La actuación resultó natural y creíble gracias a la fabulosa interpretación de sus actores y a los geniales vestuarios empleados. La selección del elenco me pareció más que apropiada, ya que, cada actor estaba inmerso de forma sublime en el personaje que tenía que representar. Si hay una actuación sobresaliente es la del secretario Teodoro, el cual supo adecuarse perfectamente a su papel y dar un toque cómico especialmente bueno a la obra. Además, las caracterizaciones físicas fueron apropiadas a los personajes: la condesa Diana destacaba por su belleza y elegancia…Durante la obra quedaron claros los atributos psicológicos y las motivaciones de cada uno de los personajes representados y, a través de los diálogos entre los actores, quedaban desveladas las relaciones entre los protagonistas.
Gracias a las dimensiones del teatro y a la caracterización vocal apropiada de los actores resultó una obra de teatro inolvidable. A pesar de que la obra fuera recitada en verso, la claridad de la obra y los temas de esta, unido a la excelente labor de los intérpretes contribuyeron a que la actuación fuera fácilmente comprensible por todos los allí presentes.
También hay que destacar la dirección de la obra, ya que la puesta en escena era muy cercana al texto y, aunque no fueron muy frecuentes, pudimos observar cambios de escenario. El director empleó de forma magistral elementos visuales como las luces y el sonido que creaban una atmósfera envolvente que nos introducía totalmente en la historia y nos hacía partícipes de ella. El ritmo y el desarrollo de la puesta en escena que el director imprimió en la obra fueron esenciales para que no se hiciera aburrida y resultara divertida para todos los que la presenciamos. Como punto negativo a la representación teatral hay que tener en cuenta que no aparecen todos los personajes presentes en la obra escrita, pero esto no nos afectará para comprender el hilo central de la función.
En cuanto a la escenografía, los vestidos de los actores y los decorados nos daban importante información acerca de la época y situación de la obra, además de clarificar su ocupación, profesión, posición social y rasgos psicológicos.
A pesar de que no se emplearon efectos especiales, el éxito de la representación radicó en su sencillez, originalidad y calidad interpretativa.
Las magnitudes del escenario contribuyeron al movimiento escénico y a acercar al público y hacerle partícipe de las escenas como un personaje más de ellas.
Me encantan las obras que interactúan con el público y esta fue una de esas. Recomendaría esta obra a aquellos a los que no les gusta el teatro, porque es muy divertida, no se hace larga y es un buen inicio para tomar gusto por el teatro.

Alexandru Cernat, 1º Bachillerato