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Visor

CEIP Juan de Goyeneche. Una experiencia de Inteligencia Emocional en un aula de Primaria

Revista Digital Educamadrid

Fecha de publicación 08 de mayo de 2017

Resumen

Ejercer la práctica docente cuando el grupo-clase existen considerables problemas de convivencia es un desafío. Afortunadamente, el trabajo sobre Inteligencia Emocional está llegando cada vez a más a los centros y su implantación en grupos difíciles como el que se describe en esta experiencia en un aula de 5º de Educación Primaria supone, sin duda, un gran avance hacia la buena gestión de la clase y la mejora de las relaciones entre el alumnado..

Experiencias

Nivel. Educación Primaria

Autor

Alberto Franco Fernández

CEIP Juan de Goyeneche (Nuevo Baztán)

Ceip Juan Goyeneche

1. CONTEXTO EN EL QUE SE DESARROLLÓ LA EXPERIENCIA.

En estos últimos años la Inteligencia Emocional está cobrando mayor interés para los docentes y está constituyendo probablemente un revulsivo para el cambio de paradigma respecto a la Educación más tradicional.

Grandes referentes de la Pedagogía más moderna, sostienen que no se puede educar sin emoción, que la Inteligencia más cognitiva e instrumental necesita del control y la regulación de emociones, máxime en la sociedad actual donde son más frecuentes los casos de inestabilidad personal, estrés, familias desestructuradas, falta de valores, etc.

Partiendo de lo anterior, presento una experiencia educativa vivida en primera persona en un colegio de la Comunidad de Madrid, enmarcado en un barrio de nivel sociocultural medio, de línea dos. El grupo clase del que versa este artículo es un quinto de Primaria con 25 niños/as, tres de necesidades educativas especiales, y especialmente conflictivo.

2. DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA

En las primeras semanas no era consciente de los grandes conflictos que existían aunque sí que notaba al alumnado más distante en comparación a otros grupos-clase del mismo Centro; el contacto visual también era más bajo de lo habitual. Entendí que sus emociones estaban reprimidas, especialmente las positivas y que había que trabajar en esa dirección para mejorar las relaciones entre ellos, la cohesión del grupo clase y, por ende, los aprendizajes.

Uno de los principales agentes de la conflictividad eran las conversaciones que mantenían en grupos de Whatsapp. Aunque el uso del teléfono móvil estaba prohibido en el Centro, en casa una importante parte del alumnado tenía acceso al móvil parental e incluso algunos contaban con móvil propio. En sus conversaciones se producían malentendidos, insultos y también se excluía a personas de la clase o se les ponían iconos despectivos. Y como era de esperar, esa tensión vivida en el hogar llegaba al día siguiente al aula. Por ello, observé la necesidad de analizar con ellos las consecuencias negativas de un chat de estas características (hablan muchas personas simultáneamente, no se hace cara a cara, se pueden confundir o falsear emociones, el texto puede tener errores o estar mal expresado, reduce la socialización presencial, puede crear una dependencia o adicción, entre otras). Del mismo modo, a aquellos alumnos/as que identificaba con más problemas con esta aplicación les invitaba al desafío de usarla menos y aquellos que me comunicaban que habían abandonado su uso les felicitaba con gran notoriedad.

Era capital actuar, poner en marcha estrategias educativas para generar en ellos emociones positivas y reducir los conflictos. Para ello empezamos a trabajar con la visualización de vídeos que enseñan valores como la empatía. Ejemplos fueron “Pájaros”, “Partly cloudy" o “Cadena de favores infinita”.

Además, reflexionamos con la letra de la canción “Odio por amor” de Juanes llegando a convertirse en un himno para ellos, el cambio que invoca este tema era esencial para el grupo; igualmente, visionamos un vídeo de acrobacias en silla de ruedas para empatizar con la compañera que tenía esa situación y aumentar su autoestima.

El uso de vídeos despertaba gran interés y motivación en ellos, además suponía un flujo de emociones positivas y valores como alegría, generosidad, risa, empatía, diálogo, superación, aceptación, ayuda, etc.

