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CEIP Rayuela. Educando con el apoyo de la neurociencia

Revista Digital Educamadrid

Fecha de publicación 19 de octubre de 2016

Resumen

Convencidos de que la Neurociencia puede ayudar a la educación y de que es posible llevar a la práctica docente los avances en el conocimiento del cerebro el CEIP Rayuela (Villanueva del Pardillo) está llevando a cabo un proyecto de innovación TIC que implica un cambio en la metodología de trabajo. Tras haber puesto marcha este proyecto que durará tres años ya se han recogido los primeros frutos.

Proyectos de innovación TIC

2015

Autor

José L. Velasco Vicente

CEIP Rayuela (Villanueva del Pardillo)

Logotipo del centro

1. INTRODUCCIÓN

Los procesos de aprendizaje, atención, memoria, lenguaje hablado, comprensivo, lector y escrito, percepción, cálculo matemático, resolución de problemas, funciones motrices, emociones, motivación,… son aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta si queremos aspirar a la excelencia educativa, que tienen algo en común, residen en el cerebro. Los estudios neurocientíficos abren un abanico de posibilidades impresionante a la educación. Poseer ciertas nociones sobre el funcionamiento del cerebro y su aplicación al aula ha de convertirse en un referente obligado para los docentes.

Como muchos de los acontecimientos que cambian nuestras vidas, la implicación como colegio público de Educación Infantil y Primaria en un proyecto TIC ligado a la neurociencia, aterrizó entre nosotros por casualidad.Como casi todo lo que merece la pena en la vida, conllevó, y conlleva, un compromiso, unas motivaciones y un esfuerzo importantes. El desarrollo de este proyecto de trabajo, implica una reestructuración relevante de nuestra labor como maestros al tener como meta principal instaurar un cambio metodológico en el aula, basado en cómo afecta al proceso de enseñanza aprendizaje nuestro cerebro, esto supone plantearse unos objetivos, una organización y una tarea de equipo. Los profesores hemos tomado conciencia de que puede existir un antes y un después, nítidamente diferenciados, a la hora de abordar nuestra práctica docente con nuestros alumnos.

2. EL PROYECTO

Los primeros pasos de este proyecto surgieron a raíz de otro proyecto en el que está colaborando nuestro centro con un equipo de científicos, liderado por el doctor en Medicina y Psicología Tomás Ortiz Alonso, Catedrático y Director de Psiquiatría y Psicología Médica de la Universidad Complutense de Madrid, y en el que se está trabajando para que niños ciegos vean a través del tacto. Sí, he escrito vean y no sientan, porque esa es la experiencia que llegan a percibir después de mucho entrenamiento y la ayuda de innovadoras tecnologías. Pues bien, enmarcada en esta colaboración, parte de los miembros de nuestro claustro de profesores teníamos la responsabilidad de acudir a seminarios en los que expertos en distintas ramas científicas nos iban desgranando el funcionamiento del cerebro, los espectaculares avances de la ciencia asociados a este órgano y la absoluta relación que existe entre el potencial que tenemos como seres vivos para aprender, en la completa extensión de significado de este verbo, y el desarrollo de las conexiones y funciones neuronales.

En una de las sesiones de esos seminarios, escuchadas ya muchas aseveraciones, en boca de neurocientíficos y otros científicos e ingenieros, en las que una y otra vez aparecían una serie de actividades que se consideran adecuadas para “potenciar”, “encender” o “preparar” nuestro cerebro para el aprendizaje, nos hicimos una serie de cuestiones, que estamos seguros de que no eran nada originales, pero en las que no habíamos caído como maestros hasta ese mismo momento: ¿la neurociencia puede ayudar a la educación?, ¿es posible llevar a la práctica docente los avances en el conocimiento del cerebro?, ¿pueden mejorar aspectos como la atención, la memoria o el lenguaje si se realizan ciertas actividades relacionadas con el cerebro de forma regular y constante? Las respuestas a estas preguntas y a otras parecidas, fueron siempre la misma, sí, sí y sí.

