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Visor

Educación por competencias y su evaluación

Son diversos y de gran relevancia los retos educativos que se plantean en este siglo. Los cambios estructurales que está experimentando nuestra sociedad afectan a todos los ámbitos de nuestra vida. Los ordenadores personales y los dispositivos móviles con acceso a internet han revolucionado en las últimas décadas la manera de comunicarnos, informarnos, trabajar, relacionarnos… y la robótica y la inteligencia artificial lo hará en la próxima década.

Marta Reina Herrera
Asesora de Innovación y Formación TIC (CTIF Madrid-Oeste)

En este escenario, la escuela sigue siendo una institución primordial en la educación de la nueva ciudadanía, aunque su labor no puede realizarse adecuadamente, sin un nuevo planteamiento más adaptado a la sociedad globalizada, digital y tremendamente cambiante en la que vivimos. Conectando el currículo con las prácticas vitales del alumnado, que tienen lugar dentro y fuera de la escuela. Entendiendo que las relaciones pedagógicas tienen lugar en espacios formales y no formales, abiertos a la indagación y al compartir en una red de relaciones, de manera conectada. En el que la formación permanente y el aprendizaje a lo largo de la vida son clave.

La UNESCO (1996) estableció los principios precursores de la aplicación de la enseñanza basada en competencias al identificar los pilares básicos de una educación permanente para el Siglo XXI. Así mismo, la Unión Europea insiste en la necesidad de la adquisición de las competencias clave por parte de la ciudadanía como condición indispensable para lograr que los individuos alcancen un pleno desarrollo personal, social y profesional que se ajuste a las demandas de un mundo globalizado y haga posible el desarrollo económico, vinculado al conocimiento.

Necesidad, por parte de la ciudadanía, de la adquisición de las competencias clave como condición indispensable para lograr que los individuos alcancen un pleno desarrollo personal, social y profesional.

DeSeCo (2003) define competencia como «la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada». La competencia «supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz». Se contemplan, pues, como conocimiento en la práctica, es decir, un conocimiento adquirido a través de la participación activa en prácticas sociales y, como tales, se pueden desarrollar tanto en el contexto educativo formal, a través del currículo, como en los contextos educativos no formales e informales.

Por lo que, el conocimiento competencial integra un conocimiento de tipo conceptual: conceptos, principios, teorías, datos y hechos (saber); un conocimiento relativo a las destrezas, referidas tanto a la acción física observable como a la acción mental (saber hacer); y un componente con gran influencia social y cultural, y que implica un conjunto de actitudes y valores (saber ser).

Como se recoge en la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, el aprendizaje basado en competencias se caracteriza por su transversalidad, su dinamismo y su carácter integral, por lo que el proceso de enseñanza aprendizaje competencial debe abordarse desde todas las áreas de conocimiento y por parte de las diversas instancias que conforman la comunidad educativa, tanto en los ámbitos formales como en los no formales e informales. Así mismo, las competencias clave deberán estar estrechamente vinculadas a los objetivos definidos para la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato.

Un enfoque metodológico basado en las competencias supone un cambio en la evaluación de los aprendizajes

Tras esta introducción, queda evidenciado que un enfoque metodológico basado en las competencias clave supone, por un lado, la introducción de prácticas de trabajo que faciliten la participación e implicación del alumnado a través de metodologías activas y uso de conocimientos en situaciones reales, que generen aprendizajes más transferibles y duraderos, y por otro, un cambio en la EVALUACIÓN DE ESTOS APRENDIZAJES.

Como muestra este enfoque competencial analizaremos a lo largo del artículo el proyecto “VILLALBA EN TU MANO”, proyecto de aprendizaje servicio y mobile learning, reconocido con el Premio Nacional de Educación en el año 2014.

Educación por competencias y su evaluación 

Nos centraremos en la evaluación diseñada a lo largo del proyecto, recordando que la normativa posibilita autonomía a los docentes para decidir sobre cómo realizar la evaluación del alumnado.

Como comentamos anteriormente, la estrecha relación de las competencias clave con los objetivos de las etapas educativas hace necesario que los docentes diseñemos estrategias para desarrollar y evaluar las competencias desde las primeras etapas educativas.

En nuestro currículum educativo los criterios de evaluación son la referencia para valorar lo que el alumnado sabe. Estos criterios de evaluación se concretan en estándares de aprendizaje evaluables, observables y medibles. Serán estos, como elemento curricular de mayor concreción, los que nos sirvan de referencia para valorar el desarrollo competencial del alumnado. Poniéndolos en relación con las competencias clave, nos permitirán valorar el nivel de desempeño alcanzado en cada una de ellas.

