Cada vez resultan más necesarias las transfusiones de sangre, aunque, también hay que tener en cuenta, que cada vez está disminuyendo más el número de donantes. Esto sumado al temor de la población de ser contagiados por enfermedades a través de la sangre (como VIH, el virus del sida), y a motivos religiosos, ha hecho que los controles sean más lentos y rigurosos.

Por esto, se explica la necesidad de encontrar sucedáneos de la sangre. No obstante, tras varios años de investigaciones, todavía no se ha encontrado una alternativa que cumpla con todos los requisitos propuestos,¿por qué es tan difícil de conseguir?

Esto se debe a que en la sangre albergamos muchos tipos de compuestos, células, proteínas, nutrientes... casi incapaces de sustituir. También, hay que sumar las funciones de la sangre, como oxigenación, transporte de sustancias, eliminación de desechos, coagulación, etc, que se resumen en el siguiente cuadro:

La sangre de cada organismo es distinta, solo las podemos agrupar en compatibilidad. Los hematíes heredan ciertas características especiales que determinan el grupo sanguíneo. Esto agrupa cuatro grupos básicos de sangre, que se denominan: A, B, AB y O y a su vez el factor Rh positivo o negativo.

¿Qué tiene que cumplir una sustancia alternativa a la sangre?

Un buen sucedáneo para la sangre ha de cumplir un mínimo de requisitos; no puede ser una sustancia tóxica, que se transporte o fluya con dificultad y tampoco puede contagiar enfermedades. No puede ser rechazada por el organismo y tiene que servir para todos los grupos sanguíneos mencionados anteriormente. Tiene que permanecer en movimiento en el organismo hasta que este haya podido restaurar su propia sangre. Durante este proceso, el sucedáneo debería desempeñar las funciones de la sangre que hemos visto anteriormente y no causar ningún efecto secundario tras su eliminación posterior.

En el transcurso de estos años, han surgido dos enfoques. Uno se basa en la preparación de productos químicos y el segundo en la hemoglobina.

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Cabe destacar, las posiciones religiosas que rechazan las transfusiones o el intercambio de sangre durante la cirugía, otra causa más para seguir investigando sobre las transfusiones sin sangre, decenas de hospitales y centros clínicos del mundo, han establecido Programas de Medicina y Cirugía Sin Transfusión de Sangre (PMCSTS). En estos, los pacientes que rechazan las transfusiones de sangre por razones religiosas o de otro tipo, son derivados a aquellos hospitales, ganando de esta forma mucha experiencia en el uso de alternativas a la transfusión de sangre.
Al igual que estos centros de clase mundial, el Hospital Cínico de la Universidad de Chile ha desarrollado hace más de una década su propio PMCSTS.

 

Bibliografía:

http://www.desertregional.com/es

http://es.wikipedia.org/wiki/Sangre

http://www.revespcardiol.org/es/

http://aulavirtual2.educa.madrid.org/

 

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