Excursiones
BUITRAGO DE LOZOYA |
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Un paseo por esta localidad madrileña, su entorno y sus museos, narrado a través de la crónica de dos alumnos de Iniciales II (tarde), del CEPA Los Rosales |
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El día 13 de junio a las 9.00 de la mañana en el metro de Villaverde Bajo-Cruce, Carmen, Meta y yo, nos dirigimos hacia Plaza Castilla donde nos reunimos con el profesor y dos compañeros más.
Allí cogimos el autobús hacia el pueblo de Buitrago de Lozoya, con el objetivo de visitar el Museo Picasso-Colección Arias que está dentro del Ayuntamiento del municipio.
Accedimos gratuitamente y pudimos disfrutar de los cuadros y cerámicas que el gran pintor Pablo Picasso regaló a su amigo y peluquero Eugenio Arias. Nuestro profesor David que nos sirvió de guía, nos explicó los motivos de los regalos.
Después de terminar la visita al museo, nos dirigimos a la biblioteca municipal que también lleva el nombre de Eugenio Arias, donde tuvimos la suerte de coincidir con otra exposición de Picasso en la cual pudimos visualizar muchas fotografías del pintor malagueño de su estancia en Francia. Antes de salir de la biblioteca hicimos una foto en grupo y nos despedimos del vigilante, que fue muy amable con nosotros. Posteriormente fuimos a un restaurante donde tomamos una caña y comimos un Menú del Día. Yo, al igual que la mayoría, pedí sopa de patatas con congrio y unas costillas. Solamente Carlos y Meta comieron algo diferente (ensalada y trucha, respectivamente). Vino y gaseosa acompañando y un buen postre al final antes de seguir la ruta.
Nos dirigimos a la fortaleza y ahí vimos algunos tipos de armas que se utilizaban antiguamente para la protección del pueblo. Nos gustó mucho la experiencia del paseo por el adarve de la muralla. Antes de abandonar la plaza echamos un vistazo a la iglesia decorada con un tallado de madera impresionante en el techo y desde ese punto nos dimos un paseo por la orilla del rio Lozoya mientras charlábamos y reíamos por el miedo a un chaparrón.
Finalmente acabamos en una pastelería en la calle Real donde tomamos un café y unos dulces típicos, y nos marchamos hacia la parada del autobús que pensábamos que salía a las 19:00 y resultó ser a las 20:00. No obstante, aprovechamos la hora para ir al otro lado del pueblo cruzando el río.
Realmente fue una experiencia muy bonita, una especie de turismo cultural que nos ha aportado mucho conocimiento sobre este lugar, su gente y algo de su historia.
Jaafar Hammad. Meta Valde.