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Visor

Lejía contra la dermatitis

¿Deberemos incluir la lejía en el botiquín, como si fuera un medicamento más? Pudiera ser así a raíz de unas investigaciones recientes que indican la utilidad de la lejía para tratar patologías inflamatorias de la piel.

Dermatitis en pacientes con cáncer tratados con radioterapia

Desde hace tiempo se sabía que soluciones de lejía muy diluída -0,005%- resultaban eficaces para complementar tratamientos para el eczema aunque se desconocía el mecanismo de acción. Muchas de estas afecciones de la piel tienen un componente inflamatorio: cuando la piel es dañada, los leucocitos acuden a la zona lesionada para proteger frente a una potencial infección. Un exceso de este mecanismo de defensa podría contribuir a producir estas dermatitis.

Asimismo, un efecto secundario indeseable de los tratamientos con radioterapia de pacientes con cáncer es una dermatits que muestra el aspecto de una quemadura solar, a veces tan dolorosa que lleva a suprimir el tratamiento. Los investigadores responsables de este estudio, un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford encabezados por Thomas H. Leung, se preguntaron si existiría alguna relación entre estos procesos inflamatorios y el potencial efecto protector de la lejía.

Los resultados de esta investigación han sido publicado en el Journal of Clinical Investigation (15 de noviembre)

El mecanismo de acción del hiplocorito o lejía (HOCl) parece ser el bloqueo de la acción de un factor proteico nuclear (NF-κB) responsable de la activación de genes implicados en la inflamación, el envejecimiento y la respuesta frente a la radiación, mediante la inhibición por oxidación de algunos aminoácidos de una proteína necesaria para la activación de NF-κB, que queda así inactivo, secuestrado en el citoplasma celular.

Anteriormente se pensaba que la lejía lograba estos efectos al actuar como agente antimicrobiano, elimando bacterias y virus de la piel, pero las concentraciones eran tan bajas que no justificaban estos resultados.

Para comprobarlo trataron queratinocitos humanos -células epidérmicas de la piel- con lejía a bajas concentraciones comprobando la inactivación de NF-κB durante unas 24h. Asimismo, tras empapar la piel de ratones con una solución diluida de lejía durante 30 minutos comprobaron que su piel era más resistente a los daños por radiación que aquellos que solo habían sido mojados con agua.


Cuando se estudiaron ratones sanos pero de edad avanzada, en los que se observa un incremento normalmente del factor NF-kB, se comprobó también que la solución de lejía tenía un efecto estimulante del crecimiento de la piel en grosor en ratones de edad avanzada, que adquiría temporalmente unas características juveniles: más gruesa y menos frágil.

Estas investigaciones abren una vía nueva y barata, de aplicación potencial de esta sustancia tan común en la limpieza doméstica para tratar estas enfermedades de la piel producidas por radiación, terapéutica (radioterapia) o solar,  por el envejecimiento o por otras causas, como las úlceras en diabéticos o en pacientes con larga permanencia en cama, que carece aparentemente de efectos secundarios notables.

Sin embargo es importante recordar algunas medidas de protección frente a la radiación solar:

Pese a lo anterior, conviene recordar que NO DEBEMOS APLICAR DIRECTAMENTE lejía sobre la piel, pues el resultado es el de una quemadura (quemadura química). Si se produjera deberemos lavar con abundante agua tal y como nos recomienda este vídeo de Cruz Roja

Para saber más