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Alejandro Carbonell Alcocer. Educar para un futuro sostenible a través de la Economía Circular

Revista Digital Educamadrid

Fecha de publicación: 24 de enero de 2023

Resumen

"Necesitamos una ciudadanía concienciada, comprometida y activa; y, como el alumnado actual será el futuro ciudadano del mundo, debemos plantear iniciativas en todos los niveles educativos que aboguen por la concienciación y el compromiso medioambiental. " 

Alejandro Carbonell Alcocer es investigador predoctoral del Programa Propio 2020 de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Es miembro del grupo de innovación docente en Comunicación, Tecnologías Digitales y Educación Abierta y del grupo de investigación consolidado Ciberimaginario, en la URJC, Máster en Formación del Profesorado en la especialidad de procesos y comunicación audiovisual, y graduado en Comunicación Audiovisual.

Está especializado en la planificación y el desarrollo de proyectos de comunicación digital y periodísticos, interactivos y multimedia y gestión técnico-creativa de proyectos de investigación nacionales e internacionales.

Ha sido todo un placer que Alejandro Carbonell Alcocer haya compartido su experiencia con la revista, y esperamos que sus palabras sirvan de inspiración a todos los profesores y alumnos que estén interesados en un futuro mas sostenible.

Entrevistas

Innovación Educativa

Autor

Alejandro Carbonell Alcocer

Investigador predoctoral del Programa Propio de la Universidad Rey Juan Carlos

Imagen 2

Desde la Universidad Rey Juan Carlos han realizado una investigación denominada “Educar para un futuro sostenible a través de la Economía circular” ¿Cuál es el objetivo de esta investigación y qué ha motivado llevarla a cabo?

El objetivo de la investigación es proponer recomendaciones de carácter práctico para impulsar la implicación ciudadana y promover un futuro medioambiental sostenible desde la Escuela. En el marco del proyecto BIOTRES-CM (S2018/EMT-4344), cofinanciado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, surge la oportunidad de realizar una investigación original para conocer cómo mejorar los mecanismos de intervención en la escuela para trabajar el medio ambiente y la economía circular.

Así, se plantea una investigación en la que participan técnicos y directivos, formadores de formadores, docentes e investigadores a nivel nacional. También se analiza la legislación en materia educativa y sostenibilidad. Todo ello con el objetivo de identificar los instrumentos que permitan mejorar los mecanismos de intervención en el ámbito educativo en España orientados a fomentar la implicación y participación social de los jóvenes.

Los resultados de la investigación se han publicado en el número 73 de la revista científica “Comunicar”, dentro del monográfico “Educación para el Futuro: Prospectiva para la sostenibilidad y justicia social”. Se trata de una de las revistas de mayor impacto mundial en las áreas de educación y comunicación, lo que permite alcanzar una difusión importante de los resultados del estudio.

  

Portada del número 73 de la Revista Científica Comunicar

Esta investigación se ha realizado junto a Juan Romero-Luis, investigador predoctoral del departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid; Manuel Gertrúdix, Profesor Titular del mismo departamento; y Eddy Borges-Rey, profesor titular de la Universidad del Noroeste de Catar (Doha).

En la investigación hablan de “economía circular”. ¿Podría explicarnos qué significa este concepto?

Como se viene señalando por parte de organismos e instituciones nacionales e internacionales, el cambio climático es una amenaza real para el futuro de la humanidad. El aumento de temperaturas en la Tierra, la extinción de especies naturales, los fenómenos meteorológicos extremos o el aumento del nivel del mar son solo algunas de las consecuencias visibles derivadas del problema medioambiental. Además, la sobrepoblación en determinadas zonas de la Tierra pone de manifiesto la escasez y el agotamiento de recursos naturales, necesarios para la continuidad de la vida en el planeta. Ante esta problemática es necesario desarrollar medidas que fomenten el desarrollo sostenible y el uso eficaz de los recursos.

La economía circular es un sistema económico que busca el uso eficiente de las materias primas y recursos del planeta. Este sistema minoriza las consecuencias negativas para el medio ambiente, simplificando los procesos de producción aumentando la durabilidad de los productos y servicios.

Este modelo va más allá de las tres erres tradicionales, Reducir, Reutilizar y Reciclar, ya que plantea un modelo más amplio conocido como las siete erres que implica Rediseñar, Reducir, Reutilizar, Reparar, Renovar, Recuperar y Reciclar. Este sistema es clave para garantizar la sostenibilidad, porque implica repensar los procesos de producción desde el diseño, adaptándolos, para poder proporcionar una nueva vida a los residuos generados en el proceso de producción.

 

 

¿Cómo influye este concepto en el impacto sobre el cambio climático y por qué el alumnado debe de estar concienciado con el mismo?

