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Visor

La puesta en práctica del proyecto Alumnos Ayudantes TIC

El proyecto Alumnos Ayudantes TIC: acción y reflexión en el CEIP y el IES Parque de Lisboa (Alcorcón) y en la Escuela Municipal Arzobispo Morcillo (Valdemoro)

Las TIC, más concretamente Internet y las redes sociales, se han convertido en el escenario de desarrollo personal y social más común en la actualidad. Parece, por tanto, ineludible tratar de comprender y definir (en la medida de lo posible, dada la evolución constante y rapidísima de las posibilidades tecnológicas) las normas de comportamiento y los principios que deben orientar el uso de la tecnología: ética, legalidad, seguridad y responsabilidad. Ante la hiperconexión, es necesario establecer un marco básico de conducta basado en una ciudadanía digital ética[1] (JA Luengo, 2016). La cuestión no concierne exclusivamente a niños y jóvenes pero, en su caso, se convierte en un enorme reto para las familias y los centros educativos. Para estos últimos, puesto que se trata de ámbitos de trabajo esencial de las comunidades educativas: el desarrollo en los alumnos de dos competencias básicas, el tratamiento de la información y la competencia digital así como la competencia social y ciudadana.

El proyecto se inicia en la zona sur de Madrid durante el curso escolar 2012-2013, en el marco de las Mesas de Salud locales, con la participación del Servicio de Unidad de Programas de la Dirección de Área Territorial Madrid Sur, cuyo responsable es, en ese momento, José Antonio Luengo Latorre, con una experiencia concreta entre un instituto y un colegio público de Alcorcón. En la actualidad, está en marcha en más de setenta centros educativos de Madrid Sur y ha comenzado recientemente a implantarse en Madrid Capital.

Hemos hablado con José Antonio Luengo Latorre, cuya entrevista publicamos íntegra, así como con los responsables del proyecto en varios centros educativos: Aurora Núñez, directora del CEIP Parque de Lisboa y Manuel Benito, orientador del IES Parque de Lisboa, de Alcorcón,  y  Ana Carro y Belén Sánchez , orientadoras y responsables del proyecto en la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo de Valdemoro, quienes nos proporcionaron todo tipo de información y material sobre el proyecto. Asimismo, nos han contado su experiencia como alumnos ayudantes Martín Sánchez y Juan Manuel Alonso Martín, alumnos de 4º de ESO del IES Parque de Lisboa y Alberto Talavera Elvira, Iván Bernabé García y Esther Antón Herrán, alumnos de Grado Medio de Administración y Gestión de Empresas de la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo.

 El proyecto se asienta sobre dos puntos clave: el primero lo constituye la idea de trabajo para el diseño y desarrollo de buenas prácticas en el ámbito de la enseñanza.

El proyecto se asienta sobre dos puntos clave: el primero lo constituye la idea de trabajo para el diseño y desarrollo de buenas prácticas en el ámbito de la enseñanza. Para ello, traslada el modelo de formación y ayuda en cascada al ámbito de las TIC. Según José Antonio Luengo se trata de un “proyecto humilde porque nace de abajo hacia arriba, de un grupo de profesores  impulsados por la idea de mejorar el uso de las tecnologías. Es el resultado de la deconstrucción de muchas ideas e innovaciones que conocemos muy bien en educación: la formación en cascada, el aprovechamiento del conocimiento disponible, el aprendizaje entre iguales, los alumnos mediadores. En definitiva, como suele pasar en la innovación, nunca una idea es especialmente nueva, sino que lo que hace es recoger distintas consideraciones, contenidos de otras, y las funde en una nueva solución”[2].

“Lo más interesante fue ayudar a niños que van a empezar a vivir etapas de su vida que nosotros ya habíamos pasado.”

