Nos enfrentamos a la paradoja del aprendizaje, cada vez es mayor el interés que despierta el conocimiento en una sociedad que reconoce en él la fuente fundamental de bienestar y de riqueza, pero seguimos preocupados por la eficacia de los métodos de aprendizaje en un mundo sometido a cambios tan acelerados que no solo nos cuesta anticipar el futuro, sino que a veces nos sorprende su propia actualidad. La información fluye de un modo incesante y diverso, pero el conocimiento se nos escapa ante el torbellino de información.