El modelo de consumo habitual de nuestra sociedad se fundamenta en un modelo de economía lineal, es decir, un modelo en el que se extrae la materia prima, se producen productos, se consumen y, finalmente, se desechan. Ello, impulsado desde una visión de maximizar el beneficio económico, por encima de cualquier otro valor, y que fomenta un consumo desenfrenado de productos. Este modelo es especialmente lesivo para un planeta en el que los recursos son finitos y limitados y, en definitiva, para nosotros mismos.

Pongamos un ejemplo, ¿quién no se ha comprado un dispositivo electrónico, como un teléfono móvil, sin realmente necesitarlo? Estar a la última tiene un precio, y no solamente económico, ya que en este proceso se generan multitud de productos y desechos tóxicos para el planeta. Por ese motivo, cambiar este modelo lineal al de una economía circular es tan importante. Sin embargo, para implementar este nuevo modelo es necesario desarrollar un cambio de pensamiento al que le acompañen hábitos responsables y sostenibles.

Necesitamos una ciudadanía concienciada, comprometida y activa; y, como el alumnado actual será el futuro ciudadano del mundo, debemos plantear iniciativas en todos los niveles educativos que aboguen por la concienciación y el compromiso medioambiental.           

Ustedes mencionan en la investigación que es necesario cambiar el modelo de consumo actual. Además de lo que puede hacer la escuela para concienciar al alumnado, ¿qué otras medidas a nivel social serían necesarias para cumplir este objetivo?

La escuela es una institución fundamental para concienciar sobre este problema, sin embargo, no se debe delegar toda la responsabilidad de actuación al espacio educativo. Es necesario desarrollar medidas políticas, sociales y económicas en todos los niveles (europeo, nacional y autonómico) que velen por el desarrollo sostenible del planeta. Se deben establecer marcos normativos que amparen y establezcan un marco de actuación común que respalde las acciones de las instituciones, las empresas y los organismos en materia medioambiental.

También considero muy importante que debe premiarse y valorarse el esfuerzo que realizan multitud de entidades en materia tanto de concienciación al alumnado como en la concienciación social. Sin ellas, la transición de un modelo de economía lineal a un modelo de economía circular no sería posible. Establecer un espacio en el que se puedan compartir buenas prácticas para garantizar un futuro sostenible en el planeta podría contribuir a su replicabilidad.

También señalan que sería necesario crear una nueva competencia, la “ecosocial”. ¿En qué consistiría esa competencia y cómo se podría trabajar a través del currículo?

La finalidad de la competencia “ecosocial” consiste en alfabetizar “ecosocialmente” a los estudiantes. Ello implica ir más allá del plano del “saber” y la adquisición de conocimientos en materia medio ambiental y de sostenibilidad. Esta competencia garantiza la comprensión del problema y ofrece las condiciones para que se actúe para resolverlo.

Cuando un estudiante adquiere la competencia “ecosocial” supone que se ha concienciado con la problemática, la ha entendido y es capaz de actuar en su entorno cercano fomentando hábitos de consumo sostenibles. Esta competencia debe incluirse en la totalidad del currículo de manera integral, práctica, experiencial y de manera transversal en todas las disciplinas. Para aprender más sobre ello recomiendo el libro “Competencia ecosocial. Crisis ecosocial, alternativas y educación” escrito por José Manuel Gutiérrez Bastida, asesor técnico del Servicio de Educación Ambiental del Gobierno Vasco (Ingurugela-Ceida).

En Madrid existen tres centros de formación medioambiental dentro de la red de formación del profesorado con actividades para profesores y alumnos. Bajo su punto de vista, ¿cuál sería una formación necesaria para incluir en sus programas formativos?

Los centros de formación medioambiental de la Comunidad de Madrid realizan una labor excepcional en la formación de docentes y estudiantes en materia medioambiental. Los programas formativos que se desarrollan en estos centros deben ser permanentes y orientarse hacia la sensibilización medioambiental. La visita a estos centros debe ir más allá de la voluntariedad de los centros educativos o del profesorado.

Estos programas deben contemplar enfoques de aprendizajes experienciales basados en la vivencia de situaciones de aprendizaje concretas empleando metodologías activas como el aprendizaje servicio o el aprendizaje basado en proyectos. También es imprescindible garantizar la continuidad formativa del alumnado y el profesorado en todos sus niveles. Para ello, debe realizarse un abordaje conjunto y coordinado que implique activamente a todos los agentes y ámbitos con capacidad de transformación social.

