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Visor

El papel de la educación rural en la transformación de la sociedad

Los cambios en los procesos sociales, económicos, culturales, tecnológicos y sanitarios plantean nuevos retos y desafíos para la educación, tanto su aspecto generalista, como en el de la escuela rural. El objetivo principal es conseguir que los nuevos modelos de enseñanza promuevan un impacto significativo en el aprendizaje, atendiendo a los diferentes estilos y maneras de aprender, promoviendo la adquisición y el desarrollo de las competencias y habilidades necesarias para el siglo XXI, en los estudiantes de todos contextos geográficos.

"Los cambios en los procesos sociales, económicos, culturales, tecnológicos y sanitarios plantean nuevos retos y desafíos para la educación, tanto su aspecto generalista, como en el de la escuela rural"

Las instituciones educativas, además de garantizar la equidad en el acceso a la educación independientemente de la condición social, económica y geográfica en la que se encuentren los estudiantes, son quienes también tienen un relevante papel en la formación de individuos cualificados que cuenten con las competencias personales y creativas para adaptarse a sociedades nuevas y cambiantes, en las que la concepción y el desarrollo de estrategias innovadoras son el talante de la creación y el desarrollo de modelos de inclusivos y sostenibles.

Bajo esta premisa y, dado que la educación es un derecho fundamental, tal y como se describe en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), es preciso tener en cuenta el papel que tiene la escuela rural en la conservación de la identidad cultural de los pueblos, así como la posibilidad de conceder un espacio de encuentro y vida, de los menores y de la comunidad educativa, en un territorio rural. Estos espacios, además de ser imprescindibles para conservar la población en entornos rurales, son necesarios para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Recientemente, con la incorporación de la tecnología a las aulas y de los nuevos modelos y metodologías de enseñanza, es posible garantizar un acceso más ágil al conocimiento, generar comunidades de aprendizaje, conectar a la escuela con distintos sectores de actividad y fomentar la creación de entornos educativos de enseñanza más inclusivos. Ante estas transformaciones, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) considera necesario desarrollar políticas que garanticen las condiciones para alcanzar una educación de calidad, que asuma a la diversidad del aula y del contexto escolar como herramienta para la mejora e innovación de los procesos educativos.

En este contexto, además de que las escuelas rurales también se beneficien sobremanera de la integración de las herramientas tecnológicas, el elemento diferenciador entre la escuela urbana y la escuela rural, es la posibilidad de utilizar el entorno como una herramienta más en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

"La escuela rural como un elemento clave para luchar contra la despoblación y promover el acceso temprano a la educación, así como la permanencia dentro del sistema educativo"

Afrontar el desarrollo pleno de las habilidades y competencias de los estudiantes, así como la educación en valores y convivencia; la educación personalizada e intercultural y la inmersión en la sociedad digital y tecnológica; invita a replantear a la escuela rural como un elemento clave para luchar contra la despoblación y promover el acceso temprano a la educación, así como la permanencia dentro del sistema educativo. A partir de estos requerimientos, la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (en adelante LOMLOE), asume este desafío, planteando una reorganización del Sistema Educativo Español que considera y ensalza el valor de la escuela rural en la España del siglo XXI.

  

1. El papel de la educación rural en la transformación de la sociedad

A través del presente artículo se pretende exponer el papel relevante que tiene la escuela rural para la transformación educativa y social en favor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que abogan por la mejora de la calidad, la equidad de la educación y la inclusión. Si bien la escuela rural, por sus propias peculiaridades facilita la adquisición de dichos objetivos, el alcance de estos depende también de los equipos docentes, dado que son claves para planificar y llevar a la práctica proyectos educativos que favorezcan la formación de personas comprometidas y preparadas para construir una sociedad más justa y equitativa. En este contexto, tanto la digitalización de las aulas y la dotación de recursos tecnológicos, como el rediseño de la formación inicial del profesorado de la escuela rural o como el uso del entorno escolar para garantizar la adquisición de competencias y habilidades docentes para este contexto educativo, se hacen necesarias.