La segunda clave radica en la elección de los protagonistas del proyecto. Esta elección obedece a la necesidad de empezar cuanto antes con la alfabetización digital y a la oportunidad de prevenir los malos usos y abusos de determinadas herramientas tecnológicas y de promover una ciudadanía digital sana entre los alumnos más pequeños (5º y 6º de educación primaria) que están empezando a zambullirse en estas prácticas. Con este fin, se configuran equipos estables de apoyo formados por alumnos de 3º y 4º de la ESO que sensibilicen e informen a alumnos de educación primaria. La formación de adolescentes para ayudar a los más pequeños tiene como base la perspectiva del Aprendizaje Servicio así como el diálogo entre iguales. “Lo más interesante fue ayudar a niños que van a empezar a vivir etapas de su vida que nosotros ya habíamos pasado y prevenirlos de cosas que pueden conllevar un peligro. Nosotros tuvimos que aprender por nuestra cuenta a manejarnos en las redes sociales, hemos vivido muchas experiencias y podemos enseñarles lo que hemos aprendido”, cuenta uno de los alumnos de la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo.  Otro alumno del IES Parque de Lisboa relata lo siguiente: “Nos sorprendió mucho el interés con el que los niños pequeños nos escuchaban y nos hacían preguntas. Creo que influyó el hecho de que nos vieran jóvenes, más parecidos a ellos. Les resultaba más fácil identificarse con un chaval que ha vivido las mismas cosas que ellos están viviendo que con un padre o un profesor”.

Los objetivos generales del proyecto son los siguientes[3]:

  • Favorecer el debate en los centros educativos sobre el uso saludable de las TIC, sus riesgos e inconvenientes.
  • Analizar diferentes situaciones en las que el uso de las TIC se convierte en elemento de riesgo en el ámbito del comportamiento individual, las relaciones y la convivencia.
  • Favorecer el desarrollo de actitudes de respeto, empatía y comportamiento prosocial entre el alumnado.
  • Potenciar en la comunidad educativa la capacidad de entender, controlar y autogestionar los propios comportamientos en los con­textos de interacción virtual.
  • Desarrollar procesos de información y sensibilización en grupos de diferente edad.
  • Desarrollar acciones educativas para la selección y formación de Alumnos ayudantes en TIC de segundo ciclo de ESO y formación en contenidos y valores relacionados con el uso y abuso de las TIC por menores de edad.
  • Implementar sesiones de información y sensibilización con alumnado de tercer ciclo de educación primaria con la participación expresa de alumnado ayudante de ESO como protagonistas activos del proceso.
  • Elaborar materiales para la información, formación y sensibilización sobre los contenidos abordados para el desarrollo de posteriores propuestas formativas con alumnado de menor edad, padres y profesorado.
  • Definir y elaborar el proyecto de intervención en el marco del desarrollo de buenas prácticas para su divulgación y extensión en red.

La participación de los centros en el proyecto es voluntaria: se inicia en los institutos de educación secundaria interesados y posteriormente se traslada la propuesta de colaboración a los CEIP de la zona. La colaboración entre el IES y el CEIP Parque de Lisboa tuvo un proceso, sin embargo, diferente, explica la directora del CEIP: “José Antonio Luengo nos propuso la visita al colegio de unos alumnos que estaban formando en el IES Santo Domingo para prevención de ciberbullying. Aceptamos y nos gustó mucho la experiencia. Pero pensamos que sería aún más interesante si la llevábamos a cabo con los alumnos de nuestro propio instituto, puesto que nos facilitaba la organización y daba ocasión a que los alumnos de primaria que se habían beneficiado de este proyecto pudiesen continuar luego como Alumnos ayudantes una vez pasaran al instituto. Se lo propusimos a Manuel, el orientador, y a José Antonio, el director del instituto y nos dijeron que sí. Y a partir del segundo año, ellos realizaron la formación de alumnos”.  La coordinación y acciones iniciales de presentación del proyecto y formación del alumnado seleccionado, se llevan a cabo por el responsable de salud escolar desde el Servicio de la Unidad de programas de la DAT correspondiente. Aurora Núñez anima a los centros a participar en el proyecto: “Yo animaría a cualquier centro que se lo plantee, a que entre en el programa. Ha resultado una experiencia tremendamente positiva y fácil de llevar a cabo. Los materiales, las presentaciones, el contenido de las charlas, las actividades que ha ido realizando cada centro educativo, las fotos, todo está colgado en el blog de los Ayudantes TIC Sur y está a disposición de quien lo necesite. No es preciso más que la voluntad de hacerlo”.

Es asimismo imprescindible la implicación de los equipos directivos y su colaboración para incardinar la experiencia en el centro facilitando los ajustes precisos en materia organizativa y de horarios, comunicación con las familias, acción tutorial, etc.

