La vida puede llegar a ser buena

 

 

Me llamo Lila, tengo el pelo marrón largo con unas leves mechas claras al final de mi pelo, ojos marrones y suelo llevar siempre ropa que me queda grande.

Voy a pasar a la universidad, debería estar feliz, pero no lo consigo ¿Por? Por el simple hecho de que en la primaria y secundaria me estuvieron haciendo la vida imposible, y no me extrañaría que este año sea igual que los demás.

Me estaba preparando para salir de mi apartamento, cuando veo un mensaje en mi móvil. Es de Irene. Es mi vecina y una de las únicas amigas que he tenido desde primaria hasta hoy en día, es como una hermana pequeña para mí.

Me dirigí a la puerta para salir y, cuando abro la puerta, me la encuentro, con su camiseta blanca de volantes, pantalón vaquero, móvil en mano y mochila al hombro. Me miró y sonrió ampliamente dejando a la vista parte de sus encías.

-Que esperas? Vamos, que vamos a llegar tarde a nuestro primer día de uni y no quiero que ya tengamos mala reputación de llegar tarde. Me cogió de la mano y me llevó hasta la puerta de nuestro edificio.

Me llevó a rastras hasta la puerta de la universidad, habíamos llegado, por suerte, antes de que hubiera tocado la campana.

- Por… por los pelos- dije con la respiración algo agitada por haber corrido como una loca con Irene.

-La próxima vez te tienes que levantar antes, Lila, no podemos llegar todos los días a la uni por los pelos- dijo echándome la bronca como mi madre lo hacía.

-Lo siento, pero sabes que soy la reina de la vagancia. Lo que no puedo creer es que tengas tanta energía por la mañana, eres una hiperactiva- dije, soltando una pequeña risa, mientras dejábamos las cosas en las taquillas-.

-No es mi culpa, nací con hiperactividad- dijo con un tono de orgullo-. Reí por su comentario hasta llegar a nuestra clase que era la A-14 de la segunda planta.

Al entrar, no había mucha gente, solo un grupo de chicos y un par de chicas conversando al lado de la ventana. Nosotras pasamos con algo de miedo y nos sentamos al fondo del todo. Estaba muy nerviosa, no era muy buena con gente nueva, era muy tímida, al contrario de Irene que era demasiado sociable, seguro que al final del día ya conocía a toda la clase, y yo no habría sido capaz ni de dirigir palabra a nadie.

Me senté en mi sitio y empecé a sacar las cosas, hasta que las chicas que estaban en la ventana se acercaron a nosotras. ¿Qué querrían?

-Hola, soy Kira y ella es Adriana- dijo sonriéndonos-.

-Hola, yo soy Irene, y ella es mi amiga Lila- dijo-, para que luego ellas me miraran. Parecían majas y me empezaron a caer bien, hasta que vi entrar a…

                                                                               

 

S. Bloondy  1º de ESO