 

1.1. El potencial de la escuela rural como motor de cambio y desarrollo sostenible

En España, al igual que en otros países del mundo, la reducción en la tasa de natalidad, los procesos migratorios, la posibilidad de acceso a la educación y a las nuevas tecnologías, así como la necesidad de garantizar el acceso al mercado laboral en contextos de altas oportunidades, entre otros, son algunos de los factores que inciden en la despoblación de las zonas rurales.

Las principales leyes educativas regulan que el alumnado que reside en zonas rurales tiene derecho a recibir una educación, con los mismos niveles de calidad que se ofrece al resto de estudiantes del territorio español. Derivado de lo anterior, desde los años 80 y en materia de legislación educativa, la mejora en el posicionamiento de la educación rural española ha estado relacionada con el decreto de una serie de lineamientos educativos específicos. Estas tendencias se han ido modificando paulatinamente para atender a la educación rural, como un modelo organizativo alternativo que responda a las necesidades del contexto y garantice la igualdad de oportunidades.

Teniendo en cuenta las diferencias que presenta cada región española, en cuanto a la distribución de la población y su grado de ruralidad (Informe del Consejo Escolar del Estado, 2020), se puede afirmar que, durante el curso escolar 2018/2019, 2.154 localidades se caracterizaron por ser núcleos de despoblación del territorio nacional localizadas en zonas de difícil acceso. En dichas regiones hubo un total de 718 escuelas rurales, integradas por 6.775 unidades escolares (grupo de centros escolares rurales incompletos que conforman una misma escuela) en las que se escolarizaron 72.427 estudiantes de Educación Infantil y de Educación Primaria (1,7 % del total del alumnado matriculado en estas enseñanzas).

A pesar de los avances en materia de educación rural, continuamente surgen y persisten discrepancias en torno a la conceptualización de esta, llegándose a dudar de la valía que este modelo educativo tiene tanto para el desarrollo personal y social de los estudiantes que asisten a estos centros, como para el fomento de sociedades que avanzan equitativa y beneficiosamente para todos sus ciudadanos. Es por ello que, ante la cantidad de estudiantes que asisten a centros educativos, tanto en España, como en el resto del mundo, las disposiciones internacionales, tales como el cuarto objetivo (Educación de Calidad) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, asumen a la escuela rural como uno de los medios más necesarios para asegurar una educación inclusiva y de calidad que promueva las mismas oportunidades de aprendizaje para todos.  Asimismo, con carácter nacional, la LOMLOE ha introducido también numerosos cambios para dar respuesta a los planteamientos internacionales y promover la mejora educación en el ámbito rural.

El reciente informe de Echazarra y Radinger (2019) publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pone en relieve esta modalidad y contexto educativo, por ser un espacio que permite a algunos estudiantes del ámbito rural acceder a niveles de vida superiores a los que les pueden ofrecer su entorno inmediato. Dicho informe expone también que, si se toma como referencia para el análisis de los resultados de aprendizaje y el estatus económico-social de los estudiantes en el ámbito rural, a diferencia de países como Rumanía y México en los que persiste una brecha en insumos humanos, materiales y de infraestructura entre sector rural y el urbano, en países como Finlandia, Estonia, Estados Unidos y España, es posible que los alumnos consoliden resultados académicos equiparables o más elevados al alumnado de la escuela urbana. Estos hechos representan claramente un avance importante en términos de escolarización así como en las posibilidades que la escuela rural otorga al incidir en la mejora de los niveles de rezago y/o deserción escolar.

Vista exterior del Centro Rural Agrupado Sierra Oeste, Robledondo (Comunidad de Madrid, España). Fuente: Google (s.f.)

Centro Rural Agrupado Sierra Oeste, Robledondo (Comunidad de Madrid, España). Fuente: Google (s.f.)

