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Visor

El gran exterminador

Durante años se ha estado buscando una causa que explicara la mayor extinción jamás registrada: la extinción Permo-triásica, que acabó con el 95% de todos los seres vivos. ¿Se ha encontrado esta explicación en el cráter encontrado en la Antártida?

Huellas de un impacto aún mayor del que se supone que acabó en el Cretácico con los dinosaurios y otras especies, se ha encontrado bajo la capa de hielo de la Antártida, al sur de Australia. Se trata de un cráter de 450 km de diámetro que impactó hace 250 millones de años, según las investigaciones del profesor Ralph von Frese, de la Universidad Estatal de Ohio, en los Estados Unidos.

Cráter en la AntártidaHasta ahora, la teoría predominante para explicar esta gran extinción sería la de los cambios climáticos asociados a las grandes erupciones volcánicas de esa época, que crearon en Siberia depósitos de basalto mayores que toda Europa, y que, siendo los mayores acontecimientos volcánicos jamás registrados, coinciden aproximadamente con esa extinción. Estas erupciones originarían graves problemas de pérdida de luminosidad y de actividad fotosintética, lluvia ácida y un efecto invernadero intenso.

Comparado con el meteorito que causó el cráter de Chicxulub, en la península del Yucatán, que se cree sería el responsable de la extinción cretácica, el causante de este cráter antártico tendría un tamaño de 45-50 km de diámetro, 4 o 5 veces mayor que aquél.

 En la imagen de la izquierda, proporcionada por la Universidad Estatal de Ohio, se puede apreciar rodeado por un círculo la ubicación de este cráter.

Hace 100 millones de años, Australia se separó del supercontinente sur Gondwana y comenzó su deriva hacia le norte, empujado por la expansión desde una dorsal que arranca directemente de la zona de impacto, por lo que se postula que el impacto pudo haber contribuido a formar el rift o a acelerar su desarrollo. Los defensores de esta hipótesis indican que el impacto del meteorito podría dar cuenta de las erupciones siberianas.

Estudios gravimétricos y magnéticos han proporcionado los datos que sustentan este estudio, ya que perforar los casi 2 km de hielo resulta imposible, económicamente. Sin embargo, los escépticos reclaman que se date este terreno, para comprobar si su antigüedad se remonta a los 250 millones de años, y que se compruebe la existencia de rocas afectadas por un impacto que, sin duda, debió ser tan brutal que tuvo que dejar huella en las rocas del entorno.

 

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