Saltar al contenido

Visor

10 Claves para hacer un aula de Educación infantil más inclusiva con alumnado con Trastorno del Espectro Autista

10 Claves para hacer un Aula de Educación infantil más inclusiva con alumnado con Trastorno del Espectro Autista
(enfoque DUA)

Resumen:

La llegada de la nueva ley educativa a los centros de Educación infantil y Primaria nos impulsa a hacer aulas más inclusivas incorporando el diseño universal de aprendizaje (DUA) a nuestra práctica diaria. En ocasiones, los maestros tutores que trabajamos con alumnado con Trastorno del Espectro Autista (TEA) no sabemos cómo abordar este enfoque más global, sin recurrir a las adaptaciones individualizadas puesto que es la práctica más común a la que se recurría para atender a las diferentes necesidades educativas. En este artículo se proponen algunas herramientas metodológicas que se pueden incorporar a cualquier aula de Educación Infantil para hacerla más accesible a este alumnado, de forma que el estilo de aprendizaje sea más inclusivo.

La práctica educativa desde una perspectiva DUA


El Diseño Universal del Aprendizaje (DUA) es un marco teórico que busca proporcionar a todos los estudiantes igualdad de oportunidades para aprender y participar en el proceso educativo. Este enfoque metodológico que nos exige incorporar la nueva Ley Educativa (LOMLOE), propone una visión de conjunto más amplia y entiende la atención a la diversidad desde un enfoque inclusivo en el que se ofrezcan respuestas comunes a todo el alumnado y no sólo medidas concretas aplicadas al alumno/a con Necesidades Educativas Específicas.

Entre el alumnado con necesidades educativas especiales se encuentran los diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y este colectivo está presente en todas las etapas del sistema educativo, desde Educación Infantil hasta las enseñanzas Universitarias. Al contrario que otras dificultades de aprendizaje o trastornos que aparecen en momentos evolutivos más concretos o que pueden llegar incluso a desaparecer, el TEA prevalece con frecuencia durante toda la vida del individuo (Alcantud, Alonso y Mata, 2016) y es por eso que es preciso dar una respuesta educativa adecuada en todos los niveles educativos. En este sentido, la etapa de Educación Infantil se distingue como una etapa crucial en el desarrollo evolutivo de los niños/as ya que abarca los seis primeros años de vida donde se producen cambios evolutivos y aprendizajes decisivos para el desarrollo global de la persona, así como la primera toma de contacto con la escuela. El tratamiento precoz y la atención temprana son imprescindible para mejorar el desarrollo y habilidades del niño/a y reducir los problemas o dificultades que puedan surgir en su desarrollo futuro. Y es por este motivo que la etapa Infantil cobra un papel vital en la detección y tratamiento de los alumnos/as con TEA.

Antes de profundizar en los cambios metodológicos que podemos incluir en nuestras aulas, es necesario definir el concepto de Trastorno del Espectro Autista. Tomando como referencia la Asociación Americana de Psiquiatría se engloba dentro de los trastornos de neurodesarrollo y se caracteriza por perturbaciones graves y generalizadas en la comunicación social y en patrones repetitivos y restringidos de conducta e intereses fijos (DSM-V. APA, 2013).

El alumnado con TEA presenta diferentes características y es complejo nombrar particularidades comunes de este trastorno del desarrollo, aunque un rasgo muy común es la alteración en la comunicación tanto verbal como no verbal. Además, se pueden observar unos rasgos cognitivos concretos como la inflexibilidad mental o la repetición de conductas; dificultades a la hora de reconocer emociones en los demás y procesar los propios sentimientos, la híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales y dificultad para establecer y mantener relaciones con los otros.

El alumnado con TEA puede ser escolarizado en diferentes modalidades, tal y como contempla la legislación actual, en función de la atención educativa que precise. La escolarización en centro ordinario con apoyos variables o a tiempo completo se percibe como la modalidad más interesante para el alumnado TEA, sobre todo en las primeras etapas ya que favorece el desarrollo de habilidades sociales y la comunicación. El alumno/a se integra en un aula ordinaria y recibe los apoyos o adaptaciones que sean necesarios.

"El alumnado con TEA puede ser escolarizado en diferentes modalidades, tal y como contempla la legislación actual, en función de la atención educativa que precise."