Con respecto al desarrollo de las habilidades sociales en el contexto rural, destaca el estudio de Little (2001) realizado en aulas rurales en Terranova y Labrador en Canadá.  En su desarrollo se  demuestra que, por las peculiaridades organizativas de estos centros (aulas constituidas por estudiantes de diferente edad, nivel educativo, contexto social, territorial o cultural, así como con distintos estilos, ritmos, intereses, motivaciones y niveles de aprendizaje, se pueden considerar como espacios de aprendizaje que ofrecen mayores oportunidades para el desarrollo de habilidades socioemocionales (habilidades blandas), también conocidas como soft skills. En esta misma línea, el estudio de Roselló, Gracia, y  Blasco-Serrano (2019) expone que al ser la escuela rural la que considera a la diversidad como un valor que une la escuela con su comunidad y con su cultura e identidad, es aquella que se entronca con un compromiso de justicia social con su entorno, convirtiéndose en un excelente escenario donde desarrollar prácticas de y para la ciudadanía global.

En el sector educativo rural, investigaciones como las de del Mora, Martínez y Piñeiro (2014) han demostrado que el uso de los recursos tecnológicos han permitido desarrollar esquemas de mejora en la gestión organizativa de la institución educativa, al facilitar la comunicación y transmisión de la información entre las distintas unidades escolares que conforman el centro educativo principal y los distintos actores educativos. Por otro lado, y en lo que refiere a los procesos formativos, destacan el impacto significativo que tiene la escuela rural y su modelo educativo para promover que los estudiantes tengan mayor acceso a contenidos tranversales y/o de mayor complejidad (v.g. utilización de la realidad aumentada para abordar contenidos didácticos específicos) y permitir el desarrollo de proyectos educativos creativos e innovadores que posibilitan la interconexión de experiencias de aprendizaje con otros contextos escolares (i.e. escuelas de otras localidades, regiones o países), así como potenciar el acceso al conocimiento desde las distintas posibilidades de cada individuo.

"Al ser la escuela rural la que considera a la diversidad como un valor que une la escuela con su comunidad y con su cultura e identidad, es aquella que se entronca con un compromiso de justicia social con su entorno, convirtiéndose en un excelente escenario donde desarrollar prácticas de y para la ciudadanía global"

Debido a la pandemia y ante la necesidad de transformar la modalidad de enseñanza para garantizar el desarrollo de los procesos educativos a través de la enseñanza en línea, se ha puesto de manifiesto que las nuevas tecnologías, en cualquier ámbito escolar, pueden constituir el medio a través del cual se consagre el acceso y la permanencia a la educación. En este sentido, es posible afirmar que es menester que se continúen desarrollando estrategias que reduzcan las desigualdades digitales existentes el ámbito educativo rural, y que concedan formación específica para el desarrollo de las competencias digitales necesarias para el uso efectivo de los recursos tecnológicos en el proceso educativo.

Finalmente, sobre la base de la literatura especializada en el tema de la educación rural, se pone de manifiesto el relevante papel que esta juega por el arraigo y la conservación de la identidad local así como por la inclusión democrática de todas las personas, culturas e ideologías que coexisten en estos escenarios. Al mismo tiempo, se aboga por la defensa de los centros escolares que coexisten en la España vaciada para promover la conservación de este patrimonio e identidad social y cultural.

Aunque las características de administración y gestión de las escuelas rurales representen claramente un desafío para las comunidades escolares (aislamiento geográfico, tamaño y composición socioeconómico del centro escolar, desigualdad en el acceso de recursos materiales y/o humanos, falta de formación docente específica, baja ratio de alumnos por profesor, entre otros), existen iniciativas pedagógicas y didácticas que abren verdaderas oportunidades para atender a los procesos educativos en estos centros, a través de las cuales se potencia la enseñanza y aprovecha el entorno escolar, para desarrollar habilidades en los estudiantes que coadyuven al alcance del éxito educativo.

"En el tema de la educación rural, se pone de manifiesto el relevante papel que esta juega por el arraigo y la conservación de la identidad local así como por la inclusión democrática de todas las personas, culturas e ideologías que coexisten en estos escenarios"

 2. Influencia del entorno en el aprendizaje y la atención a la diversidad en contextos educativos rurales

Debido a las características particulares de la escuela rural, la innovación pedagógica en estos centros se da no solo por la singularidad de sus aulas y espacios educativos, sino por su estrecha conexión con el entorno. De acuerdo con Santos y Martínez (2011), las características de los centros rurales permiten organizar y adaptar los contenidos curriculares y la práctica educativa a las formas de vida del alumnado, así como a las necesidades específicas de las aulas rurales multigrado.

