¿Desde tu experiencia profesional y conociendo los cambios en las últimas décadas, ¿qué dirías a las adolescentes que están en los últimos años de Secundaria y Bachillerato a la hora de elegir una profesión?

Que elijan con ilusión, pensando que podrán hacer lo que se propongan con determinación y que no importa si en un momento dado tienen que cambiar de opción, no hay equivocación si se toma como aprendizaje, como una nueva oportunidad. Lo importante es que lo que uno haga sea con trabajo y esfuerzo. Y eso siempre supone un gran disfrute, porque si te pones retos para llegar a una meta y los vas superando, es muy gratificante. Mi experiencia me dice que la vida es formación constante, más en la era digital en la que estamos, en que la tecnología es absolutamente esencial; debemos tomarla como una oportunidad gigantesca, una gran aliada allá donde vayamos a estudiar o trabajar.

¿Cómo condicionan los estudios las salidas profesionales? ¿Es más importante la creatividad, la innovación, el emprendimiento o los estudios? ¿Cuál es el equilibrio perfecto?

Digamos que sería una mezcla de todo ello: necesitamos la técnica que se aprende con formación en los estudios, pero también debemos saber gestionar nuestras emociones que nos desarrollan autoconfianza y nos dan herramientas para trabajar en equipo y en sociedad. Ahora bien, nada de esto nos llevaría a ninguna parte sin una buena actitud y ahí entran las otras variables que mencionas: la creatividad, la innovación que se deriva de actitudes positivas y proactivas, esenciales para obtener resultados. Durante años mi máxima fue “lo único que permanece estable es el cambio”, y no estábamos en esta 4ª revolución tecnológica de los datos. Así es que hoy más que nunca debemos pensar en grande, imaginar, soñar, reinventarnos, ser disruptivos, atrevernos con el cambio. Miles de empresas que no son tecnológicas nos han dado magníficas lecciones este año, adaptándose a las circunstancias. Hoy no hay ningún restaurante sin código QR para mostrarte una carta, y eso ha sido con naturalidad, de la noche a la mañana, muchos de ellos son pequeños negocios familiares... Esto es actitud, tirar para adelante, querer es poder.

¿Cuándo elegiste a qué te querías dedicar y qué barreras tuviste que derribar?

Decidí ser periodista y de esa época lo que más recuerdo es que quería aprender y aprender. Sabía que tenía que destacar, había mucho paro juvenil, como ahora. Y yo siempre pensaba "bueno, si para un solo puesto se presentan dos, uno caerá, cierto, pero ¿por qué tengo que ser yo?" Y me aplicaba para no defraudar. Siempre he procurado trabajar en la excelencia, no fallar cuando me han encomendado objetivos. Eso, creo, es ser honesta.

¿Por qué los jóvenes, en general, no tienen como preferencia estudiar carreras de ciencia e ingeniería? ¿Cómo incentivar la participación de los chicos y de las chicas?

El déficit de estudiantes en torno a las carreras STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics) es preocupante. Sucede en España, en Europa, en el mundo occidental en general. Diríamos que no estamos sabiendo transmitir a los niños y niñas la utilidad de estas materias, lo que pueden ayudar a las personas. Recuerdo un día hablando con Irene Cano, la directora general de Facebook en España que también dirige Instagram y Wasap, me decía que, especialmente en el caso de las niñas, las matemáticas no se perciben como materia para aplicar, que su enseñanza es tan abstracta que no engancha, no se ve útil. En el caso de la tecnología, sobre la que yo insisto que será absolutamente esencial y transversal allá donde estemos, se sigue percibiendo como devices para consumo más que como herramienta que mejora la vida de las personas. Por no hablar de la ingeniería… Y hay muchos ejemplos cotidianos que nos ayudarían a visualizar que estas materias tienen alma. Por ejemplo, con tecnología un vagón de metro tiene o tendrá la temperatura adecuada porque únicamente con los tickets de entrada ya se puede prever el número de pasajeros que lo ocuparan y cuanta energía desprenderán. Ciudades conectadas, atención sanitaria online…, esto ya no es el futuro, lo tenemos aquí y estará por todas partes.

¿Qué aportan los equipos de trabajo mixtos?

Diversidad, suma de talento, puntos de vista diferentes, muchas miradas. Por razones biológicas y, desde luego, culturales, los niños y las niñas no crecen igual. Así es que, si la diversidad suma, esta es la opción.

¿Hay que vencer muchos estereotipos para que la mujer tenga una mayor representación en puestos de liderazgo y relevancia tecnológica? ¿Cómo modificar o romper los estereotipos que marcan la diferencia entre hombres y mujeres?