Al volver a nuestro colegio, realmente emocionados e ilusionados con nuestro “descubrimiento” y poner en común, con todo el claustro de profesores, estos nuevos horizontes factibles de ser aplicados a la enseñanza que estaban apareciendo ante nosotros, se nos volvieron a abrir los ojos, como platos.

Nos dimos cuenta al escucharnos los unos a los otros, y seguro que esta epifanía tampoco es muy original, que a la hora de abordar la complejidad del ser humano y su capacidad de aprendizaje, la preparación universitaria de los maestros en España, como profesionales de la enseñanza, ha emanado principalmente de fuentes como la Pedagogía, la Psicología, la Sociología o la Filosofía. Todas estas disciplinas de gran importancia para conocer, valorar y afrontar la educación, pero  se ha obviado completa y sistemáticamente el relieve de otras ciencias claramente relacionadas con la educación, destacando entre ellas, la Neurociencia, la Biología, la Ingeniería de Telecomunicación y la Ingeniería Industrial.  Estas ciencias nos pueden aportar unos matices, unos conocimientos, unas herramientas y una metodología que combinadas con las que ya manejábamos nos permite abordar la educación de una forma mucho más global y ajustada a la realidad que representa una persona.

Niño utilizando una tableta

 Tecnología con base neuro-científica aplicada al aula

Cuando se tiene la suerte de ser compañero, y Director, de un conjunto de profesionales motivados, que no temen al trabajo ni al cambio, dispuestos a realizar un giro importante en su concepción de afrontar el proceso de enseñanza, uno tiene la responsabilidad, y la obligación, de encauzar y potenciar esa dinámica en busca de una mejora de la calidad de enseñanza. De esta forma empezamos a crear el andamiaje de este proyecto.

Ya contábamos con nuestra experiencia como maestros, con una gran motivación, nos hacían falta unos referentes teóricos, una base científica en la que sustentar los beneficios educativos que estábamos empezando a percibir, una inversión económica que facilitara la adquisición de tecnologías apropiadas a nuestros objetivos y una planificación de la puesta en práctica en el aula, donde la evaluación continua facilitara una suave transición en nuestra metodología a la hora de trabajar con nuestros alumnos.

Varios libros y revistas especializadas fueron nuestro segundo pequeño paso, así pudimos comprobar que diferentes expertos, entre los que podemos nombrar publicaciones de Ignacio Morgado Bernal, Manuel Carreiras, Joaquín Fuster, Núria Sebastián Galles, Carmen Sandi, Juan Lerma Gómez o José Antonio Marina, exponen sus estudios sobre las relación cerebro-procesos de aprendizaje desde diferentes puntos de vista, y comprobamos que las propuestas que la neurociencia aplica a la educación tenían ya un recorrido y una solidez suficientes como para poderse establecer a gran escala en un centro escolar.

Entre los aspectos que podemos reseñar, la neurociencia nos explica que el desarrollo del cerebro no se produce de forma lineal, sino que lo hace por ciclos, dándose lo que se denominan “periodos críticos” en los cuales se establece un desarrollo masivo de las conexiones neuronales. El segundo de estos “periodos críticos”, en el cual se establece una gran armonización en el desarrollo global del cerebro, se produce entre los 4 y los 11 años, edades óptimas para trabajar en esas conexiones neuronales y edades dentro de las cuales están enmarcados nuestros alumnos pertenecientes a las etapas de Educación Infantil y Educación Primaria.

