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Ganadora Certamen literario 1ª categoría

SOCIEDAD

Me gritó. Yo, que estaba tumbada, alcé todavía más la voz. Intenté superarla. Ella seguía pisoteándome poco a poco, intentando hacerme caer, creyéndose superior a mí. Desde pequeña me inculcó unos cánones de belleza que yo me limité a ignorar. Me impuso gustos, cualidades, pensamientos… me hizo ver la realidad en la que vivimos. Nació muchísimo antes que yo, allá por el Imperio romano, o incluso antes. Ha estado destrozando vidas mientras ella disfrutaba de la suya. Crecí entre gente ignorante a la que enseñó mal. Me dijo que el hombre es superior a la mujer. También que el rosa es de niñas y el azul es de niños. Que no puedes amar a otra persona de tu mismo género. Que las mujeres cobramos menos. Que tenemos nosotras la culpa de los abusos y/o violaciones que sufrimos. Que el hombre puede hacer lo que quiera con nosotras. Que no podemos abortar. Que somos débiles. Que tenemos que ser femeninas. Que tenemos que llevar vestidos y pelo largo. Que no debemos decir groserías. Que los pezones están mal vistos, al igual que la menstruación. Que todas debemos tener hijos/as y marido. Delgadas. Que todas nos maquillamos. Tacones rojos. De pequeñas jugar con las muñecas. No saber temas ''de hombres´´. No salir solas de noche. Que nos tienen que halagar los piropos que nos dicen por la calle. Que las estrías son raras. Que nacimos para complacer a los hombres.

Me arrancó parte de mi autoestima por no encajar con los demás.
Me enseñó a que al tener personalidad eres el ''rarito´´.
Pero un día, me levanté del suelo por el que me tiraron, arrastrándome desde pequeña, y abrí los ojos. Vi que ella, la que imponen en los países, casas, estados, continentes, me estaba amenazando. Por ser libre. Por tener mi propia decisión y sacarla a la luz, como cuando expones un trabajo en clase, preciso y claro. Ella me aulló cual lobo, diciéndome que no era así, que aunque luchara, iba a seguir como estaba. Los políticos también hablaron con ella y la ayudaron a crecer todavía más, pero a peor. Se considera parte del planeta, aunque yo diría que nosotros, los humanos –porque esto no es ser persona-, la estamos ayudando a descender en humildad y respeto. Somos nosotros quienes estamos haciendo de ella algo cruel.
Me crió de una forma en la que yo supe ver que su teoría no tiene pies ni cabeza. Entendí que si cuentas las cosas tal y como lo vives, te llaman exagerada. ¿Por qué? Porque saben que es verdad. Pero ahora lo único que nos queda es no callarnos. Gritar todavía con más fuerza. Abrir mentes y cerrar bocas. Dejar de señalar por las calles a gente sin casa. Dejar de insultar por hacer lo que quieres. Tener más sensatez.

¿Nadie se ha planteado el hecho de ponerse en el lugar del otro? ¿Nadie ha confiado en sí a ciegas? ¿Nadie se ha arriesgado a declararse? ¿Nadie ha tenido la capacidad de ser uno mismo? ¿Nadie ha tenido complejos?
Si eres uno de ellos, bienvenido, eres una persona. Si nunca has sentido lo que acabo de preguntar déjame decirte que solo eres humano.
Más tarde tragué saliva, me concentré y me impuse a las personas que me enseñaron ese tipo de pensamientos. Les especifiqué mis gustos, mi opinión, mi diferencia a ellos. Por una parte me aceptaron, pero por la otra no. Por esta última me criticaron. Me despreciaron. Me paralizaron. Y tan solo por tener más cabeza que ellos. Más razonamiento que esa parte de mi familia. Tardaron unos segundos en darse cuenta de que estaba madurando y cambiando. Lo que no sabían, era que yo llevaba razón, y que, aunque les quisiera hacer ver lo que realmente pasaba, ellos no querían entenderlo. Querían taparlo con una sábana blanca como si así se olvidaran de la realidad; les quise explicar lo que estaba pasando unos metros más hacia delante de nosotros, pero cambiaron de tema. Me intentaron hacerme sentir bien con mi cuerpo diciéndome que otra chica estaba más gorda que yo, a lo que yo contesté: ''Cada persona tenemos un cuerpo, y todos están bien´´. ¿Respuesta? No hubo.

¿Sabéis ya de quién hablo? Espero que sí, que os hayáis dado cuenta de que hasta con catorce años se puede ver la sociedad impulsiva y asquerosa en la que vivimos. Porque madurar se puede a cualquier edad, por experiencias, palabras… Y que con dos dedos de frente se puede y quiere entender que tenemos que seguir luchando.
Este mensaje es para todos. Para el que ya está en esta batalla por nuestros derechos, y para el que no está. Esto es para ti, el que lo está leyendo, para que si estás lidiando también, lo sigas haciendo. Para el que no creía en lo posible, para el que a pesar de todo se quedó, y para el que se fue.
Gracias por persistir.

Paula Tena