Cuando esta opción de escolaridad se lleva a cabo, somos los maestros de Edu- cación Infantil los encargados de dar una respuesta educativa de calidad a este alumnado. Por ese motivo, con este artículo, se pretende ayudar al profesorado de Educación Infantil a implementar estrategias y herramientas metodológicas para conseguir hacer sus aulas más inclusivas desde un diseño universal del aprendizaje.

¿Qué podemos hacer para que nuestra aula de Educación Infantil sea más inclusiva para el alumnado TEA?

1.    Mitigar la hipersensibilidad sensorial.

Para mitigar los efectos negativos de la hipersensibilidad sensorial se proponen medidas que pueden ser llevadas a cabo a nivel de todo el centro para favorecer y mejorar las experiencias del alumnado TEA en el mismo. En cuanto a la sensibilidad auditiva se evitarán, en la medida de lo posible, los sonidos estridentes o fuertes. Por ejemplo, sustituyendo la sirena que anuncia los cambios horarios y la salida y entrada del centro por música emitida por la megafonía. Asimismo, a nivel de aula, se recomienda disponer de material que alivie ciertas situaciones en las que sea inevitable los sonidos fuertes como auriculares aislantes del sonido o tapones para los oídos. En los espacios más propensos a generar bullicio, como el aula de psicomotricidad, se puede incorporar el “semáforo del ruido” con el que se marca de forma muy visual para los alumnos/as los niveles de ruido.

2.    Potenciar la información visual.

Uno de los principios del DUA es la presentación de la información en múltiples formatos y en este sentido, la inmensa mayoría de los programas desarrollados para el tratamiento del TEA destacan la importancia de utilizar indicadores visuales con imágenes o símbolos en lugar de textos o palabras. De esta forma la información se percibe de manera más clara y ayuda a comprender qué debe hacer en cada situación por lo que favorece la autonomía y aporta seguridad y confianza. Se recomienda, por tanto, que todo el centro educativo esté señalizado con pictogramas para favorecer la identificación de las distintas áreas o aulas y que éstos aporten información sobre la actividad que puede llevarse a cabo allí. También a nivel de aula, se recomienda recoger las rutinas diarias a realizar en forma de pictogramas, así como el uso de otros materiales que favorezcan la comprensión de los discursos orales, como fotografías o historias sociales.

3.    Hacer los recreos más inclusivos.

El tiempo de recreo puede generar dificultades al alunando TEA por ser un espacio no estructurado que puede resultar imprevisible o caótico. Algunas de las estrategias que se proponen para evitar esta incertidumbre y favorecer las relaciones sociales positivas en este espacio están centradas en ofrecer ayuda en el uso de recursos comunicativos. Tanto a la hora de iniciar conversaciones como en las necesidades comunicativas que puedan surgir de las relaciones sociales habituales. Pudiendo contar incluso con compañeros ayudantes o con adultos de confianza de referencia para ayudar en la resolución pacífica de conflictos. Una ayuda que puede resultar útil en la realización de este ritual es el uso de “asiento de escuchar y asiento de hablar”. Con esta estrategia se definen lugares fijos para facilitar la comunicación y la escucha activa estableciendo una silla para el interlocutor (puede diferenciarse con un pictograma o imagen de una boca) y otra silla para el receptor (pictograma o imagen de oreja).

Otra medida que podemos adoptar en el tiempo de recreo es ofrecer la posibilidad de realizar actividades alternativas en el patio a todo el alumnado, como proponen programas como los patios dinámicos de Gay Lagar. Esta autora, especializada en TEA, propone crear patios más inclusivos ofreciendo variedad de actividades que promueven la interacción social, supervisadas y dinamizadas por los maestros. En este sentido, es también interesante poder explicar y practicar las normas de juego previamente, pudiendo utilizar el tiempo en el aula de psicomotricidad y las actividades más lúdicas que se desarrollen en ella para practicar. De esta forma todos y cada uno de los alumnos y alumnas podrán elegir alguna actividad o dinámica con la que se sientan cómodos y evitaremos el aislamiento en el tiempo de recreo.

4.    Trabajar las emociones y la autorregulación

 "Los contenidos que se proponen para conseguir una educación emocional de calidad son la inteligencia emocional, las inteligencias múltiples, la emoción, las competencias emocionales y el bienestar emocional."

La dificultad para el reconocimiento y expresión de emociones es característica de las personas con TEA, por eso es especialmente interesante el tratamiento en el aula de manera completa y sistemática. Esto, sumado a que el DUA busca que los estudiantes puedan expresar su comprensión de diferentes maneras hace que el trabajo de la educación emocional sea imprescindible. Los contenidos que se proponen para conseguir una educación emocional de calidad son la inteligencia emocional, las inteligencias múltiples, la emoción, las competencias emocionales y el bienestar emocional.

