¿Intuyó Fra Angélico la Relatividad General al pintar La Anunciación? ¿Los caballos de Tintoreto en El rapto de Helena, son cuánticos? ¿Por qué La ofrenda a Venus, de Tiziano, nos recuerda la gravedad? ¿Qué relación tiene El perro semihundido de Goya con los agujeros negros? ¿Por qué Las tres Gracias, de Rubens, nos recuerda la teoría de los quarks?

De estas y otras muchas cuestiones científicas y pictóricas, dialogan un catedrático de matemáticas, ya jubilado, con su nieta que estudia 4º ESO, en diferentes visitas al Museo del Prado.

Mediante diálogos amenos, el profesor aborda las cuestiones más actuales de la ciencia actual desde una mirada diferente y original: a través de veinte hermosos cuadros.

El espacio, el tiempo, la relatividad, la mecánica cuántica, el modelo estándar, la importancia de la simetría, la evolución de las especies... ¿se puede adentrar en sus misterios sin utilizar una sola fórmula y sin más formación básica que la de una alumna de 4º ESO?

Este es el reto perseguido por el autor: conexionar ciencia y arte a través de diálogos amenos entre un abuelo y su adolescente nieta. Hay numerosos libros de divulgación que abordan las mismas cuestiones de este libro, pero ninguno desde un planteamiento estético. Se ha escrito mucho sobre El Prado desde distintas perspectivas, pero salvo algún artículo aislado, nada se ha publicado sobre las relaciones entre ciencia y pintura de forma tan ambiciosa, divulgativa y a la vez rigurosa.

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