Saltar al contenido

Visor

Colegio de Educación Especial Los Álamos. Proyecto Hospital de Día

Revista Digital Educamadrid

Fecha de publicación 13 de mayo de 2015

Resumen

Se describe la colaboración entre un Colegio de Educación Especial de Madrid y un Hospital de Día, más concretamente cómo se estableció y se desarrolló un grupo terapéutico de 7 alumnos durante dos trimestres. Se explica como esta experiencia de colaboración entre entidades del ámbito educativo y de la salud en contextos naturales, favoreció tanto el desarrollo de los alumnos como el de las organizaciones, y se argumenta en favor de seguir concienciando social y institucionalmente sobre la necesidad de implementar modelos de colaboración y trabajo conjunto de corte educativo y sanitario para el perfil de alumnos que presenta discapacidad intelectual y trastorno de la conducta.

Experiencias

Nivel. Educación Especial

Autor

Sergio Algar

Colegio de Educación Especial Los Álamos (Madrid)

Logotipo del centro

1. EDUCACIÓN O TERAPIA: LAS DOS

Somos el Colegio de Educación Especial Los Álamos de Madrid que atiende a alumnos con discapacidad intelectual y trastorno de conducta. Tenemos una trayectoria de más de 30 años.

Nos pusimos en contacto con el Hospital de Día Madrid a través del Servicio de Orientación del Colegio a raíz de una colaboración anterior con ellos. En este Hospital de Día trabajan con niños con trastorno mental grave y habían atendido, de manera ambulatoria, a uno de nuestros antiguos alumnos.

Cuando les propusimos una nueva intervención para un alumno, que manifestaba dificultades graves en la gestión de sus emociones y conducta, surgió, de manera conjunta, la idea de desarrollar un trabajo terapéutico grupal con algunos de nuestros alumnos en las instalaciones del centro.

Así se estableció el convenio de colaboración entre las dos instituciones, por el cual los terapeutas del Hospital de Día Madrid asistirían al colegio de manera totalmente desinteresada durante el segundo y el tercer trimestre del curso escolar 2014-2015. 

El objetivo de este proyecto piloto era recabar datos sobre la efectividad del trabajo terapéutico grupal con adolescentes que manifiestan conjuntamente discapacidad intelectual y trastorno de la conducta o enfermedad mental grave, un campo de trabajo muy poco explorado hasta la fecha. Estos datos facilitarían la posibilidad de encontrar financiación que permitiera prolongar el programa en el tiempo.

Grupo de chicos

2. NUESTRO GRUPO TERAPÉUTICO

Una de las tareas fundamentales del grupo terapéutico era acompañar a los pacientes en el descubrimiento de recursos propios para afrontar y resolver problemas de manera más autónoma. Para ello, se debe proporcionar la empatía y el apoyo necesario para crear una atmosfera de confianza que conduzca a los pacientes a compartir y explorar problemas cotidianos.

El grupo implica un proceso interpersonal que potencia pensamientos, sentimientos y conductas al plano consciente. Los terapeutas conducen al grupo, mediante ejercicios y dinámicas de facilitación, a la creación de planes concretos de cambio y hacia el descubrimiento de metas personales

El trabajo terapéutico grupal no es una tarea sencilla y, mucho menos, cuando los pacientes tienen importantes dificultades a la hora de organizar su pensamiento o elaborar de manera adecuada las emociones y situaciones que viven en su día a día.

A pesar de ello, pensábamos que  su implantación era una gran oportunidad de ir un paso más allá en nuestros habituales programas de habilidades sociales o de gestión de las emociones.

Se abría ante nosotros la ventana de poder dar respuesta a una necesidad muy importante en nuestro colegio: entrenar a nuestros alumnos con alteración grave en la conducta para que sepan regular su comportamiento teniendo en cuenta fórmulas y estrategias basadas en la palabra y la comunicación, en vez de desarrollar comportamientos autolesivos o heteroagresivos.