La estrecha relación de las competencias clave con los objetivos de las etapas educativas hace necesario que los docentes diseñemos estrategias para desarrollar y evaluar las competencias desde las primeras etapas educativas.

Por otro lado, es importante que las estrategias de evaluación diseñadas contemplen de manera clara la participación del alumnado en la evaluación de sus logros (autoevaluación, evaluación entre iguales, coevaluación), imprimiendo un carácter formativo a la misma.

Los niveles de desempeño de las competencias se podrán medir a través de indicadores de logro, recogidos en instrumentos de evaluación como rúbricas. Instrumento que veremos en el proyecto “Villalba en tu mano” en el que se persigue una evaluación auténtica.

Wiggins (1998, p. 22 y ss.) define que la evaluación es auténtica cuando la anclamos al tipo de trabajo real que la gente hace. Es auténtica porque vemos si los estudiantes pueden usar inteligentemente lo que han aprendido en situaciones que paulatinamente se aproximan a situaciones adultas y si pueden presentar innovaciones ante nuevas situaciones.

La evaluación auténtica, tiene tres características si nos referimos a la evaluación de desempeño: a) planteamiento de tareas complejas en contextos reales o simulados, b) carácter formativo y c) uso amplio de indicadores compartido con los estudiantes. Hechas estas consideraciones pasamos a describir el proceso seguido para definir la estrategia de evaluación aplicada en el proyecto.

Nos planteamos varias cuestiones para definir la estrategia:

  1. ¿Qué actividades de evaluación podríamos plantear? Una exposición oral con presentación donde se expongan unas conclusiones, grabación de un vídeo, realización de un mapa conceptual, diseño colaborativo de un App con páginas temáticas…
  2. ¿Cuándo voy a evaluar el desempeño? Un día, varios días, con un producto que entreguen en clase o en una salida al municipio (C. Villalba) …
  3. ¿Cómo y con qué voy a evaluar? Evalúo solo yo, que se valoren entre ellos... utilizando varios instrumentos dependiendo de la prueba de evaluación (rúbrica, diana…)

Tras estas cuestiones, a modo de resumen, las decisiones adoptadas fueron las siguientes: Evaluar el desempeño a través de la presentación de diversos productos digitales realizados de manera individual o colaborativa, en diferentes momentos del proyecto y utilizando como instrumentos de evaluación, rúbricas para la heteroevaluación y dianas para la coevaluación o autoevaluación.

Ahora pasaremos a describir los instrumentos de evaluación utilizados: Rúbrica y Diana.

Las rúbricas de evaluación son un magnifico instrumento para la evaluación del desempeño.

Cortés (2014), las define como un instrumento de calificación que utiliza la descripción cualitativa de los criterios de realización de una tarea a evaluar de forma graduada. Proporcionando pautas sobre como apreciar el nivel de desempeño del alumnado.

Educación por competencias y su evaluación 

Las rúbricas son idóneas para la evaluación de aprendizajes complejos, que implican el uso de destrezas cognitivas de alto nivel. Aprendizajes que no se pueden valorar como correctos o incorrectos.

Educación por competencias y su evaluación

Además, son muy útiles para una evaluación formativa, ya que permiten especificar cuáles son los niveles o grados de desempeño, estableciendo los criterios de realización de una tarea y que, siendo compartidos con los alumnos, proporcionan al alumnado un “horizonte de desempeño” y retroalimentación sobre cómo mejorar su trabajo.

Rúbrica de autoevaluación del alumnado. Creación de una mapa conceptual.

Educación por competencias y su evaluación

Pasos para la construcción de una rúbrica:

El primer paso que debemos realizar es la determinación del número de niveles de desempeño que vamos a utilizar. Posteriormente asignaremos los adjetivos que definan el desempeño (calificación de cada nivel),

 - malo, regular, bueno, excelente


- comienzo, en desarrollo, realizado, ejemplar

- inadecuado, regular, bien, muy bien

También podemos asignar una puntuación a cada nivel, si queremos obtener una calificación numérica, como podemos observar en la rúbrica de autoevaluación anterior. Una vez determinado el número de niveles viene la parte más complicada:

1º- Delimitar las acciones que el evaluador debe tener en cuenta. Listando, aquellos aspectos observables, que se alinean con los ESTANDARES DE APRENDIZAJE del currículo, fácilmente identificables, combinándolos con otros más específicos de la actividad de evaluación propuesta. Expresándolos en términos de conductas (para el caso de destrezas) o de características (para el caso de productos).

