Saltar al contenido

Visor

EI Fernando el Católico. La magia de la luz, el poder de las manos y de los objetos cotidianos : el uso del retroproyector en el aula de 2-3 años.

Revista Digital Educamadrid

Fecha de publicación 17 de abril de 2015

Resumen

En esta experiencia tratamos de plasmar el resultado de un proceso de trabajo en el cual las educadoras de 2-3 años y los niños han experimentado con un recurso realmente interesante para despertar el interés y la curiosidad de estos últimos. Se trata de explorar algunas de las posibilidades del retroproyector como recurso didáctico. La luz y la sombra como experiencia nueva y sorprendente, el descubrimiento de su cuerpo a través de la observación y la experimentación.

Experiencias

Nivel. Educación Infantil

Autora

Cristina Vega Blanco

EI Fernando el Católico (Madrid)

1. CONTEXTO DE LA EXPERIENCIA

 Lo que narraremos a continuación de experiencia es el fruto de un cambio de mirada que hemos llevado a cabo el equipo educativo de nuestra Escuela Infantil tras haber seguido un proceso de formación, de reflexión y de acción.

 Todo comienza cuando comenzamos una fase de reflexión como equipo educativo en torno a los procesos de aprendizaje llevados a cabo con los niños y niñas de entre 0-3 años con los que nosotros desarrollamos nuestro quehacer profesional. Esta fase de reflexión dialogada entre todo el equipo educativo nos llevó a buscar cauces de formación que pudieran aportarnos datos relevantes acerca de cómo mejorar los procesos de desarrollo de las actividades de aprendizaje desarrolladas, sobre todo, y dada la corta edad de los pequeños, en la esfera de la observación, manipulación, experimentación y aprendizaje espontáneo a través del contacto directo con los materiales y recursos didácticos. Para ello, recurrimos a diferentes líneas para informarnos y formarnos, siendo la acción más significativa la participación de una parte sustancial del equipo educativo en el curso “El espacio como elemento educativo”. De este proceso de información y posterior reflexión grupal surgen experiencias indagadoras como la que a continuación narramos.

Sombras

Dicho cambio nos lleva a mirar de otra manera, de forma más amplia y curiosa las posibilidades de los niños y niñas del primer ciclo de Educación Infantil, sus potencialidades, de contemplar y estudiar sus inquietudes, sus intereses, sus curiosidades, así como del esfuerzo de todo el equipo educativo por formarnos, con el único fin de hacer que los pequeños sean auténticamente felices en nuestra escuela a la vez que van desarrollando sus capacidades básicas y comienzan a descubrir el mundo que les rodea a través de su propia actividad.

Los objetivos que nos planteamos desarrollar fueron los siguientes:

  • Reflexionar, como equipo educativo, acerca de los procesos de aprendizaje espontáneo de los pequeños en contacto directo con los materiales y recursos dispuestos para ello por las educadoras y maestras.
  • Generar situaciones de experimentación en las que se disponga el espacio y los recursos para la actuación autónoma y espontánea de los niños y niñas.
  • Reflexionar acerca de los datos obtenidos de la observación directa de las situaciones creadas y obtener las reflexiones oportunas que permitan mejorar y sistematizar futuras actuaciones similares.
  • Propiciar un programa sistemático de actividades de experimentación de acción libre y espontánea de los niños que permita cubrir el conjunto del periodo escolar.

 En cuanto a los contenidos que pretendemos desarrollar con esta experiencia y dada la temprana edad de los pequeños a los que va dirigida, así como la apertura y flexibilidad de los ámbitos curriculares presentes en el primer ciclo de Educación Infantil, no nos planteamos en este sentido logros muy relevantes en cuanto a los aprendizajes formales. No obstante, con este tipo de actividades y dado su innegable valor globalizador, pretendemos incidir en los siguientes ámbitos curriculares:

  • Desarrollo del lenguaje oral.
  • El conocimiento y progresivo control de su cuerpo.
  • El juego y el movimiento.
  • El descubrimiento del entorno.
  • La acción y convivencia con los demás.

2. DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA

La experiencia ha sido llevada a cabo en un aula de 2-3 años de la Escuela Infantil Municipal Fernando El Católico de Madrid. En los momentos de juego en el exterior percibimos que algunos pequeños se fijaban, jugaban y les llamaban la atención las sombras que se proyectaban sobre la pared. Tiempo después vuelve a ocurrir lo mismo, pero esta vez con papel transparente que ponemos en las ventanas de una de las salas. En general, les atraen los cambios de luz y las sombras que se proyectan sobre las superficies, ya sea en el suelo, en la pared o en los objetos.

Las docentes habíamos leído bastante sobre las posibilidades que ofrecía el trabajo con niños en espacios donde se podía jugar con la luz y la sombra. ¿Cómo no aprovechar esta fuente de conocimiento? Nos pusimos manos a la obra y decidimos realizar esta experiencia. Llevamos al aula un retroproyector que permanecía olvidado en un almacén de la escuela. Habíamos preparado la sala, disponiendo multitud de materiales y objetos que habíamos seleccionado como adecuados y los  dejamos al alcance de los niños y niñas. Objetos cotidianos de formas muy diversas, de distintas texturas y cualidades físicas, cuyas sombras pudieran resultar atractivas para ellos, reunimos objetos de morfologías sustancialmente dispares, como palos, rulos, pinzas para el pelo, hojas, construcciones de madera, dispusimos algunos translúcidos de colores diversos que permitieran dejar pasar a través la luz y el color…

El agrupamiento para la realización de la actividad no se transformó en absoluto de lo que es habitual en cualquier otra actividad grupal. Planteamos la actividad para un grupo de diez niños y niñas en tanto la otra mitad realizaba una actividad de juego libre y espontánea en otros espacios del centro.

 

Sombras

De esta manera pudimos centrarnos en propiciar la participación libre y espontánea de los pequeños, a la vez que nos era posible llevar a cabo procesos de observación directa y sistemática de la acción de éstos. La disposición del espacio y del principal recurso didáctico fue simple. Un lugar central para una mesa en la que se dispuso un retroproyector de luz que permitiera proyectar sobre una pared blanca situada enfrente. Además y en distintos momentos se añadieron otros objetos para situar sobre el retroproyector, de tal manera que los niños pudieran disponer de ellos según su propia voluntad, o pudieran actuar de manera espontánea sobre la luz con sus propias manos. La tarea de la tutora, en tanto, consistió en realizar pequeñas intervenciones, no directivas, en forma de preguntas y sobre todo la observación sistemática que se fue realizando durante el desarrollo de la actividad de cada uno de los grupos. Posteriormente, la información obtenida en el proceso de observación sistemática fue fundamental para la reflexión formativa del equipo educativo.

 

Sombras

 

Entonces nos preparamos para contemplar la sorpresa en el quehacer y en los rostros de los pequeños. Dispusimos los materiales seleccionados así como las condiciones del espacio, lo más acondicionado posible, en este caso una sala completamente oscurecida. Una vez allí comenzamos proyectando la luz del proyector sobre una pared desnuda y exenta de elementos que pudieran dificultar la proyección y la visualización de las sombras. A partir de ese momento los niños y niñas comenzaron a actuar espontáneamente, de manera libre y autónoma con los objetos y materiales que allí estaban.

En un primer momento sólo algunos de ellos se atrevían a acercarse a ese aparato que estaba situado en una mesa baja a su altura y que hacía un pequeño ruido y emitía algo de calor. Se trataba simple y llanamente de una sencilla fuente de luz, pero aún, ni ellos ni nosotros, sabíamos hasta dónde podía llegar la experiencia.

 

Mano de niño en un retroproyector

 

Algunos comenzaron por tomar en su mano unos los rulos para el pelo, los colocaban en sus dedos como tantas veces habían hecho, otros colocaban algunas construcciones sobre el retroproyector y un grupo hasta empezó a fijarse en las proyecciones de los objetos que aparecían, cambiaban y desaparecían de la pared, según ellos iban actuando. Llegó un momento en el que entre todos habían puesto demasiados objetos sobre la pantalla, entonces entre varios niños comenzaron a quitarlos, dejando casi vacía la pantalla de proyección. Y fue aquí cuando llegó nuestra mayor sorpresa, algunos comenzaron a percibir que sus manos también hacían sombras en la pared, sombras que fueron poco a poco reconocidas como hechas por sus propias manos. La impresión que les provocó, que nos provocó, fue enorme, tanto que, rápidamente quitaron las mano de la pantalla a la vez que se las miraban sorprendidos. Las observaban, quizás para comprobar que aún pertenecían a sus cuerpo, que el verlas sobre la pared no cambiaba en lugar real en el que se encontraban. Sus caras y sus ojos transmitían sorpresa, nos miraban y reían a carcajadas buscando en nosotras una cierta seguridad. Una vez tranquilos al ver que su mano seguía formando parte de su brazo, volvían a ponerla en la pantalla sonriéndose unos a otros, llamando nuestra atención por primera vez desde el comienzo de la actividad. Los demás objetos pasaron a quedar en un segundo plano en la experiencia, sus manos eran mucho más divertidas, se las cogían unos a otros, caminaban por la pantalla, las ponían unas sobre otras.   