La formación del grupo de trabajo tuvo como condición que los participantes contaran con una edad superior a los 15 años y un funcionamiento intelectual que les permitiese la elaboración de pensamiento capaz de desarrollar estrategias comunicativas en la solución de conflictos diarios.

Se formó un grupo inicial de 6 chicos y una chica, entre los 15 y los 20 años, que cada jueves se reunían de 10 a 11:30 en un aula del centro.

Acordamos igualmente con los dos terapeutas del Hospital de Día Madrid la posibilidad de dar seguimiento y apoyo a los tutores encargados de estos alumnos.  Hablarían mensualmente con ellos para informándoles de cómo iban las cosas, los progresos, las dificultades, etc. Al mismo tiempo les daban soporte para la gestión emocional y conductual de sus alumnos.

El punto de partida fue un registro de evaluación inicial tipo cuestionario que completó el tutor de los alumnos, con intención de recoger indicadores relevantes en relación a: la conducta, las estrategias en la gestión de conflictos así como las principales preocupaciones o las prioridades que se marcaban para el alumno en cuestión.

3. INICIO Y DESARROLLO DEL PROYECTO

Resultó excitante y muy estimulante para el centro y los terapeutas ver cómo un grupo de chicos, con una clara necesidad de apoyo en la gestión de emociones y solución de conflictos diarios; con tendencia a la agresividad y cambios en los estados del ánimo, contaban con un espacio en el propio colegio para poder hablar como lo hace un grupo de amigos, bajo la supervisión y la guía de dos terapeutas y el orientador del colegio.

Durante las sesiones, el grupo se fue consolidando, y poco a poco, se fue convirtiendo en un espacio seguro donde los chicos podían expresar cómo se sentían, qué obstáculos encontraban en su día a día, qué les ponía nerviosos, por qué actuaban cómo lo hacían. Así, se fueron nutriendo de las experiencias de los demás, lo que les sirvió para normalizar sus emociones y para generar una red de apoyo, aceptación y comprensión mutua, en la que los terapeutas solamente ocupaban un rol de facilitadores y dinamizadores.

Cuanto más seguros se sentían los chicos, más capaces se mostraban. Más capacidad les llevó a más seguridad y así, progresivamente, se  fue completando un ciclo de adquisición de habilidades, de conocimiento personal y mutuo y, por supuesto, de amistad.

Todos ellos, que por su trayectoria vital y circunstancias personales habían sufrido muchísimo para poder desarrollar un aspecto básico como es la confianza en los demás,  la empezaron a experimentar, lo que les preparó el camino para empezar a crecer de verdad.

Grupo de chicos y terapeuta

4. VALORACIÓN DE LOS RESULTADOS

Los tutores completaron de nuevo un cuestionario que  se reflejó una mejora general en:

  • Las estrategias de los chicos para afrontar y resolver conflictos.
  • Su nivel general de comunicación.
  • El número de ocasiones de petición adecuada de ayuda.

 A nivel de Centro  (Servicio de Orientación y de Equipo Directivo) se registraron importantes mejoras en :

  • La  prevención de conductas disruptivas.
  • La convivencia general del centro.
  • La reducción del número de episodios conductuales.
  • El clima en el aula.

Además  se contribuyó al perfeccionamiento del tutor en aspectos como la detección, gestión y apoyo al alumno en situaciones disruptivas.

Como centro de educación especial que atiende a alumnos con necesidades de apoyo a la discapacidad intelectual y la enfermedad mental, valoramos muy positivamente y este tipo de trabajo con los alumnos y lo consideramos muy  necesario.

Existe todavía un gran desconocimiento por parte de las altas instancias educativas de las necesidades que tenemos en los centros, especialmente en el área de la educación especial. Se desconoce este tipo de alumnado que se encuadra en la enfermedad mental grave y que está aumentado en número muy rápidamente.