La riqueza de este escenario rústico en sus contextos culturales, sociales, arquitectónicos, naturales y otros, ofrece la posibilidad de interconectar los procesos educativos con el entorno del núcleo rural, abordando de manera transversal el currículo y fortaleciendo el aprendizaje multidisciplinar de los estudiantes, a la vez que se atiende a la diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje del alumnado (Gama y Fernández, 2009;  Knight, 2013).

Las experiencias del aprendizaje a través del entorno desempeñan un papel fundamental en la provisión de habilidades adicionales que permiten a los estudiantes la comprensión de contenidos conceptuales complejos. Santos y Martínez (2011) consideran que las características de los centros rurales convierten a estos espacios en aquellos que facilitan la organización y adaptación de la práctica educativa a las necesidades específicas y formas de vida del alumnado. Si bien Bustos (2013) considera al entorno rústico como una herramienta eficaz para interconectar los procesos educativos al orden diario del núcleo rural y potencializar la adquisición de aprendizajes significativos en los estudiantes, por la riqueza que este escenario posee en sus contextos culturales, sociales, arquitectónicos, naturales y otros;  Taylo y Mulhall (2001) determinan que el reto para las escuelas rurales es encontrar la manera de relacionar los contenidos curriculares, métodos y recursos educativos con el contexto natural, cultural y social de los estudiantes, para promover el aprendizaje a través de la experiencia.

En las escuelas rurales españolas, la participación de los distintos miembros de la localidad, el uso de los espacios rurales y los elementos vinculados a estos, responden a distintos aspectos: 1) uso del entorno local para el desarrollo de experiencias escolares significativas (v.g. fabricación y venta de productos en el mercadillo municipal de la localidad para la recaudación de fondos destinados a fundaciones de distintos ámbitos sin ánimo de lucro; desarrollo de proyectos de investigación sobre el ciclo de vida de animales encontrados en el entorno rural); 2) uso del entorno para redescubrirlo, aprovechando el espacio y material que el medio rural ofrece (v.g. desplazamiento de los estudiantes de Infantil y Primaria, acompañados por sus docentes para hacer recorridos por en medios de transporte equino); 3) uso del entorno rural para subsanar las carencias en infraestructura escolar de algunos centros educativos (v.g. desarrollo de actividades de Educación Física y del receso escolar en los parques de la localidad); y 4) la participación directa de integrantes de la comunidad en actividades educativas (v.g. participación de la Guardia Civil, con un programa medioambiental dentro y fuera del centro educativo;  desarrollo talleres educativos literarios con padres de familia, entre otros).

Estudiantes de una escuela rural de la Comunidad Autónoma de Madrid trabajando con el entorno y aprovechando los elementos que este les ofrece para el desarrollo de proyectos de investigación educativa. Fuente: Archivo fotográfico personal.

Estudiantes de una escuela rural de la Comunidad de Madrid trabajando con el entorno y aprovechando los elementos que este les ofrece para el desarrollo de proyectos de investigación educativa. Fuente: Archivo fotográfico personal.

"El reto para las escuelas rurales es encontrar la manera de relacionar los contenidos curriculares, métodos y recursos educativos con el contexto natural, cultural y social de los estudiantes, para promover el aprendizaje a través de la experiencia"

Las distintas experiencias educativas que se están desarrollando en el espacio rural, demuestran que el entorno escolar es un sistema polifacético que puede ser analizado y utilizado de muchas maneras diferentes. A diferencia de las escuelas urbanas, en las que difícilmente se reúnen e integran los distintos entornos de aprendizaje que constituyen el ambiente escolar (la escuela y su entorno, el hogar y la comunidad), en el ámbito educativo rural la participación de los miembros de la comunidad escolar es  de colaboración, implicación y cercanía. Por otro lado, la participación de los alumnos es activa y el grado de compromiso de los profesores con la comunidad suele ser elevado. Estos vínculos se sostienen y refuerzan entre ellos, promoviendo que los alumnos, docentes y familias formen parte activa de la vida diaria en la localidad, así como de las actividades escolares.

