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INTRODUCCIÓN

Nuestra opción metodológica gira en torno a la idea de que el niño niña, es el protagonista en su propio aprendizaje siempre teniendo en cuenta que en el proceso enseñanza aprendizaje las relaciones personales desempeñan un papel tan decisivo que sin ellas no podría existir.

Consideramos  que el compañero más eficaz y cualificado es el maestro o educador, por medio de las interacciones que establece con los niños y niñas y con su intencionalidad educativa, no solo les proporciona la base para que vayan construyendo su aprendizaje, sino también, media  y enriquece  las experiencias y actividades de los niños y niñas, predispone el ambiente, crea el clima adecuado, organiza la jornada y realiza propuestas educativas que ayudan a los niños y niñas a relacionarse con los demás y así enriquecer sus oportunidades de desarrollo. Antes de adentrarnos en los principios que vamos a utilizar como eje para el desarrollo de nuestra práctica educativa consideramos importante mencionar una serie de pre-requisitos metodológicos:

ü  Trabajaremos sabiendo la gran importancia que tienen los aspectos afectivos y de relación, para ello, entre otros medios utilizaremos: La creación de un ambiente cálido, acogedor, en el que nuestros niños y niñas se encuentren seguros, se sientan queridos y confiados.

ü  Aunque trabajamos con un conjunto de niños y niñas (grupo-aula), ofreceremos una atención personalizada adaptándonos así a las características de cada niño/a de manera individual en el desarrollo de su proceso educativo, contemplando de este modo la individualización y la atención a la diversidad.

La forma de trabajar en las aulas, sigue los principios marcados en la normativa y que rige el currículo de la Etapa de Educación Infantil:

***Principio de aprendizaje significativo: Los aprendizajes que el niño o la niña realiza en esta etapa contribuirán a su desarrollo en la medida en que contribuyan a aprendizajes significativos. Para ello, el niño debe establecer relaciones entre sus experiencias previas y los nuevos aprendizajes. El proceso que conducirá a la realización de dichos aprendizajes se llevará a cabo mediante actividades y tareas que tengan un sentido claro para él. El educador, partiendo de la información que tiene sobre los conocimientos previos del niño, presentará actividades que atraigan su interés y que el niño pueda relacionar con sus experiencias anteriores.

Utilizaremos los conocimientos previos del alumno para contribuir a un nuevo aprendizaje. Las educadoras /maestras nos vamos a convertir en mediadoras entre los conocimientos y los niños.

Los niños van a participar de diferentes propuestas de aprendizaje que nosotras vamos a ir preparando a lo largo del desarrollo de nuestra propuesta. Para lograr la participación de cada niño crearemos estrategias que le permitan hallar la la disposición y la motivación para aprender (estas por tanto, van a depender de las características de cada grupo). Esta motivación le permitirá almacenar el conocimiento que para él será importante y relevante en su vida diaria.

***Principio de globalización: La metodología tendrá un carácter globalizado, lo que supone ante todo, que aprender requiere establecer múltiples conexiones entre lo nuevo y lo ya sabido o experimentado. En esta línea, el educador  propondrá a los niños secuencias de aprendizaje que requieran el recurso de contenidos de diferente tipo: Invitaremos a nuestros niños y niñas a participar en la resolución de un proyecto común que surgirá en torno a una temática que tendrá un interés cercano para ellos y a su vez se encontrará en armonía con respecto al entorno socio cultural en el que nos encontramos.

Dicho proyecto común se materializará a través de propuestas didácticas globalizadas que organizarán los contenidos de aprendizaje en relación a:

  • Temáticas relacionadas con la vida del niño o niña: la familia, la casa, los juguetes…
  • El ciclo anual del curso escolar: el otoño, el invierno, la primavera, el verano.
  • La celebración de las fiestas relacionadas con nuestro entorno sociocultural: La Navidad, los carnavales…

***Principio de actividad lúdica: Las actividades físicas y mentales de los alumnos tendrán un carácter constructivo en la medida que a través del juego, la acción y la experimentación descubran propiedades y relaciones que vayan construyendo sus conocimientos.

El juego es una actividad propia de esta etapa, eliminándose la falsa dicotomía entre juego y trabajo escolar. En el juego se aúnan un fuerte carácter motivador e importantes posibilidades para que el niño pueda establecer relaciones significativas: Observando, manipulando, experimentando y comprobando hipótesis, iniciándose en un método heurístico o científico. Consideramos que la actividad es el proceso a través del cual el niño o la niña, entra en contacto con su entorno y se constituye en el eje de su desarrollo. Además, en estas primeras edades, no podemos olvidar que el juego es la actividad primordial que realizan los niños. A través de los juegos de tipo motriz, manipulativo, exploratorio, imitativo, simbólico… el niño capta e incorpora nociones relacionadas con los elementos de su realidad, actualiza habilidades, asimila actitudes, valore, normas…

En el transcurso de nuestra práctica desarrollaremos actividades tanto espontáneas como dirigidas, en las que nuestros niños puedan actuar con distintos grados de iniciativa y en las que el juego sea considerado como algo inherente al aprendizaje.

***Principio de relación afectiva: Se cuidará especialmente los aspectos afectivos, creándose un ambiente cálido, acogedor, seguro, en el que el niño o la niña se sientan queridos y confiados, para ir adquiriendo un conocimiento progresivo de su medio y desenvolverse con soltura y autonomía por sí mismo.

***Principio de individualización: Nuestra labor educativa debe basarse en satisfacer individualmente las necesidades de cada uno de los niños, respetando sus propios ritmos de aprendizaje. Los educadores deben tener una gran capacidad de observación, trabajar en coordinación con el resto de los profesionales y mantener una actitud abierta, flexible y de reflexión continua. Por ello es fundamental:

-       Estar especialmente atentos a aquellos niños que sentimos menos seguros, y que tienden a aislarse o muestran temor a participar.

-       Modificar la programación dándole un carácter flexible en función de las necesidades que surjan en cada momento y adaptándola al grupo concreto.

-       Reflexionar sobre la propia práctica educativa, siendo capaz de descender hasta los alumnos estableciendo estrategias específicas cuando sea necesario.

-       Establecer encuentros cálidos, diseñando espacios y tiempos que permitan la individualización del proceso de E/A (enseñanza-aprendizaje).

-       Llevar un registro de observación de los alumnos, para tener un conocimiento preciso de cada uno de ellos y actuar consecuentemente, utilizando diferentes instrumentos de recogida de datos: anecdotarios, hojas de registro, entrevistas, escalas de desarrollo…, etc.

-       Trabajar en coordinación con las familias.

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