Sí. Quedan muchos estereotipos y sesgos que hay que seguir eliminando. Hasta hace poco, incluso en las familias, se formaba a los hijos, no a las hijas, para heredar negocios familiares. Socialmente las mujeres no hemos tenido autonomía financiera para abrir una cuenta corriente hasta 1981, hace nada. Ahora estamos reclamando un mundo 50&50, y ocupar al menos el 40% de los Consejos de Administración. O sea que se ha hecho camino, pero si coges los datos de representación no únicamente en Consejos, también en puestos de dirección, verás que la brecha aún es considerable. La solución es seguir trabajando #PorUnMundo5050, promoviendo igualdad real, con inclusión. Muchas empresas trabajan así, con convencimiento desde los puestos directivos, promovida esta diversidad por muchos hombres comprometidos. Estos son los más inteligentes: saben que el 100% del talento es creatividad, equipos mas felices y, en definitiva, crecimiento, o sea riqueza.

¿Qué es #chicasimparables? ¿Qué aporta a las chicas participantes? ¿Cómo trabaja la equidad?

En 50&50 GL trabajamos #PorUnMundo5050 y para ello hemos detectado que hay que seguir trabajando con niñas y jóvenes en dos aspectos: afianzarlas hacia liderazgos de futuro y apasionarlas por la tecnología, los dos terrenos en los que aún hay brechas importantes que se deben eliminar. El Programa Jóvenes y Liderazgo #ChicasImparables está enfocado para chicas de 16 a 18 años, esa edad en la que tienen que elegir, y les traza una ruta hacia el liderazgo que les dotará de autoconfianza para que sueñen a lo grande y no se pongan límites. En cinco jornadas trabajan sus propios proyectos, en grupos, con técnicas de emprendimiento, finanzas, tecnología, comunicación, marketing digital, configuración de equipos, industria 4.0 y toma de decisiones. Cuando acaban se sienten imparables, han hecho un magnífico networking con otras niñas que tienen sus mismos intereses, ¡es maravilloso!

¿Existen barreras y limitaciones interiores en las #chicasimparables? ¿Cualquier chica puede ser imparable?

¡Sí! Todas lo son, el problema es que no lo saben. En estos cursos, creando en el grupo sus proyectos, van descubriendo sus propias habilidades, aprenden a trabajar con mas empatía, comunicación, escucha, contraste de ideas… Nos importa mucho la técnica, incluso a la hora de presentar sus proyectos ante los líderes del Jurado (un simbólico Consejo de Administración), pero también el aprendizaje que hacen en la gestión de las emociones, algo muy importante hoy en día en las empresas, especialmente tras la pandemia. Una nueva cultura empresarial ha nacido para quedarse, con liderazgos más humanistas, empáticos, sostenibles…, responsables, en definitiva.  Y esa formación, la hacemos atendiendo a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, cuando trabajan así, ellas mismas cambian su mirada, es increíble.

¿Cómo surgió la idea y cuánto tiempo llevó el plasmarla y hacerla una realidad?

Surgió hace un año con la creación de 50&50 Gender Leadership, mi consultora, para trabajar por la igualdad de oportunidades y ese mundo 50&50 del que hemos hablado. Detectamos que al menos el 70% de los ODS para llegar a cumplir la Agenda 2030 deberían implementarse con la ayuda de las empresas. Así es que Antonio Garamendi, que es un transformador abrazó la idea como presidente de CEOE. Tengo que agradecerle a su equipo que creyera en ello, a su directiva Carmen Alsina, a Fátima Báñez desde la presidencia de la Fundación CEOE, a mujeres como Marieta Jiménez, entonces Presidenta de Merck en España y hoy su Vicepresidenta europea. Por supuesto a ESADE, la prestigiosa escuela de negocios en la que impartimos los cursos con su colaboración académica. Y a la Comunidad de Madrid que desde el origen creyó en el proyecto con ganas de impulsarlo.

¿Qué destacarías de lo que te cuentan las #chicasimparables una vez que finalizan la actividad?

¡Lo imparables que se sienten, es maravilloso! Cuando llegan no creen que serán capaces de hacer los proyectos y, a medida que les van dando forma se van sintiendo seguirás, van creciendo enormemente, ven cómo pueden financiarlos, cómo los posicionarían en el mercado con marketing y comunicación, con qué equipos los llevarían a cabo, cómo los defienden ante el Jurado. Salen en grupo a defenderlos frente a líderes de primera y ahí es tal el entusiasmo que si llegaban con miedo escénico, les desaparece. Me encanta que salgan conectadas, hacen una red que seguimos desde 50&50.

¿Qué nuevas iniciativas tienes en mente para seguir trabajando en la idea 50&50 y educar sin roles, sesgos ni estereotipos?

Creo que este proyecto tiene mucho recorrido, en un solo año hemos hecho el I Programa de #ChicasImparables en enero y febrero de 2020 antes de la pandemia y luego, a pesar de esta calamidad, hemos sido capaces de realizar dos cursos de verano en el mes de julio en Barcelona y Madrid, y en octubre con Banco Santander las #ChicasImparablesTech. Para 2020 tenemos nuevos programas. Es un lujo, y un honor, ir de la mano de socios tan increíbles como CEOE, Fundación CEOE, ESADE, Comunidad de Madrid, grandes empresas… Y apreciamos enormemente ver cuántos padres y madres están decididos a apostar por liderazgos femeninos, por el futuro sólido y de seguridad de sus propias hijas.