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Visor

Educaemoción

Antonio Rodríguez Hernández

A partir del curso escolar 2014-2015, los centros escolares públicos de Canarias comenzaron a impartir la asignatura: "Educación Emocional y para la creatividad" (EMOCREA) en Primaria.
La Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa ha apostado por incorporar la Educación Emocional y para la Creatividad como área en el currículo de la Educación Primaria de la Comunidad Autónoma de Canarias. Su finalidad, eminentemente educativa, es validar el papel que desempeñan los aspectos del mundo emocional y creativo en relación con los contenidos curriculares como proceso y parte que garantizan la educación integral de la persona.

El objetivo de esta asignatura es introducir la inteligencia emocional y creativa como una pieza más de los contenidos curriculares, favoreciendo así la educación integral de las personas. El objetivo principal de EmoCrea es acompañar a las personas en el logro de un mayor bienestar a través de la educación emocional y la creatividad. La asignatura pretende que los niños conozcan sus propias emociones y aprendan a "ajustarlas para que no les desorienten y para poder dar una respuesta responsable a lo que sucede a su alrededor”. Esta materia forma parte de las asignaturas de libre configuración establecidas por la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno canario. Con esta medida, la Administración autonómica se hace eco de la proposición no de ley aprobada en mayo del pasado año por el Parlamento canario solicitando el desarrollo de un programa específico de educación social y emocional en la escuela pública canaria. Los propios centros serán los que elijan impartir esta asignatura.

Una maestra pregunta a uno de sus alumnos sobre lo que quería ser de mayor. Su madre le había transmitido que la felicidad era la clave para la vida, por lo que su lógica infantil le llevó a contestar que de grande quería ser feliz. La respuesta de la escuela fue que no entendía la tarea, y él pensó que "ellos no entendían la vida".

¿Está preocupada la escuela por la felicidad de las personas que la ocupan?

Educación emocional y para la creatividad (Emocrea) se ha convertido, explica el profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna (ULL), en un “espacio de confianza” donde los escolares juegan con sus emociones para subsistir a los cambios que se producen a su alrededor, a una sociedad ambigua, compleja, cambiante, nada predecible y terriblemente estimulada.

Hablar de miedos, tristezas, frustraciones o iras no es fácil ni para los niños, ni para los docentes, pero al cabo de cuatro años, dice Antonio Rodríguez, unos y otros se han beneficiado, han mejorado su capacidad para gestionar las emociones y han logrado un efecto añadido: los alumnos tienen mejor rendimiento académico en el resto de asignaturas y, como consecuencia, los maestros afrontan mejor su vida y lo que implica el desgaste de estar día tras día con 30 niños a los que ayudan a aprender.

Esas experiencias las ha llevado el profesor Rodríguez al libro “EducaEMOción. La escuela del corazón”, que hoy tenemos el placer de comentar.

“EducaEMOción. La escuela del corazón” es un manual “amigable” que edita Santillana y que busca ser un apoyo para el maestro de Emocrea ( y añadimos: “ y no sólo para estos maestros sino ...Para todos!!”),ahora bien este libro  no debe entenderse como un libro para trabajar el aula,  este libro es para llevarlo en el bolsillo y releerlo, -esos días en los que las fuerzas del maestro flaquean-… deteniéndonos en sus constantes referencias a algunas de las frases del “Principito” extraídas del libro de Antoine de Saint-Exupéry.

Por ejemplo, cuando se hace referencia al encuentro entre el principito y el zorro, quien le enseña el verdadero sentido de la amistad y la esencia de las relaciones humanas. “Pero si tú me domésticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…”, avisa el animal a su nuevo amigo. Y más tarde el zorro le obsequia desvelándole un secreto: “No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”, le recuerda. 

Después de su agradable lectura, (su lenguaje claro, su forma de contar las experiencias y sobre todo el cariño con que las cuenta, hace despertar al lector la pasión por ese maravilloso mundo de la enseñanza) consideramos que todo maestro o maestra debe conocerlo fuera de lo que es el ámbito de Canarias propiamente dicho y por consiguiente, el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid tiene el placer de incluirlo en su revista DEBATES como recurso didáctico de interés, para que el profesorado pueda ejercitar competentemente ese "amor educativo"  motivo de, cuanto menos, dedicarle un tiempo a su lectura y reflexionar posteriormente sobre los mensajes que su contenido nos lanza.

El que fuera el asesor académico de la asignatura (el currículo lo crearon dos maestros y cuatro maestras, «las madres de Emocrea»), sostiene que los niños necesitan referentes y el espacio en el que pasan la mayor parte de su tiempo, la escuela, se los tiene que proporcionar.

El profesor de Psicología indica que “para enseñar hay que amar” y ese vínculo amoroso entre maestro y alumno, por supuesto, aclara, “no equiparable al de un padre por su hijo”, tiene que tener una finalidad educativa. El amor educativo competente es un concepto, explica, que se introduce en el libro para indicar que “no vale cualquier amor educativo, sino que tiene que ser competente”, es decir, que “tiene que estar entrenado para la empatía, la comunicación y el compromiso emocional”, para, a partir de ahí, trabajar con los niños.

La implantación de Emocrea en la escuela canaria fue “algo innovador y novedoso en todo el sistema educativo español y de la Unión Europea”, recuerda Antonio Rodríguez. Solo en Reino Unido y en Malta había precedentes de currículum oficial para abordar las emociones y la creatividad del alumnado y Canarias se colocó en la “avanzadilla de lo que los organismos internacionales están pidiendo”.

 Después de más de cuatro años de la puesta en marcha de la asignatura (dos horas a la semana) un año intenso de formación y de pasar muchas horas en los centros, se ha hecho una cata para ver cómo se está materializando y los resultados, asegura, son muy positivos. Para los docentes, porque han adquirido competencias asociadas a la gestión de emociones, para los padres, porque sus hijos les obligan a estar comprometidos, y para los niños, porque se les nota diferentes cuando hablan de Emocrea que de, por ejemplo, matemáticas. Y algo curioso, los alumnos de 5º y 6º de primaria que no tiene la asignatura (se imparte de 1º a 4º) la están reclamando, por algo será. Rodríguez considera que también en secundaria, una etapa emocionalmente complicada, debería impartirse Emocrea.

Animamos, por tanto, a que cualquier componente de la comunidad educativa dedique unos momentos a la lectura de este libro, unos porque les gustará saber que “hay otros mundos pero están en este”, otros porque les servirá como punto de  partida para un cambio que consideramos es necesario y , por último, a otros porque les confirmará que están en el buen camino….

Información de la publicación

Información de la publicación
Resto título La escuela del corazón
Año 2018
Edición 1
Editorial Santillana
Páginas 549
I.S.B.N. 9788468043487