Aún así, viendo que seguían surgiendo conflictos en los recreos y que los ocultaban en lo posible, se nombraron dos alumnos que solían ser más neutrales en las peleas como los responsables de convivencia. Ellos adquirieron un rol de mediador-informador, es decir, cuando varios alumnos/as tuvieran un conflicto y por ellos mismos no pudieran resolverlo, los responsables mediarían y tranquilizarían a los implicados, además de informar a los docentes que vigilaban el patio o al tutor.

Esta figura tuvo una buena aportación en tanto que suponía la detección de la mayoría de problemas importantes ocurridos, que se abordaban en los primeros minutos de clase. Es entonces, cuando se identificaba a los alumnos más impulsivos, dominantes y que usaban el insulto durante la confrontación agravando el problema.

 La necesidad de una estrategia de Educación Emocional se hacía evidente. Los comentarios negativos debían evitarse de algún modo y fue entonces cuando comenzamos con “THE HAPPY CORNER”(El rincón feliz). La idea era decirse muchos comentarios positivos, diariamente; hacer de esa práctica un hábito, fijarse en lo bueno de los demás y hacérselo saber, ¿cómo?, primero oralmente y después registrándolo en un tablón de papel continuo con rotuladores de diferentes colores cada semana. Este pensamiento positivo, que orgánicamente sabemos que produce las hormonas de la felicidad, fue creciendo en el grupo-clase y aunque no erradicó los insultos sí los redujo considerablemente.

The Happy CornerThe Happy Corner

Otra emoción contenida en la mayoría de ellos era la gratitud. Esa carencia al expresar el reconocimiento por una acción positiva de la que eran receptores suponía también un distanciamiento y falta de empatía. Por ello, se desarrolló una actividad de expresión oral en la que agradecían a otros compañeros alguna acción reciente o del pasado. Verdaderamente, resultó conmovedor ver como algunos rompían en lágrimas de alegría al escuchar o expresar palabras de agradecimiento que apenas habían pronunciado anteriormente. Estas palabras se plasmaron en un mural con forma de sol.

Mural de agradecimiento

Mural de agradecimiento

Para finalizar, durante el último mes de clase, realizaron dramatizaciones, o miniteatros, donde el tema principal eran las emociones trabajadas a lo largo del curso: alegría, tristeza, ira, gratitud y aceptación. Una vez más, fue sorprendente su capacidad de trabajar en equipo y la predisposición adquirida a manifestar emociones y regularlas más eficazmente.

3. EVALUACIÓN Y CONCLUSIONES.  

Quisiera subrayar que ha sido un reto duro. Fue fundamental seguir el principio del Efecto Pigmalion y tener en ellos expectativas de logro hasta cuando las situaciones fueron más tensas y difíciles. El creer constantemente en ellos y hacérselo saber creó el cambio que necesitaban y fue un punto de inflexión en cuanto al desarrollo emocional de estos niños/as. Otra clave del éxito de la experiencia educativa fue la comunicación docente-alumnado. Como en la vida misma, la fluidez, la frecuencia, la emotividad, la asertividad, la positividad, la confianza, la escucha activa, la cercanía en el intercambio de mensajes estuvieron muy presentes y fueron primordiales para enseñar las emociones, para tocar la fibra sensible del alumnado.

La evaluación fue positiva y los problemas entre los alumnos se redujeron considerablemente. Estos fueron algunos de los indicadores de la evidente mejora:

  • Los responsables de convivencia, que en los primeros meses de esta experiencia frecuentemente me comunicaban conflictos fueron progresivamente informándome de menos.
  • El clima del aula fue mejorando, los rostros expresaban más frecuentemente emociones positivas.
  • Mostraban mayor destreza en el trabajo cooperativo y menos discrepancias.
  • El Happy Corner llegó hasta los 200 comentarios. Había semanas que escribían todos los días, y muchos de los alumnos lo hacían por iniciativa propia.

Para concluir, siguiendo la línea de la Inteligencia Emocional, quisiera expresar mi gratitud a los que han hecho posible que esta experiencia pueda ser compartida y a ti, lector/a que la has leído. Espero que pueda ser útil porque como docentes nos enfrentamos a muchos retos de este tipo y siempre es un alivio saber que alguien ha pasado por ese mismo camino y que ofrece su ayuda y orientaciones. Como les dije a aquellos chavales: “La clase unida jamás será vencida”, traslado también esta expresión a todos los que luchamos día a día por una sociedad mejor.

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Fecha de publicación: 8 de mayo de 2017