Muchas son las técnicas o estrategias para llevar a cabo la educación emocional en el aula y deben adaptarse a las necesidades y características del grupo con el que se trabaje. Algunas dinámicas que se proponen por su adecuación al alumnado TEA son: utilizar ayudas visuales para hacer el pensamiento visible y expresar el estado emocional en cada momento, se pueden utilizar un “termómetro de las emociones” o un corazón dividido en partes; reconocer emociones y reflexionar sobre las situaciones o reforzar el contenido verbal con gestos o apoyos visuales.

Un punto muy importante que también debe ser trabajado en la educación emocional es la autorregulación y el control de la frustración. Un recurso muy interesante es el uso de la “rueda de opciones”, que consiste en ayudarnos de una rueda con representaciones visuales de acciones o posibilidades que se presentan como alternativa a las conductas disruptivas cuando se encuentren frutados o enfadados.

5.    Favorecer la estimulación sensorial

Favorecer la estimulación sensorial. Foto de alumnos TEA. practicas.

La estimulación sensorial está ampliamente extendida en los tratamientos y programas de TEA así como en centros de Educación Especial, algunos tratamientos como la terapia de integración sensorial centran su intervención en este aspecto.

El DUA propone un enfoque multisensorial para hacer las aulas más inclusivas al presentar los estímulos de forma que se atiendan las diversas formas de procesar la información que tiene el alumnado, pero, además, la estimulación sensorial en Educación Infantil es muy recomendable ya que entre los 3 y los 6 años tienen un pensamiento preoperacional que les impide hacer representaciones abstractas de los conceptos.

"La estimulación sensorial está ampliamente extendida en los tratamientos y programas de TEA así como en centros de Educación Especial, algunos tratamientos como la terapia de integración sensorial centran su intervención en este aspecto."

En este caso, se propone el uso de recursos naturales como agua, arena, arcilla, alimentos, etc. y materiales de inspiración Montessori que estimulen todos los sentidos a través del descubrimiento y la actividad directa. Se pueden incorporar en el aula rincones sensoriales con estos elementos o preparar talleres o actividades puntuales que favorezcan esta estimulación sensorial.

6.    Ejercitar las funciones ejecutivas

El trabajo de las funciones ejecutivas se recomienda para mejorar la flexibilidad cognitiva y la adaptabilidad. El alumnado TEA puede mostrar dificultades para adaptarse a nuevas situaciones, para mantener la atención o para enfrentarse a situaciones problemáticas por eso se propone el trabajo de la atención, la flexibilidad cognitiva, la concentración, la comprensión, el razonamiento, la planificación y la toma de decisiones.

Un recurso que se propone para el entrenamiento de la flexibilidad cognitiva y potenciar el pensamiento creativo son las Técnicas Rodari que pueden ser utilizadas en expresión oral colectiva, ya que jugando con las historias y literatura infantil estaremos consiguiendo desarrollar la imaginación y empujando a nuestro pensamiento a ser más creativo.

El trabajo de las funciones ejecutivas puede desarrollarse de infinidad de maneras y en todos los momentos del día, aunque es interesante dedicarle un tiempo específico dentro de las rutinas diarias. Con el uso de las “llaves de pensamiento” propuestas por Debi O´hara y Stephani Martin, conseguiremos hacer el pensamiento visible y conseguir una comprensión más profunda y más completa. Una vez más, esteremos incorporando DUA, ya que con esta forma de trabajar hacemos preguntas para reforzar lo que hemos aprendido, cuestionar nuestros pensamientos, profundizar y afianzar.

7.    Incorporar la relajación en la práctica diaria

Se recomienda el uso de ejercicios de relajación y respiración en muchos programas de tratamiento del TEA y también, cada vez más, en las aulas de Educación Infantil. Con la práctica de relajación en momentos claves de las rutinas diarias se conseguirán mejoras positivas en bienestar físico y mental. Con la relajación se puede evitar la aparición de conductas ansiosas o mejorar el estado de ánimo cuando se produzca un episodio de nervios o estrés (Vázquez, 2001).

