Juan de Vicente Abad, con un dilatado recorrido en cuanto a la formación del profesorado en temas relacionados con la convivencia, la resolución de conflictos y la interculturalidad, sistematiza esta experiencia en forma de ideas clave para conseguir escuelas sostenibles en convivencia y cómo ponerlas en práctica.

Las medidas propuestas se enmarcan en lo que se llama “modelo de gestión democrática de la convivencia”, que se articula en torno a dos ejes básicos: la participación de toda la comunidad educativa, desde el rol diferencial que cada uno representa, y la inclusión de todo el alumnado, es decir, cómo conseguir la mejora de la convivencia y el éxito académico, sin renunciar a atender a toda la diversidad con la que contamos en nuestras aulas.

El libro se estructura de una manera clara que permite entender la necesidad del cambio y la innovación si deseamos que la escuela del siglo XXI sea capaz de responder a las que parecen ser sus necesidades más acuciantes: formar ciudadanos capaces de gestionar conflictos interpersonales, sociales e interculturales de forma eficaz, constituir una comunidad capaz de organizar el trabajo en equipo, responder eficazmente ante el incumplimiento de normas o prevenir conflictos y crear estructuras que permitan ayudar a los demás y ser solidarios.

Cada uno de los capítulos desarrolla una idea clave que trata de responder al reto planteado: 1. Los centros educativos sostenibles se orientan con un modelo de gestión de la convivencia democrático; 2. La gestión democrática de la escuela requiere un liderazgo compartido; 3. Las escuelas sostenibles crean sus normas de forma participativa; 4. Las escuelas democráticas crean protocolos de intervención de forma participada; 5. El diálogo ocupa un lugar importante en la escuela democrática; 6. La observación participada de la convivencia es un factor clave de calidad educativa; 7. La escuela participativa desarrolla planes preventivos en convivencia y aprendizaje.

Las dos primeras ideas clave hacen referencia a las condiciones necesarias para iniciar un cambio en el modelo de gestión, hacia un planteamiento inclusivo y participativo y el resto se insertan en el proceso por el que deberán transitar estos centros: la creación de una normativa como proceso de reflexión moral y de compromiso individual y social; el establecimiento de medidas de intervención organizadas, secuenciadas y llevadas a cabo de forma participativa, la creación de estructuras de observación activa de la convivencia y el diseño de planes preventivos en función de las necesidades detectadas tras la observación así como su integración en los marcos normativos.

Asimismo, cada capítulo incluye un apartado llamado “En la práctica”, en el que se presentan modelos de análisis, de documentos, de contratos preventivos e individuales de comportamiento y aprendizaje, posibles protocolos de intervención, guías de mediación, etc., material indudablemente valioso para cualquier centro que se plantee el cambio. En “Para saber más”, se proporcionan orientaciones bibliográficas que permiten ampliar los conocimientos sobre cualquier aspecto. También es interesante el “Glosario” que recoge los términos, cuyo conocimiento y uso deberá compartir la comunidad educativa.

Juan de Vicente Abad, orientador en el IES Miguel Catalán de Coslada.Además es miembro de la red de formación de la Comunidad de Madrid en educación intercultural, educación para la paz, resolución de conflictos, gestión democrática de la convivencia, gestión de normas y aprendizaje inclusivo. Es también vicepresidente de la Asociación Convives y director de cursos formativos organizados por el MECD y la UIMP. Es autor asimismo de diversas publicaciones relacionadas con el tema.