2º.- Describir los diferentes niveles de desempeño, especificando así los diferentes grados de consecución. Lo que variaría de nivel a nivel, es el grado de desempeño de esa conducta, y esos grados se puedes establecer basándonos entre otros en tres tipos de calificadores:

- De cantidad: ninguno, alguno, la mayoría, todos ...

- De frecuencia: nunca, raramente, a veces, usualmente, siempre ...

- De intensidad: ligeramente, moderadamente, principalmente, extremadamente …

Ejemplo de rúbrica con calificación cualitativa y cuantitativa (Proyecto “Villalba en tu mano”)

 Educación por competencias y su evaluación

Diana de evaluación

La diana es un método de evaluación sencillo, rápido y muy visual, que podemos utilizar para realizar la evaluación entre pares y/o para conocer la opinión de nuestros alumnos sobre diversos aspectos del proyecto.

Educación por competencias y su evaluación

Coevaluación

Dividimos la diana entre los aspectos que queremos evaluar. A cada equipo se le asigna un color.  Se puntúa cada aspecto entre 1 y 4 y se unen los puntos obtenidos. Cuanto mayor es el área del polígono, mayor es la puntuación obtenida por el equipo.

 

 

Educación por competencias y su evaluación

Evaluación participativa

Diseño de la diana asignando a cada circunferencia de la diana un valor cuantitativo o cualitativo. Cuanto más cerca esté del centro, mayor valoración. 

Nos da una visión rápida de la opinión de todos los alumnos del grupo-clase.                                                                                                                                                                              

                                                                                          

Para terminar, vamos a mencionar un par de aspectos más relacionados con la evaluación y el reconocimiento de los aprendizajes competenciales en la era digital: Los portfolios digitales y las insignias digitales.

El Portfolio digital o ePortfolio educativo, se puede definir como una colección de evidencias de aprendizaje digitales creadas y gestionadas por un alumno/a o grupo de alumnos, recogidas en un espacio web. Estas evidencias o muestras de los trabajos desarrollados pueden contener elementos digitales en distintos formatos: textos, imágenes, vídeos, enlaces, artefactos digitales, etc.

Los portfolios digitales van más allá de una mera función recopiladora, realizando también una labor de difusión del trabajo propio y de reflexión sobre los logros y dificultades para la consecución de las tareas o competencias propuestas. Facilitando así la integración real de la evaluación en el proceso de enseñanza- aprendizaje, recopilando muestras del aprendizaje y reflexionando sobre el mismo, compartiéndolo públicamente con otros miembros de la comunidad educativa. Pueden ser individuales o colectivos, como es el caso de la web del proyecto “VILLALBA EN TU MANO” en el que se recogen los productos y evidencias de aprendizaje de todos los alumnos.

Para finalizar, mencionaremos las insignias digitales que surgen para reconocer competencias y habilidades, adquiridas en aprendizajes formales, no formales e informales. Su consecución requiere la consecución de unos requisitos de aprendizaje, mediante la entrega de evidencias de aprendizaje. Este sistema de credenciales se puede utilizar en proyectos de aprendizaje, ofreciendo la posibilidad de obtener una acreditación digital en la adquisición de logros de aprendizaje, habilidades o competencias concretas. Insignias que el alumnado podrá incorporar a su portfolio digital personal.

Educación por competencias y su evaluación

En el proyecto “VILLALBA EN TU MANO”, el alumnado participante obtenía una insignia tras la realización del producto final colaborativo (App sobre Collado Villalba), que acreditaba las competencias adquiridas tras el proyecto (diseñar, crear y editar las diferentes páginas del App que incluían vídeos, audios, textos, imágenes interactivas).

Las insignias digitales son algo más que una imagen, tienen asociada una serie de metadatos que especifican que requisitos de aprendizaje y evidencias se exigen al poseedor de la insignia, así como las destrezas o competencias adquiridas tras su consecución. Finalmente, también indica la persona o entidad educativa que emite o concede la insignia.

 

Referencias bibliográficas:                                                                                                                

  • Cortés De las Heras, J. (2014). Diseño de rúbricas. Cuaderno de instrumentos de evaluación #2.
  • Cortés De las Heras, J. (2014). Guía de evaluación educativa para el profesorado de Educación Primaria y Secundaria.
  • Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato. Boletín Oficial del Estado, 29 de enero de 2015, núm. 25, pp. 6986 a 7003.
  • Wiggins, G. (1998). Educative Assessment. Designing Assessments To Inform and Improve Student Performance. San Francisco (CA): Jossey-Bass Publishers.