Una de las técnicas más conocidas para trabajar la relajación y autorregulación en alumnado TEA es la técnica de la tortuga que ayuda a través de la interiorización de una serie de pasos a controlar la impulsividad. Otras técnicas interesantes son la práctica de mindfulness, de yoga infantil o la relajación muscular progresiva con la técnica del hielo o con imaginación guiada.

"Con la relajación se puede evitar la aparición de conductas ansiosas o mejorar el estado de ánimo cuando se produzca un episodio de nervios o estrés"

Por otro lado, conviene dedicar momentos a volver a la calma a través de ejercicios de respiración dirigidos y establecer un espacio fijo en el aula que proporcione calma y tranquilidad para ser utilizado en cualquier momento por los alumnos.

8.    Utilizar material manipulativo auto corregible

Material manipulativo. practicas con alumnos TEA.

La exploración innata de los niños en la primera infancia les ayuda a descubrir el mundo que les rodea de una forma activa y motivadora, por ese motivo debemos estimular la exploración y el aprendizaje por descubrimiento. En este sentido, es interesante es recomendable disponer de material manipulativo al alcance de los niños para que ellos observen y exploren de forma activa y puedan utilizarlo según sus intereses.

Se recomienda el uso diario y autónomo de este material, priorizándolo frente a otras actividades más pasivas o repetitivas. Se pueden trabajar contenidos de las tres áreas del currículo de Infantil y se debe buscar siempre atender de manera individualizada a todo el alumnado. Este material se puede componer de dominós, bingos, pizarras borrables, materiales con base fija y piezas móviles o diferentes elementos naturales.

Este tipo de material presenta muchas ventajas frente al material impreso; entre otras, se adapta a la fase evolutiva en que se encuentra el alumno de Educación Infantil, que es de pensamiento concreto, no abstracto; es motivador, favorece el éxito escolar, nos permite conocer el momento de desarrollo en el que se encuentra cada niño, qué pasos va dando y cómo se enfrenta a nuevos retos. Además, suministra muchos datos para la evaluación y como los elementos de los materiales son móviles y manipulativos, le permite al alumno corregir sus propios errores. De esta forma el alumnado se va a sentir motivado y esta motivación es clave en el proceso de aprendizaje para conseguir una participación activa y evitar la frustración y pérdida de interés.

9.    Presentar las tareas en sistemas de trabajo estructurado

Los sistemas de trabajo, ampliamente utilizados en los distintos tratamientos de TEA, son ayudas para realizar la tarea siguiendo una serie de pasos. El objetivo de los sistemas de trabajo es facilitar el trabajo autónomo y por consiguiente aumentar la incidencia (Gándaray Mesibov, 2014).

Los sistemas de trabajo explican qué trabajo debe hacerse, y los pasos que se darán para completar el mismo. Existen sistemas en los que se presenta la información en listas de arriba-abajo, otros izquierda-derecha y otros utilizan bandejas para organizar visualmente el trabajo pendiente y el trabajo terminado. Existen también sistemas que se presentan emparejados por colores, formas, letras o números.

Los sistemas de trabajo se presentan con imágenes o pictogramas que ayuden a su comprensión y se explican y practican con ayuda hasta que pueden ser utilizados autónomamente. El alumnado TEA percibe esta manera de organizar la tarea como más sencilla y además le ayuda a comprender el concepto de “acabado”, que muchas veces es difícil de asimilar.

10. Definir con claridad las zonas en las que se divide el espacio

Programas como TEACCH o PEANA proponen estructurar es espacio físico de tal manera que los alumnos perciban con claridad cada uno de los espacios de forma independiente para poder asociar cada lugar con la actividad que en él se realiza.

Para que el alumnado se sienta seguro a la hora de desenvolverse autónomamente por el aula se aconseja que se encuentren diferenciadas las distintas zonas del aula, etiquetadas y delimitadas cuáles son las acciones que se llevan a cabo en cada una de las áreas. Para facilitar la percepción de la separación de espacios se pueden utilizar claves visuales o pictogramas que muestren cuáles son las acciones que se realizan en cada zona, cómo se debe proceder en las distintas situaciones o el número de alumnos que puede utilizar esa zona al mismo tiempo. Asimismo, se recomienda el uso de líneas de colores en el suelo que indiquen los recorridos o que delimiten ciertas zonas, éstas pueden ir desapareciendo con el tiempo cuando ya se haya entendido y puesto en práctica, de manera automática, su función.