La siguiente etapa es el de apropiación del proyecto e implicación de los miembros del equipo. Para esto es fundamental el trabajo de los equipos de orientación y de los equipos de tutores. Es asimismo imprescindible la implicación de los equipos directivos y su colaboración para incardinar la experiencia en el centro facilitando los ajustes precisos en materia organizativa y de horarios, coordinación entre profesionales y etapas, comunicación con las familias, acción tutorial, y colaboración con otros centros educativos del sector. “Nosotros consideramos que es una actividad del centro, cuyo esfuerzo y beneficio no es momentáneo, sino que va a revertir además a largo plazo, por tanto, se tiene en cuenta desde el principio a la hora de organizar el desarrollo del curso. Lo que tiene que existir es voluntad de hacer las cosas. Entonces,  no hay ningún impedimento”, afirma Aurora Núñez.

Otro paso importante es la información y sensibilización del profesorado, sobre todo en cuanto a la vocación de sostenibilidad del proyecto y su imbricación con el diseño y desarrollo curricular del centro. Según los responsables del proyecto en el CEIP y el IES Parque de Lisboa, “la clave radica en la implicación de toda la comunidad educativa. Para empezar, es imprescindible que haya un compromiso fuerte del equipo directivo para que el proyecto tenga consideración de proyecto de centro, y que se tenga en cuenta a efectos de programación y organización de horarios. Es fundamental la implicación del equipo de orientación y de los tutores,  que se considere una actividad propia del plan de acción tutorial. Es posible –y muy deseable- la implicación del resto de profesores: se trata de un proyecto que tiene consecuencias directas en la adquisición, por parte de los alumnos de determinadas competencias básicas: competencia tecnológica, competencia de comunicación, competencia social y ciudadana….que pueden tener reflejo directo en asignaturas como Tecnología, Lengua Castellana y Literatura o Ética por poner un ejemplo. Pero no solo eso. El valor de “arma social” que tiene el proyecto es enorme. Hay muchos alumnos ayudantes que se están reenganchando a la vida escolar gracias a esto y tenemos que tener claro que nuestra labor no es solo enseñar muchas lenguas, Matemáticas y examinar de lo que han aprendido. Hay otros tipos de aprendizaje que son igualmente útiles e importantes y ese es uno de los valores más importantes de este programa”.

La elección de los alumnos puede partir de la voluntariedad de estos o pueden concretarse perfiles de alumnos basados en diferentes criterios.

En cuanto a la selección de los alumnos ayudantes, esta se produce previa información sobre el proyecto y sensibilización al alumnado de ESO sobre la necesidad de abordar planes de formación para el alumnado de educación primaria desde la perspectiva del Aprendizaje Servicio, y utilizar para ello sus propias experiencias en uso de herramientas y dispositivos TIC especialmente de redes sociales. La elección de los alumnos puede partir de la voluntariedad de estos o pueden concretarse perfiles de alumnos basados en diferentes criterios. En los centros entrevistados el proceso de selección fue voluntario y los responsables destacan el enorme éxito de convocatoria, que en ocasiones incluso desbordó las posibilidades del proyecto. Asimismo, coinciden, e insisten en ello, en los buenos resultados obtenidos en alumnos cuya experiencia escolar hasta la fecha había sido menos positiva. “Entre nuestros alumnos ayudantes hay algunos que han repetido curso, con dificultades de aprendizaje o problemas de conducta”, cuenta Ana Carro, “hemos trabajado muchísimo con ellos y les hemos enseñado a trabajar en equipo y a complementarse entre ellos y los resultados han sido increíbles. Muchos de ellos sienten por primera vez que son buenos en algo, que tienen algo que enseñar a los demás. También es muy motivador para ellos volver a los colegios en los que estudiaron primaria, muchos de ellos con dificultades, y mostrar a sus antiguos maestros lo que son capaces de hacer”.

El proyecto plantea un mínimo de cuatro sesiones de formación desarrolladas normalmente en horario de tutoría.

