El Cesto de los Tesoros es una actividad de exploración y descubrimiento de objetos, para realizar con niños/as que aún no hayan conseguido el desplazamiento. La intención de esta actividad es proporcionarle a los más pequeños la posibilidad de satisfacer una de sus necesidades más impulsivas: la curiosidad por descubrir las cualidades y novedades de las cosas; acercándole experiencias de calidad llenas de contactos para que sean vividas de forma positiva. En un principio se pensó en la escuela como entorno para desarrollar esta actividad, pero es perfectamente válida para ser aplicada en el entorno familiar cuidando las condiciones de espacio, tiempo y materiales.

Consiste en llenar un cesto de mimbre, cuyas dimensiones deben ser de unos 35 centímetros de diámetro y unos 8 centímetros de altura, con objetos de uso cotidiano escogidos con la finalidad de proporcionar estímulos y experiencias a los sentidos del niño/a. Los objetos deben cumplir una serie de condiciones como: no ser de plástico, ni juguetes comerciales; y deben cumplir unas normas básicas de seguridad e higiene: no ser lo suficientemente pequeños para que se los introduzcan totalmente en la boca, pudiendo provocar atragantamientos; ni punzantes, ni cortantes, ni tóxicos; así como fáciles de limpiar.

Los objetivos de esta actividad pretenden desarrollar las capacidades del niño/a, aprovechando las adquisiciones propias de la edad. Las habilidades que se potencian son: el conocimiento sensorial, la coordinación de los movimientos, la atención, la evolución del pensamiento, de la comunicación, la creatividad, la convivencia…

Se ofrece a los pequeños/as cuando ya se mantienen sentados, hasta que aprenden a caminar, sentados pueden ver las cosas desde otra perspectiva y crece su curiosidad por el entorno.