el recreo... y colorín colorado, este carnaval se ha acabado.
Mª Ángeles Úbeda