El proyecto plantea un mínimo de cuatro sesiones de formación desarrolladas normalmente en horario de tutoría. Estas sesiones constan de tres módulos de contenido: 1) Habilidades esenciales de comunicación a grupos pequeños y técnicas básicas de comunicación eficaz; 2) Sesiones de trabajo sobre los conceptos de intimidad y privacidad en la red, con el objeto de reflexionar sobre las acciones que llevamos a cabo en la red y la exposición a la que nos sometemos y 3) Sesiones sobre la práctica del respeto y la ética en las relaciones con otras personas en la comunicación en red, en las que se analiza y reflexiona asimismo sobre el concepto y experiencia del ciberbullying. Los alumnos entrevistados consideran imprescindible la formación, sobre todo en lo referente a adquisición de habilidades de  comunicación oral: “Al principio, nos poníamos muy nerviosos y nos movíamos mucho mientras hablábamos. Las primeras charlas eran cortísimas. Pero a medida que fuimos recibiendo la formación, con la práctica, y sobre todo, gracias a la ayuda de José Antonio Luengo, hemos aprendido mucho. Yo creo que es algo que además nos puede ser muy útil a nivel personal en el futuro”.

“Lo que más nos llamó la atención es lo temprano que los niños acceden ahora a las redes sociales, la libertad con la que se manejan por ellas y la enorme cantidad de horas que pasan en internet. Los padres deberían estar más atentos al uso que sus hijos pequeños hacen de las redes”.

Una vez llevado a cabo el proceso de formación se pasa a la acción, con el desarrollo de las sesiones de información y sensibilización del alumnado de tercer ciclo de educación primaria. Estas se llevan a cabo en horario lectivo para los alumnos de primaria y fuera del mismo para los alumnos de secundaria. Los alumnos ayudantes llevan a cabo dos sesiones de información y trabajo con cada grupo de alumnos de primaria. Se organizan en grupos autónomos de tres a cinco integrantes y cuentan con la posibilidad de adaptar los materiales propuestos con la supervisión  de sus formadores, lo que contribuye al proceso de pertenencia y protagonismo en el proyecto. El relato de la experiencia por parte de los alumnos ayudantes es elocuente: “Las charlas y la relación con los pequeños han sido una experiencia estupenda. Las charlas nunca son iguales. Como los niños son distintos, te proponen cosas distintas y te llevan a caminos diferentes. No te cansas. Tienes que aprender a amoldarte a lo que te encuentras”. Recuerdan una charla en la que los niños no participaban: “El problema fue que tenían una maestra muy estricta. Además era ella la que contestaba a todas las preguntas que hacíamos a los niños. Se marchó un rato antes de que terminara la sesión y entonces conseguimos que los niños participaran más”. Los alumnos de ESO valoran enormemente el contacto con los niños: “Se aprende mucho de ellos. Yo pensaba que no se podía hablar de nada con un niño pequeño y me sorprendió la capacidad que tienen. Nos recuerdan además cosas de nosotros mismos que ya habíamos olvidado”.

Los alumnos del IES Parque de Lisboa nos cuentan una experiencia concreta: “Durante una sesión, el año pasado, nos ocurrió que una de las niñas del grupo al que estábamos dando la charla se sintió identificada con lo que le contábamos sobre el acoso en las redes. Detuvimos la charla, hablamos con ella y con el grupo y parece que le dimos el empujoncito que le hacía falta para resolver el problema”. “Yo me quedé maravillado con la actuación de los chicos. Se olvidaron de la presentación, fueron directos al problema y consiguieron que el grupo hablara de lo ocurrido y hubiera una reconciliación”, cuenta Manuel, el orientador. “Nos pidieron volver otra vez”, continúa Aurora, la directora del CEIP, “les dijimos que por supuesto (aunque desde el colegio ya se habían tomado las medidas oportunas) pero los alumnos ayudantes se sintieron en la necesidad de dar continuidad y apoyo a la alumna que se sentía afectada. Y así lo hicieron.”