La estructuración más utilizada para la estructuración física en Educación Infantil es el uso de rincones. La organización del aula en rincones supone la distribución del aula por zonas, entendiendo por zonas espacios cada uno de los espacios fijos en que dividimos el aula (ej. zona de trabajo colectivo, zona de movimiento, zona de descanso) y en las que se distribuyen con claridad las distintas propuestas de actividades en forma de rincones. La organización por rincones es una propuesta metodológica que hace posible la participación activa del niño en la construcción de su conocimiento, buscando así el desarrollo de la autonomía, haciendo que aprendan jugando. Los niños rotan en pequeños grupos por los diferentes rincones de forma libre, según sus ritmos, necesidades e intereses. El maestro prepara el espacio y sirve de guía y mediador del aprendizaje.

Conviene, también, organizar el material con ayudas visuales que faciliten su identificación y su utilización y mantener el orden para eliminar el estrés que pueda producir el desorden o la sobre estimulación. En este sentido se recomienda también no almacenar todo el material en el aula, para dejar los espacios lo más limpios y despejados posible. El alumnado TEA puede verse abrumado por la desorganización espacial, además de mostrar dificultad para ordenar los materiales de forma autónoma por eso es imprescindible cuidar estos aspectos y ofrecer la ayuda adecuada.

Para organizar el material pueden utilizarse códigos de color con pegatinas o etiquetar utilizando pictogramas que ayuden a identificar el contenido y utilidad de los mismos.

Conclusión
La repuesta educativa a la diversidad ha evolucionado desde la simple integración del alumnado con necesidades en los centros ordinarios hasta la verdadera inclusión en la que los espacios y metodologías se adaptan para incluir a todos y todas en un mismo espacio de enseñanza-aprendizaje.

En este sentido, el DUA se nos presenta como una forma de llevar a cabo esta inclusión real, de atender a todo el alumnado de forma conjunta, sin parcelar la atención a la diversidad de ritmos y necesidades. Puede ser una herramienta valiosa en la Educación Infantil, ya que ayuda a adaptar el aprendizaje a las necesidades individuales de cada niño. Al hacer esto, los niños/as tienen más posibilidades de estar comprometidos y motivados para aprender, lo que conduce a un mayor éxito educativo a largo plazo.

Imagen de alumnos TEA con material manipulativo.

En la Educación Infantil, el DUA puede ser particularmente útil ya que permite adaptar el entorno y las actividades para satisfacer las necesidades de aprendizaje individuales de cada niño en una etapa en la que los ritmos de aprendizaje y las necesidades individuales se perciben de manera más evidente, si cabe.

Este cambio de perspectiva permite a los niños expresar su comprensión de diferentes maneras, pues no sólo se enseña de diferente forma, sino que los niños y niñas también tienen diferentes formas de mostrar lo que han aprendido. Al permitir que elijan la forma de presentar su trabajo, de aprender y de relacionarse con los demás, estaremos favoreciendo la inclusión, pero también la motivación y estaremos creando escuelas de calidad para todo el alumnado.

Referencias bibliográficas:
🠶 Alcantud, F., Alonso, Y. y Mata, S. (2016). Prevalencia de los trastornos del espectro autista: revisión de datos. Siglo Cero, 47, 7-26.

🠶 American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition (DSM-5). Washington DC: American Psychiatric Publishing.

🠶 Cascales, A. y Alcaraz, S. (2014). Integración de los alumnos autistas en las aulas ordinarias: manual para el equipo docente. Murcia: Consejería de Educación, Cultura y Universidades

🠶 Gándara, C. y Mesibov, G. (2014). Introducción al programa TEACCH: filosofía y servicios. En J. García (Ed.), Prevención en dificultades del desarrollo y del aprendizaje (pp. 41-56). Madrid: Pirámide

🠶 López, S. y Rivas, R.Ma. (2014). El trastorno del espectro del autismo: retos, oportunidades y necesidades. Informes pedagógicos, 14(2), 13-31.

🠶 Pérez, R. et al (2018). Manual didáctico para la intervención en atención temprana en trastornos del espectro autista. Sevilla: Federación Autismo Andalucía.

🠶 Vázquez, Ma Isabel. (2001). Técnicas de relajación y respiración. Madrid: Síntesis.

 

 

  Laura Amigo Centeno.
Maestra de Educación Infantil.
Máster Universitario en Psicopedagogía con investigación sobre los tratamientos del TEA 

Laura Amigo Centeno.
Maestra de Educación Infantil.

Foto de Laura Amigo Centeno. Maestra de Educación Infantil.