Saltar al contenido

Visor

Los seres humanos, organismos simbiontes

Los seres humanos somos un complejo ecosistema que, visto desde la perspectiva de un microorganismo, queda reducido a poco más que un apetitoso y complejo amasijo de residuos, nutrientes,... Un apetitoso bocado para cualquier bacteria que se precie.  Pero, ¿obtenemos algo a cambio?

    Efectivamente, la vida no sería posible para los organismos "superiores" sin el servicio que nos prestan los microorganismos. No sólo cierran el ciclo de la materia, descomponiendo todos los residuos que generan los demás seres vivos, sino que además, depuran el medio ambiente -suelo y aguas- de partículas tóxicas, e incorporan el nitrógeno atmosférico a las cadenas tróficas, formando compuestos nitrogenados sin los cuales los seres vivos no podrían producir sus proteínas.

     Pero es más, en nuestro intestino grueso viven una serie de bacterias, conocidas con el nombre genérico y eufeIntestino gruesomístico de "flora intestinal" que, agradeciendo el servicio que les prestamos dejándolas vivir entre nuestras heces fecales, nos devuelven el favor metabolizando azúcares y aminoácidos, degradando en algunos casos hidratos de carbono indigeribles -como en el caso de la celulosa, en los rumiantes- , eliminando sustancias químicas potencialmente peligrosas, convirtiendo hidrógeno en metano y produciendo vitaminas que nosotros mismos somos incapaces de fabricar.

    Según Edward DeLong, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), eso nos convierte en "simbiontes". Según algunos autores, estas bacterias han evolucionado conjuntamente con nosotros (coevolución) y nuestra supervivencia se vería comprometida sin ellas.