El tercer paso, ya enorme y que nunca podíamos haber dado sin la ayuda incondicional y pleno apoyo del doctor Ortiz y su equipo, fue planificar las actividades específicas para su puesta en práctica en el aula y diseñar la estructura de trabajo del profesor. Para ello fue necesario establecer una serie de objetivos que dividimos en tres grupos:

Objetivos relacionados con los alumnos:

  • Mejorar la capacidad de atención.
  • Favorecer el lenguaje hablado, comprensivo, lector y escrito.
  • Mejorar los procesos de aprendizaje.
  • Potenciar la memoria.
  • Desarrollar el proceso de percepción.
  • Mejorar los resultados y la comprensión en el cálculo y las matemáticas.
  • Favorecer la resolución correcta de problemas.
  • Trabajar la emoción y la motivación.

Objetivos relacionados con los materiales:

  • Preparar las aulas, atendiendo al número de alumnos y a las actividades propuestas, para favorecer el correcto desarrollo del proyecto.
  • Adecuar el material (pizarras digitales y ordenadores) que disponemos para la implantación del proyecto.
  • Adquirir nuevo material de hardware (tabletas) y software (programas informáticos relacionados con la neurociencia) adecuados para el proyecto.
  • Realizar cursos de formación relacionados con las nuevas adquisiciones de hardware y software.
  • Utilizar los recursos que nos brinda la plataforma educativa de la Comunidad de Madrid, así como otros recursos que se puedan encontrar en la web.
  • Contratar un servicio de mantenimiento que complemente la labor del encargado TIC del centro.
  • Mejorar la red interna de WIFI.
  • Introducir la fibra óptica en el centro.
  • Buscar fuentes de financiación complementarias que aseguren tanto la viabilidad como la continuidad en el tiempo del proyecto.

Objetivos relacionados con la organización:

  • Conocer las aportaciones de la Neurociencia aplicadas a la Educación.
  •  Adecuar los conocimientos del personal docente a las directrices dadas por la Neurociencia.
  • Realizar cursos de formación sobre la Neurociencia y Educación.
  •  Buscar, crear y utilizar recursos relacionados con la Neurociencia.
  •  Definir de forma clara y directa los objetivos propuestos a conseguir por los alumnos.
  •  Establecer las actividades y rutinas de trabajo necesarias, tanto para el personal docente como para los alumnos
  •  Facilitar a los alumnos una correcta y adecuada exposición de las actividades a realizar.
  •  Adecuar la metodología, buscando recursos e instrumentos adecuados (Clase inversa, utilización de la plataforma educativa de la Comunidad de Madrid, utilización de otras plataformas,…).
  •  Coordinar toda la puesta en marcha del proceso a través de la organización de reuniones periódicas e intercambio de opiniones y prácticas docentes a través de diferentes medios (blog, página web, correo electrónico, debates, etc.)
  •  Favorecer un clima de cooperación activa con el equipo del Doctor Tomás Ortiz.
  •  Crear los documentos de evaluación, ajustados a los objetivos propuestos y a la metodología empleada.
  •  Estructurar la organización del personal no docente para facilitar la implantación del proyecto.
  •  Informar a las familias de forma sistemática, en relación con el desarrollo del proceso y establecer los medios adecuados para transmitir los resultados.
  •  Establecer pautas para que las familias desarrollen en casa la parte complementaria a nuestra labor.
  •  Implantar el Proyecto HERAT (Hidratación, Equilibrio, Respiración, Atención, Estimulación Táctil Pasiva).

Las actividades

Una vez concretados los objetivos establecimos una metodología adecuada a estos y unos segmentos temporales con actividades para trabajar en cada uno de ellos muy diferenciadas. Las sesiones lectivas, en nuestro centro seis diarias de 45 minutos, se dividieron en tres partes:

Una primera en la que se realizaron aquellas actividades que hacen que el cerebro se prepare de la mejor manera posible para el aprendizaje, actividades enmarcadas dentro del programa HERAT y que duran en su conjunto entre 7 y 10 minutos:

  • Hidratación: al comienzo de cada una de las clases que se imparten a diario en el centro, el profesor correspondiente pide a los alumnos que saquen su botella de agua y que beban aproximadamente 10cl.
  • Equilibrio: los ejercicios de equilibrio se llevan al menos tres veces al día, justo después de beber agua, y aproximadamente durante dos minutos. Se trata de ejercicios de equilibrio tanto estático como dinámico adaptados en tiempo y dificultad a la edad correspondiente del grupo-clase.
  • Respiración: tras el ejercicio de equilibrio, los alumnos hacen respiraciones profundas abdominales. Es recomendable empezar con un número bajo de respiraciones (por ejemplo tres) y luego ir subiendo poco a poco hasta efectuar diez.
  • Atención: los ejercicios de atención, que pueden ser de carácter visual y/o auditiva, se llevan a cabo al menos también tres veces al día y duran aproximadamente dos minutos. Pueden ser ejercicios tipo ficha, trabajados en su mayoría con la ayuda de las pizarras digitales, los ordenadores y las tabletas, en los que los alumnos deben por ejemplo buscar figuras iguales a un modelo determinado, encontrar diferencias entre dos imágenes o unir puntos con líneas. También hay ejercicios de imitación de movimientos o sonidos que propone el profesor, juegos de realizar contrarios de órdenes dadas, ejercicios de discriminación de distintos sonidos, etc.
  • Estimulación Táctil Pasiva: el sentido del tacto, a grandes rasgos, puede ser dividido en activo (cuando el sujeto toca algo) o pasivo (cuando es ese algo el que toca al sujeto) En este caso se trabaja solo el pasivo en orden a su beneficio a la hora de mejorar aspectos como la atención. Se hacen juegos en pareja en la que los niños, con los ojos cerrados, han de diferenciar ciertos símbolos, números o letras que sus compañeros les dibujan en la palma de la mano o en la espalda de forma lo más sutil posible. Una de las aulas del centro cuenta con una matrices (una tecnología totalmente innovadora y que nos gustaría extender a todos los alumnos del centro) que realiza este tipo de ejercicios.

Una segunda parte, en la que aprovechando que el cerebro está hidratado, oxigenado y ha hecho un “calentamiento”, se presentan los nuevos conceptos teóricos que el profesor quiere introducir al grupo clase o se repasan conceptos ya trabajados. La duración de esta parte es de entre 10 y 15 minutos, que es el tiempo máximo de atención completa con el que cuentan los alumnos según investigaciones de la neurociencia. Durante estos minutos es importante que el profesor sepa dinamizar a sus alumnos, realizando una presentación motivadora de los nuevos aspectos que se van a trabajar en el aula y fomentando la participación de sus pupilos a la hora de repasar contenidos ya trabajados. Es además necesario, para que el cerebro asiente conocimientos, la repetición, por lo que en cada sesión de cada materia se ha de procurar usar una buena parte de este tiempo para volver una y otra vez a trabajar sobre lo presentado en jornadas anteriores.

La tercera parte, de una duración de 20/25 minutos, en las que las actividades que va a realizar el alumno deberá afrontarlas generalmente de un modo más individualizado o en pequeño grupo, se trabajan de forma práctica los conceptos abordados en los minutos previos con diferentes baterías de ejercicios que pueden ser escritos u orales. Los últimos 5 minutos se utilizarán, de nuevo de una forma más colectiva, como síntesis de la sesión.

Evaluación inicial  

Empezado el curso 2014/2015, preparados los objetivos, la metodología, los materiales y la temporalización, informadas las familias a través de numerosas reuniones y circulares, e inmerso, el Claustro de profesores del CEIP Rayuela, en un Proyecto de Formación de Centro que prestaba soporte teórico al proyecto TIC, establecimos la necesidad de realizar una evaluación inicial de las capacidades de nuestro alumnado de una forma científica y sistemática que nos permitiera, al cruzar datos con la evaluación prevista para finales del curso 2016/201, presentar datos y resultados objetivos de nuestra propuesta metodológica. Para ello realizamos una serie de test:

  • El CSAT y el Test Discriminativo Neurológico rápido se aplicaron a todos los alumnos del centro, tanto de la etapa de Educación Infantil como de Primaria.
  • El Test Factor “G” de Cattell y el Test d2 se pasaron a los alumnos desde 2º de Primaria hasta 6º de esta etapa.
  • El Test AEI se utilizó con los alumnos de Educación Infantil y con 1º de Primaria.
  • A lo que hay que añadir que se hicieron pruebas mediantes encefalogramas a 22 alumnos del nivel de 3º de Educación de Primaria.

Inicio del proyecto

El segundo trimestre del curso 2014/2015, concluidos los test iniciales de evaluación y ya con un cierto bagaje teórico y algunos ensayos metodológicos realizados por los profesores como conejillos de indias, se dio el pistoletazo de salida para la implantación en el aula del proyecto TIC, implantación que se hizo sin ningún tipo de limitación: todas y cada una de las clases del centro, desde 3 años hasta 6º de Educación Primaria, aplicaron al unísono la nueva metodología.

Esta sincronización, en la que todos los docentes estábamos transitando paralelamente por los mismos periodos de activación del proyecto, lejos de convertirse en un problema nos permitió entendernos mejor los unos a los otros y avanzar de una forma rápida y consensuada. En nuestras reuniones semanales se fueron planteando las primeras dificultades encontradas y se realizaron propuestas y expusieron ideas que hicieron que sorprendentemente, una empresa que parecía bastante compleja plasmada en el papel, pues afectaba a más de 470 alumnos y 30 profesores, funcionara relativamente bien engrasada al trascurrir apenas 3 ó 4 semanas. El comportamiento de los alumnos, muy motivados, fue uno de los aspectos que más nos impresionó, pues al finalizar las actividades propuestas por el programa HERAT, muy lúdicas y bastante movidas en líneas generales, eran capaces de realizar una transición rápida y tranquila a un actitud muy sosegada y atenta.

 Niña utilizando una tableta

 La motivación de nuestros alumnos es total

3. CONCLUSIÓN

Como conclusión del artículo, que no del proyecto TIC, que no lo hará hasta junio del 2017, me gustaría poder transmitir esa ilusión que inunda nuestra labor pedagógica en estos momentos y de la que hablaba casi al principio. Somos muy conscientes de la suerte que tenemos de poder desarrollar un proyecto así, un proyecto en el que toda la dedicación invertida en busca de un cambio metodológico, todo el tiempo empleado, que ha sido mucho, todo el esfuerzo por entender la formación teórica que hemos recibido, que ha sido más, todas las reuniones celebradas con las familias, todas la veces que a los niños, dentro del programa HERAT, han derramado el agua en el aula, todo esto y otros muchos aspectos que me estoy dejando en el tintero, ya ha tenido una recompensa tangible  en nuestro colegio, incluso con algunos matices que ni siquiera habíamos previsto de antemano.

En el aula sí que notamos que después de los ejercicios en los que “calientan” el cerebro, los alumnos están más atentos, pero es que además están mucho más participativos, han ganado confianza en sí mismos, la motivación es totalmente evidente y se percibe en sus ganas por aprender. A esto añadimos que como Claustro, a nivel profesional, nos sentimos más unidos y coordinados que nunca, creándose una dinámica de cooperación y de intercambio de experiencias, ideas, puntos de vista, herramientas, actividades y materiales pedagógicos realmente enriquecedora. Llegados a este punto, ya recogidos estos frutos, ha merecido absolutamente la pena nuestra apuesta.

Ahora es nuestra ilusión que los datos que recogeremos a lo largo de estos años apoyen desde una vertiente objetiva y científica lo que ya estamos viviendo en nuestras aulas, y puedan exportarse a otros colegios.

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Revista Digital EducaMadrid
Fecha de publicación: 19 de octubre de 2016