“Lo que más nos llamó la atención es lo temprano que los niños acceden ahora a las redes sociales, la libertad con la que se manejan por ellas y la enorme cantidad de horas que pasan en internet. ¡Más que yo, que estoy todo el día!”, explican los alumnos de la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo. Comparten con nosotros su propio diagnóstico: “Twitter y Snapchat son las más peligrosas. Snapchat (una aplicación móvil dedicada al envío de imágenes o vídeos que desparecen del dispositivo del destinatario entre uno y diez segundos después de haber sido eliminado), porque da sensación de seguridad a la hora de enviar archivos más comprometidos  ya que van a desaparecer. Pero da tiempo a hacer capturas de pantalla y, además, en la red todo deja huellas. Twitter por el tema de los famosos. Los niños nos decían: ¡a mí me sigue Justin Bieber y habla conmigo! Y les contestábamos: habla contigo en español, ¿verdad? ¿Tú crees que Justin Bieber habla español? ¿Y que hablaría contigo? Y se quedaban muy sorprendidos. Como son muy inocentes es fácil engañarlos. Los juegos en red son también una fuente de acoso e insultos. El problema es que muchos niños tienen agregados un montón de contactos con los que hablan e incluso hacen grupos de whatsapp, y no tienen ni idea de qué edad tienen ni quiénes son en realidad. Los padres deberían estar más atentos al uso que sus hijos pequeños hacen de las redes”.

Una vez llevado a cabo el proyecto, cabe la posibilidad de que los alumnos ayudantes actúen como agentes de apoyo y asesoramiento a los equipos directivos para el análisis y abordaje de situaciones de conflicto por uso inadecuado de las TIC  entre alumnos.

El proyecto incluye una etapa de información y sensibilización con padres y madres, con el protagonismo de los alumnos ayudantes como dinamizadores de la actividad. A partir de estas actividades pueden organizarse talleres específicos sobre temas de interés. La labor de conseguir la participación de los padres es importantísima y no siempre fácil, según Manuel Benito, orientador del IES Parque de Lisboa: “La participación de los padres va mejorando progresivamente: a menudo vienen con la idea de que, como adultos, es una formación que no necesitan. Sin embargo, las sesiones que hemos tenido con ellos han resultado tremendamente enriquecedoras. Los ponentes fueron José Antonio Luengo, que participó en calidad de experto, y nuestros propios alumnos ayudantes. Los padres se dieron cuenta de todas las cosas que sus hijos podían enseñarles a este respecto y se sintieron muy orgullosos de la importante labor que desempeñan”. Ana Carro y Belén Sánchez, las responsables en la Escuela Comarcal Arzobispo Morcillo coinciden en esta última apreciación: “Los invitamos a una sesión para que vieran lo que habían hecho sus hijos. No os podéis imaginar el orgullo y la alegría de unos padres que, además, están habituados a que las noticias que reciben sobre sus hijos en materia académica no sean positivas. De hecho, no solo vinieron los padres: también abuelos, hermanos pequeños… Fue una fiesta, con lágrimas y todo”.

Una vez desarrollado el proyecto, cada centro termina de definirlo y dibujarlo con sus peculiaridades.

Una vez desarrollado el proyecto, cada centro termina de definirlo y dibujarlo con sus peculiaridades. Ahí radica la base de este compromiso con la educación, hacer propia la propuesta original y trabajar con autonomía, aunque en el terreno de la colaboración con otros profesionales y centros del entorno. Manuel Benito explica, por ejemplo, que el IES Parque de Lisboa pudo contar con la colaboración de personal del centro de Atención y Formación a Drogodependientes, con experiencia en programas de prevención, en la formación de los alumnos ayudantes, así como con otros recursos del Ayuntamiento.   

Es esencial tener en cuenta la valoración tanto del alumnado de educación primaria como del propio equipo de alumnos ayudantes.

La evaluación de la experiencia tiene lugar en el seno de los equipos directivos y valora la consecución de los objetivos esenciales definidos al inicio de la experiencia. Esta reflexión tiene por objeto repercutir en la posible toma de decisiones para la consolidación y sostenibilidad del proyecto en el centro, y su extensión a otros centros educativos de la zona. En este sentido, gran parte del esfuerzo de los centros implicados en el proyecto debe estar dirigido al desarrollo y la mejora del trabajo en red y las relaciones entre los centros, aspecto fundamental para la óptima implementación del proyecto. En el proceso de recogida de información, es esencial tener en cuenta la valoración tanto del alumnado de educación primaria como del propio equipo de alumnos ayudantes, que ha resultado ser claramente satisfactoria en cuanto al aprendizaje y la experiencia y que proponen además elementos posibles de mejora: contar con más tiempo para preparar las presentaciones y mejorar la coordinación entre ellos a la hora de las mismas, o extender la experiencia a más centros de la zona. Algunos alumnos proponen que la experiencia se prolongue en el tiempo y que se establezca un método de seguimiento o un medio de contacto (como una dirección de correo electrónico) entre ellos y los alumnos de primaria que puedan necesitar su ayuda más adelante.

