"Mientras dure la vida, que no pare el cuento"
Nació en Salamanca en diciembre de 1925. Allí obtuvo su licenciatura en Filo
sofía y Letras, tuvo su primer contacto con el teatro como actriz, colaboró en varias revistas y pudo conocer a Ignacio Aldecoa y a Agustín García Calvo. Se trasladó a Madrid en 1950 y se doctoró con la tesis "Usos amorosos del XVIII en España". Aunque confesaba que escribía desde los ocho años, en 1955 publicó su primer libro de relatos, "El balneario", con el que consiguió uno de los premios más prestigiosos en España: el "Café Gijón". Durante el resto de los años cincuenta se dedicó, sobre todo, a escribir teatro y es en los sesenta cuando retoma el cultivo de la narrativa, con obras como "Las ataduras" o "Ritmo lento". En los años setenta Martín Gaite escribe ensayo, colabora con la revista "Diario 16" y en 1974 se publica una de sus obras cumbre, "Retahílas", considerada en la época una novela subversiva por aludir al feminismo y hacer una crítica a la situación de la mujer en la postguerra española. En 1978 se convirtió en la primera mujer ganadora del Premio Nacional de Literatura con "El cuarto de atrás", y en 1980 consiguió el Premio Anagrama. En 1988 gana el premio Príncipe de Asturias de Las Letras, que comparte con José Ángel Valente. En 1994 fue galardonada con el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra, en 1997, con la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes y fue finalista del Premio Fastenrath por "Lo raro es vivir". También la traducción ocupó un lugar importante en la labor profesional de la escritora, así como el género de ficción: "Caperucita en Manhattan" es una divertida novela que dedicó a su hija, a la que, tristemente, sobrevivió. Pertenece, Carmen Martín Gaite, a la llamada Generación del 55 o Generación de la Postguerra, junto a escritores como Ignacio Aldecoa, Juan Benet, Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santos, o Rafael Sánchez Ferlosio, con quien estuvo casada. La rutina, la oposición entre pueblo y ciudad, las primeras decepciones de la infancia, la incomunicación y el miedo, son algunos de los temas tratados en sus obras, que la llevaron a ser una de las figuras más importantes de las letras hispánicas. En 2000, poco después de que le fuera diagnosticado un cáncer, murió en una clínica de Madrid y fue enterrada en El Boalo, donde residió sus últimos años, en su casa familiar.