En las escuelas rurales, los modelos educativos centrados en los estudiantes que hacen uso del entorno como elemento facilitador de la actividad docente y de los procesos cognitivos, a la vez que integran metodologías activas que promuevan un aprendizaje experiencial, como la metodología Learning by Doing (aprender haciendo), son aquellos que facilitan que los estudiantes adquieran un papel principal en su propio proceso de aprendizaje. Para su desarrollo, se les provee de contenidos relacionados con sus conocimientos previos para que puedan comprenderlos, analizarlos, aplicarlos y transformarlos. De este modo, el alumno adopta un rol activo en el proceso de construcción de sus nuevos aprendizajes acompañado del andamiaje docente.

El desarrollo de actividades académicas elegidas por su relevancia local y sus atributos experimentales promueven que los estudiantes concedan mayor significado y, por consiguiente, implicación y compromiso, en el proceso educativo. En estos casos, el aprendizaje está contextualizado, tanto porque se aprende haciendo, como porque lo que se hace tiene una función evidente. Este modelo educativo se vincula a los resultados de la investigación, tanto de Smeds et al. (2011) como de Echazarra y Radinger (2019), quienes demostraron que los alumnos de las escuelas rurales son quienes participan con mayor frecuencia en actividades vinculadas al aprendizaje al aire libre, en comparación a los estudiantes de zonas urbanas. Asimismo, se encuentra que este grupo de estudiantes es el que tiene mayor satisfacción sobre las oportunidades de aprendizaje que se les ofrece, además de ser quienes establecen vínculos más empáticos y responsables por el medio ambiente.

Las actividades que se desarrollan en el entorno natural contribuyen, además de lo antes mencionado, a la activación de los sentidos afectivos y cognitivos, así como a la construcción de saberes significativos y al desarrollo de las habilidades de razonamiento científico básico, de aprendizaje e innovación (pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad). Asimismo, estos modelos de enseñanza permiten adquirir las habilidades y competencias para el futuro profesional, tales como la flexibilidad, adaptación, independencia, habilidades sociales e interculturales, resolución de problemas y trabajo en equipo, entre otros (Knight, 2013).

Es importante que el alumno tenga un papel activo en su proceso de aprendizaje. Este es uno de los principales retos que deben asumir las escuelas e instituciones educativas para dar respuesta a su compromiso de formar a los estudiantes para un futuro profesional y personal, a la vez que adquieran habilidades y competencias que mejoren su empleabilidad y formación para el ejercicio profesional. Para garantizar el cumplimiento de lo dispuesto, en materia de la igualdad de oportunidades y la necesidad de favorecer la permanencia de los estudiantes más allá de la escuela infantil y primaria en la escuela rural, la LOMLOE, incide en la necesidad de dotar de recursos reconocimos y humanos, para que las escuelas rurales puedan continuar rediseñando sus espacios de aprendizaje y poniendo en alto valor su potencial pedagógico: el aprendizaje a través del entorno, la educación personalizada y la influencia de los espacios y metodologías activas en el aprendizaje.

Referencias bibliográficas

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Roselló, T. C., Gracia, B. D., y  Blasco-Serrano, A. C. (2019). Hacia una escuela rural comprometida con la comunidad: ODS un nuevo escenario. Forum Aragón: revista digital de FEAE-Aragón sobre organización y gestión educativa 28, 23-27.

 

Silvia Carrascal.
Facultad de Educación y Centro Formación de Profesorado.
Universidad Complutense de Madrid

 

Montserrat Magro.
Facultad de Educación y Letras.
Universidad Nebrija

Facultad de Educación y Centro Formación de ProfesoradoUniversidad Complutense de Madrid Montserrat MagroFacultad de Educación y LetrasUniversidad Nebrija