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Visor

La música y los niños y niñas sordos



Ante una pregunta sencilla como "¿A tu hijo le gusta la música?", muy frecuentemente nos contestais "Sí, ¡le encanta!, siempre me pide que le ponga el Cantajuegos."

El éxito de este tipo de formato es innegable, pero lo que podemos cuestionarnos es si es el más adecuado para niños y niñas sordos, especialmente si se utiliza como vehículo exclusivo para relacionar al niño con la música y animarle para que aprenda lenguaje y de paso a cantar.

Y es que lo importante de las canciones cantadas por los adultos (madres, padres, abuelos, profesores, etc) a los niños es el hecho físico de que cantar a un niño implica un contacto corporal y una interacción emocional que construyen una comunicación de naturaleza casi mágica, maravillosa, que evidentemente sólo puede llevarse a cabo entre seres humanos en contacto directo y que nunca se logrará con la mediación de un vídeo musical.

La música da vida al lenguaje, y facilita un aprendizaje divertido, nuestros niños y niñas sordos necesitan que hagamos énfasis en algunas palabras, resaltándolas, cantando algunas más despacio y haciendo una pequeña pausa antes de una palabra importante para indicarla, y así vamos jugando con la melodía, el ritmo….
Y la música es calma; los niños y niñas necesitan que se les cante despacio, si la música va deprisa no les dará tiempo realmente a escuchar la “letra” de la canción.¿A que la música enlatada tienen otro ritmo, sin pausas, sin juego, más rápido?

Gracias a las canciones infantiles los peques reconocen su cuerpo y le ponen nombre a las diferentes partes, lo integran y lo hacen suyo.Hay canciones para aprender y nombrar todas las partes del cuerpo: nariz, ojos, cara, manos, garganta, etc...Canciones como “palmas palmitas”, “mira ..pajarito sin cola”, pinto, pinto gorgorito...y, con el tiempo el propio niño se señalará a él mismo con ”pin pón es un muñeco", y les podremos "curar" las heridas con "sana, sana culito de rana"….y así  un gran etc.

Los movimientos del cuerpo van unidos a la música, canciones como : "aserrín, aserrán…", "al paso, al galope" facilitan ese juego. Podemos usar siempre la misma rutina para empezar y el niño seguirá encantado. Este ritmo adaptado, lento, que sólo lo puede proporcionar una persona, facilitará también "la toma de turnos”, primero yo luego tú, que es tan importante en el desarrollo de la interacción comunicativa.

El niño, “tu hijo o hija”, según su edad auditiva, irá participando progresivamente contigo en la canción de diferentes formas: al principio imitando el movimiento de las manos (por ejemplo, en la canción de los 5 lobitos y otras similares), luego añadiendo algún final de palabra, más tarde, imitando la melodía pero sin que se le entienda todavía nada, luego una palabra entera, luego unirá dos, y poco a poco se aprenderá la canción.

Las canciones calman, relajan; queridas madres, queridos padres que ninguna grabación os robe los momentos mágicos de compartir canciones, retahílas, juegos vocálicos con vuestros hijos o hijas…Por algo la humanidad ha ido trasmitiendo de generación en generación las canciones y las pequeñas poesía. Tenemos un tesoro en la tradición oral.

Recordad las canciones que os cantaban cuando erais pequeños, echad manos a recopilatorios que existen en internet, ¡ni siquiera hay que gastar dinero!.

Una vez más, nuestras reflexiones va encaminadas a rescatar momentos para que disfrutéis con vuestros hijos.

Abril 2015