     

Los adultos, al pensar en actividades para los pequeños, a veces nos olvidamos de que todos los niños y niñas tienen a su disposición elementos importantísimos, por ejemplo, su propio cuerpo y, en este caso, sus manos. A estas edades es muy importante que descubran sus manos, sus dedos, su forma, sus posibilidades de acción.

 

Sombras de manos

 

Llegados a este punto hemos de plantearnos una cuestión ¿queríamos aprovechar la circunstancia para que los niños y niñas de 2 años aprendieran el concepto de mano? O lo que realmente queríamos es que interiorizaran su forma, su utilidad, que aprendieran a contemplar los detalles, que se sintieran tan atraídos que no fuera necesario señalar la mano, al tiempo que repetíamos una y otra vez la palabra mágica: “mano”.

 

Después de contemplar esta experiencia nos hemos dado cuenta de que ya no repetimos a menudo la palabra mano; ya no necesitamos una foto de la mano para que cada uno señale las suyas y aprendamos su nombre; todos saben dónde están sus manos, cómo son, saben que se mueven, que cogen objetos y todo ha sido un descubrimiento propio de cada uno. Como nosotras decimos, ha sido un descubrimiento “a oscuras” y por experimentación. Los que hablan, las nombran, pero los que aún no se comunican con el lenguaje oral, también saben cómo se llaman, ahora mano, no es otra cosa que eso, lo saben de forma experiencial.

 

3. EVALUACIÓN Y CONCLUSIONES

La experiencia de introducir un retroproyector en el aula ha sido muy gratificante no sólo para los pequeños, sino también para los educadores, ya que cada vez que encendemos el aparato se nos abre un abanico de posibilidades por explorar. Se ha convertido en un elemento tan importante que cuando sus familias vienen a recogerlos, los niños tiran de ellos hasta acercarlos al retroproyector, no quieren que se pierdan ese aparato que da luz y que les fascina, nos piden incluso que apaguemos la luz para que sus familias lo vean a oscuras.

 

Manos en el retroproyector

 

Intentamos que sean ellos los que desplieguen su imaginación y disfruten de las actividades que realizan. No tratamos de inculcar conceptos, intentamos que los niños y niñas se expresen, descubran, interpreten por sí mismos, ya que tienen capacidad para ello. Queremos que se sientan seguros, que continúen siendo niños y sobre todo que disfruten aprendiendo y viviendo.

 La Educación Infantil tiene que ver con ojos de niño el mundo, y de esa manera sabremos cómo deslumbrarles y cómo sorprenderles con experiencias como la que os hemos contado y que para nosotros ha constituido un antes y un después. Un secreto que debe quedar entre nosotros: a partir de entonces, no hemos parado de experimentar con la luz y con la sombra, y además un nuevo proyecto se abre frente a nosotros…se llama mesa de luz y será el nuevo recurso con el que contaremos para sorprenderlos, para sorprendernos.

BIBLIOGRAFÍA

Amorós, E. y Hortal, A. (2013): 44 experiencias 0-3. Barcelona. Graó.

Els cent llenguatges dels infants; : la narrativa del possible : propostes de les nenes i els nens de les escoles bressol i dels parvularis municipals de Reggio Emilia = Los cien lenguajes de la infancia : narrativa de lo posible : propuestas de las niñas y niños de las Escuelas Infantiles Municipales de Reggio (2005). Barcelona. A.M. Rosa Sensat.

 

Código QR

Creative Commons by-nc-sa
Revista Digital EducaMadrid
Fecha de publicación: 17 de abril de 2015