El proyecto sigue en marcha cada vez en más centros de la Comunidad de Madrid.

El proyecto sigue en marcha cada vez en más centros de la Comunidad de Madrid. En muchos, la buena experiencia obtenida ha servido de estímulo para seguir trabajando en esta línea, con otros proyectos de mediación, cooperación o colaboración con el entorno.  Todos los participantes inciden en las repercusiones positivas que el proyecto tiene sobre el clima de convivencia del centro e incluso del entorno, por cuanto se trata de un modelo democrático, inclusivo y en el que participa toda la comunidad educativa, basado en el trabajo en equipo, que contempla el desarrollo de habilidades emocionales, cognitivas y morales entre el alumnado, propicia la observación activa del clima del centro, y que emplea el diálogo y el apoyo solidario en la resolución de los conflictos.

Los alumnos que empezaron como alumnos ayudantes TIC han continuado llevando a cabo, en muchas ocasiones, otras actividades solidarias como recogida de alimentos y ropa para fundaciones, colaboraciones con centros de niños con discapacidades, con centros de acogida…En algún caso, la experiencia ha influido en la elección de una futura orientación profesional: Esther, alumna de la Escuela Municipal Arzobispo Morcillo, quiere estudiar Educación Infantil. Además, el proyecto de Alumnos Ayudantes TIC conecta con el otro gran pilar de la vida de los centros educativos, que es el aprendizaje. Y no hay más que escuchar a los alumnos ayudantes de ESO detallar lo que han aprendido:  mucho sobre tecnologías de la información y la comunicación, pero también a superar el miedo a hablar en público, a manejar habilidades de comunicación verbal y no verbal,  a comprometerse, a trabajar de forma cooperativa, a interactuar con sus compañeros y con los más pequeños, escuchar, a empatizar con el otro, a adaptarse  y resolver imprevistos.

La experiencia les proporciona además una mirada crítica sobre sus propias actuaciones en la red y sobre las de los niños con los que contactan.

La experiencia les proporciona además una mirada crítica sobre sus propias actuaciones en la red y sobre las de los niños con los que contactan: reflexionan sobre el temprano y fácil acceso a las tecnologías, se hacen conscientes del peligro de ciertas dinámicas que pueden resultar perjudiciales,  sobre el papel de los padres y la necesidad de una supervisión desde la confianza. Hay un autoaprendizaje necesario a partir de lo que tratan de enseñar a los demás. Cobra un extraordinario valor la empatía y lo afectivo: ellos aprenden a relatar sin miedo sus propias experiencias y sus errores, y esto trae como recompensa el establecimiento de un vínculo afectivo con los pequeños, que valoran enormemente. A la vez se sienten útiles, reconocidos por estos alumnos de primaria, por los profesores y por sus otros compañeros. En las ocasiones en las que el reconocimiento les ha llegado por parte de la Administración o la Inspección educativa, se sienten importantes. Salir del centro, contactar con otras personas del entorno, consigue que se abran a este y amplíen de este modo sus propias expectativas.

 Todos quisieran continuar el proyecto y hacerlo extensivo a otros temas, como el del acoso dentro de los centros, como proponen Martín y Juan Manuel, del IES Parque Lisboa, o incluso, como les gustaría a Iván y Alberto, de la Escuela Municipal Arzobispo Morcillo, convertirse en mentores de los niños ante las dificultades y posibles problemas que supone la entrada al mundo adulto, de la que ellos sienten que tienen mucho que contar. Y, sin duda, así es.



[1] JA Luengo Latorre, 2016, “El proyecto de Alumnos Ayudantes:  educar en el buen uso de las TIC con el protagonismo del alumnado y los centros educativos”. Revista Convives.

[2] Entrevista a José Antonio Luengo, Revista Debates

[3] JA Luengo Latorre, 2016, “El proyecto de Alumnos Ayudantes:  educar en el buen uso de las TIC con el protagonismo del alumnado y los centros educativos”. Revista Convives.