Creemos muy necesaria la integración de la figura de perfil terapéutico dentro de las instituciones educativas que atienden la discapacidad intelectual. La consideración de este tipo de medidas podría facilitar mucho la integración de alumnos con necesidades de apoyo conductual y les dotaría de recursos y habilidades socio-afectivas muy necesarias que van más allá del trabajo pedagógico ordinario en este tipo de centros. Aunque asistimos a los alumnos en un trabajo transversal relacionado con las habilidades sociales, necesitamos ampliar estos planteamientos.

Defendemos el enfoque terapéutico en contextos naturales que facilite la generalización del uso de las estrategias y habilidades que se han ido adquiriendo durante las sesiones grupales.

El proyecto ha contribuido a establecer un continuo en la intervención de alumnos con enfermedad mental grave, un punto intermedio que no conlleve la intervención en contextos psiquiátricos u hospitalarios con población heterogénea sin discapacidad intelectual en un momento del ciclo vital de los chicos en el que debe predominar el contexto educativo.

Además, favorece la creación de un contexto lo suficientemente abierto, flexible y contenedor como para que los alumnos desarrollen rápidamente aspectos de confianza mutua y un vínculo con los terapeutas, elementos necesarios para la eficacia de la terapia grupal.

4. CONCLUSIONES

Los alumnos con discapacidad intelectual muestran, en muchas ocasiones, alteraciones en la conducta producidas fundamentalmente por una dificultad en el control de los impulsos y sus problemas para generar planes de secuenciación del pensamiento y la conducta.

Por el hecho de tener un retraso intelectual quedan fuera de algunos recursos terapéuticos como el Hospitales de Día, ya que se considera que sus dificultades para trabajar o elaborar aspectos complejos de las emociones o de hacer uso de la palabra para solucionar problemas les impide beneficiarse de un grupo terapéutico.

Nuestra experiencia nos ha demostrado el enorme potencial de los adolescentes cuando se les da la oportunidad de aprender en un entorno seguro a través de la relación con iguales de manera guiada.

Todavía hoy estamos sorprendidos ante el notorio cambio producido en algunos alumnos en nuestro centro.

Lo cierto es que nos gustaría poder continuar con estas iniciativas ya que este tipo de metodología de  trabajo, han resultado inmensamente útil para los chicos y para el Centro. También nos gustaría que su implantación no dependiese de la iniciativa privada, y que hubiese mayor concienciación y apoyo institucional para establecerlos de manera regular en los centros.

Esperamos poder contribuir a la difusión, concienciación y apoyo a las necesidades de un colectivo muy específico, el de la discapacidad intelectual y la enfermedad mental, para que se pueda beneficiarse de terapias muy concretas como la que hemos descrito.

Así nos lo han pedido nuestros docentes, nuestros chicos y sus familias.

BIBLIOGRAFÍA

  • American Psychiatric Association (2000). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR). Masson, Barcelona, 2002.
  • Bandura, A. (1973). Aggression: A social learning analysis. New York. Prentice hall.
  • Bandura, A. (1977). Social learning theory. Englewood Cliffs. Prentice Hill.
  • Bandura, A. (1983). Psychological mechanisms of aggression. En R. G. & E. I.
  • Battegay, R. (1979) “El hombre y el grupo”. Herder
  • Espina, A. Ortego, A., Villanueva, E., Calzado, Mª J., y Perea J. M. (2006) Psicoterapia grupal en niños con trastornos de conducta. Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Torremolinos. Servicio Andaluz de Salud.
  • Aloma. Revista de la facultad de psicología de la Universitat Ramon llull,
  • Gómez-Jarabo, V. (1999). Violencia: antítesis de la agresión. Valencia. Promolibro.
  • Yalom, I. D. y  Vinogradov, S. (1996) “Guía Breve de psicoterapia de grupo”. Paidos

Código QR

Creative Commons by-nc-sa
Revista Digital EducaMadrid
Fecha de publicación: 13 de mayo de 2016