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EL PROGRAMA DE TELEVISIÓN. DE LA CREACIÓN A LA EMISIÓN

EL PROGRAMA DE TELEVISIÓN. DE LA CREACIÓN A LA EMISIÓN

Veremos aquí las fases de la realización de un programa en directo, por ser esta técnica la característica del medio: la narrativa del programa se produce simultáneamente al hecho narrado. Puede decirse que responde a la filosofía del “montaje en tiempo real”.

Esta técnica se aplica hoy en día a diversos tipos o géneros de programas: telediarios, informativos semanales generales o especializados, retransmisiones de todo tipo, programas de variedades o espectaculares (galas benéficas, conmemorativas o promocionales), debates y coloquios, magazines diarios de entretenimiento y, en general, todos los programas que bien por su contenido, su periodicidad o porque las necesidades de la producción de la cadena lo exijan, requieren que su emisión sea lo más próxima posible al desarrollo de los hechos que relatan. Pero “directo” no significa “improvisado”, requiere una preparación exhaustiva y todo debe estar previsto.

PREPRODUCCIÓN: los primeros pasos a dar son, lógicamente, localizar el escenario (ya sea un decorado en un plató o un exterior) donde va a suceder el evento que vamos a televisar. El realizador, provisto del guion en una versión suficientemente madura, junto con el productor, el iluminador, el escenógrafo, el encargado de sonido y todos los profesionales que, dependiendo del género del programa, deban tomar datos previos del escenario, se familiarizan con el espacio físico y toman nota de las necesidades de todo tipo que genera.

PUESTA EN ESCENA: a partir de aquí cada equipo comienza a trabajar por su parte, realizando reuniones generales o parciales siempre que sea necesario unificar criterios. El equipo de realización comienza a desarrollar el guion técnico, el equipo de escenografía y el de iluminación van dando forma a “lo que se va a ver”, se prepara la infraestructura técnica.

ESCALETA O MINUTADO: una vez que tenemos el guion técnico y la planificación terminados o a falta de retoques de última hora (siempre los hay), podemos elaborar una escaleta con asignación de tiempos parciales y que se atenga a la duración prevista del programa. Respetar la duración en un programa en directo es fundamental para la buena marcha de la programación de la cadena. La escaleta es una herramienta valiosísima, pues se trata del esqueleto del programa y su análisis nos permite ver si los bloques están bien compensados, el ritmo general del programa, su estructura en una palabra.

ENSAYOS: siempre que el tipo de programa lo permita (en un debate o en una entrevista solo es posible, a lo sumo, hacer ensayos de posiciones con dobles) es imprescindible realizar los ensayos de planta (posiciones de cámara y movimientos), con presentadores y artistas en su caso, y un ensayo general con todo. Esto advierte de cualquier problema y permite solucionarlo a tiempo, además de ajustar la duración de ciertas intervenciones, cambios de iluminación, etc.

COMPROBACIONES PREVIAS: si todos los pasos dados hasta ahora se han dado en buena dirección, el momento de llegar al control se debe limitar a seguir una rutina, comprobando que todo está en sitio y funciona correctamente: la documentación necesaria, guiones, escaletas, partes de grabación, etc. El regidor confirma que en el plató todo y todos están en su sitio, el sistema de intercomunicación, sonido, iluminación, rótulos, etc. funciona correctamente. Se coordina con Continuidad y…

EN EL AIRE: una vez que Continuidad de la orden de “¡dentro!”, tanto el ayudante como el mezclador siguen la realización sin problemas si todo está pactado con antelación. Por regla general, el ayudante es el que “canta” los “pies” (últimas palabras significativas con las que termina cada texto) y va advirtiendo de la duración de los vídeos o, por ejemplo, en una actuación musical, de la entrada de las voces o instrumentos.

El realizador no debe olvidar nunca que está al servicio del espectador, en el sentido de que debe mostrar lo que el público quiere ver en cada momento (a menos que nos interese reservar un dato con intenciones dramáticas). Esto quiere decir que no debe caer en la tentación de ponerse a “jugar” o “hacer ante” a destiempo. Con ello conseguirá molestar al espectador y eso es muy peligroso en la era del zapping.

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