La eficacia de los programas estatales y autonómicos de formación en este ámbito depende de que se realice un diseño que identifique las necesidades y expectativas formativas del profesorado. Es muy importante conocer qué necesitan los docentes para así poder adaptar el contenido de los cursos. También es necesario fomentar la creación de estructuras que asesoren profesionalmente y que respalden al profesorado en la incorporación de contenidos y metodologías qué faciliten el trabajo con estos contenidos.

Considero también que las acciones que se trabajan en estos centros deben dirigirse a impulsar proyectos educativos de centro que aborden de manera integral y comprensiva la educación para el desarrollo sostenible y el medio ambiente. 

En el preámbulo de la LOMLOE se establece la necesidad de que el alumnado conozca las consecuencias de nuestras acciones diarias en el planeta y concienciar para la emergencia climática y desarrollo sostenible. ¿Cómo se podrían implantar estos contenidos en los centros educativos?

El marco normativo debe ofrecer respaldo y confianza para que se desarrollen acciones coordinadas que trabajen estos contenidos en los centros. Por ese motivo, además de que se materialicen estas temáticas correctamente en el currículo, es necesario impulsar un paquete de acciones como la formación especializada o el desarrollo de programas específicos que doten de recursos materiales y humanos a los centros.

Los centros deben de ser capaces de generar un contexto que permita generar beneficios a través de la participación ciudadana y el compromiso social de sus integrantes, es decir, el profesorado y el alumnado, con su entorno de desarrollo próximo. Los proyectos que se planteen en los centros deben congregar un interés colectivo y compartido que garantice su continuidad y facilite la colaboración y el apoyo tanto de la administración como del centro.

Estos contenidos deben incluirse en todos los niveles educativos desde los niveles elementales y primarios hasta los superiores y de Formación Profesional. Actualmente existen multitud de dinámicas que permiten trabajar los contenidos relacionados con el desarrollo sostenible en el aula. Para que sean eficaces deben estar conceptualizadas y diseñadas para que tengan un abordaje temático transversal, fomenten un trabajo interdisciplinar que implique y tenga en cuenta la diversidad y las características de las materias, y que tengan una secuenciación y temporalización continuada a lo largo de las etapas educativas. 

En la investigación mencionan el concepto de “hábito atómico”. ¿En qué consiste y cómo se podría trabajar desde la escuela?

Aplicando el concepto acuñado por James Clear a nuestro contexto, los hábitos atómicos son un conjunto de acciones que se realizan de manera recurrente y permiten actuar de una forma muy concreta para resolver una necesidad, una preocupación o un problema. Los hábitos pueden ser buenos o malos. Los ciudadanos debemos incorporar buenos hábitos en nuestra vida enfocados hacia una meta concreta.

Aplicando este concepto en la construcción de un futuro sostenible, podemos decir que la construcción de hábitos individuales que permiten actuar de manera recurrente sobre un problema concreto, en este caso medioambiental, son esenciales para generar un compromiso ético y global con el problema.

La escuela es un entorno favorable para desarrollar estos buenos hábitos atómicos, ya que se pueden desarrollar prácticas rutinarias en multitud de disciplinas que engendren el cambio. El primer paso para adquirir un buen hábito es tomar conciencia del problema y en eso la escuela tiene un gran poder en la enseñanza de manera atractiva del conocimiento.

¿Qué proyectos futuros tienen pensado desarrollar para generar esa conciencia medioambiental en el ámbito educativo?

Desde la Universidad tenemos la oportunidad de plantear y participar en proyectos de investigación europeos, nacionales y autonómicos para trabajar en propuestas que contribuyan con estas temáticas. Este año hemos comenzado con el proyecto eCOMCIENCIA que trabaja sobre nuevas narrativas interactivas e inmersiva para impulsar la economía circular y la innovación social a través de la comunicación científica y ciencia ciudadana desde la escuela. Este proyecto está financiado por la Agencia Estatal de Investigación, del Ministerio de Ciencia e Innovación (Proyecto PID2021-127019OB-I00).

Este proyecto, de 4 años de duración y en el que participan investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (España), de la Universidad Complutense de Madrid (España), de la Universidad de Castilla la Mancha (España), de la Universidad de La Rioja (Argentina) y de la Northwestern University (Catar), nos permitirá avanzar en el desarrollo de soluciones aplicadas para mejorar la sensibilización y concienciación desde la Escuela.

¿Qué diría a los directores de los centros educativos y a los docentes en general sobre la importancia de abordar desde la escuela, la educación para un futuro sostenible?

Fruto de esta investigación se obtienen recomendaciones de carácter práctico para impulsar la implicación ciudadana y el cambio social a distintos niveles técnicos y directivos formadores de formadores docentes e investigadores. En esta guía se especifican acciones para desarrollar políticas y diseñar acciones educativas que garanticen un futuro sostenible. A continuación, se encuentra disponible en un gráfico interactivo también se pueden descargar desde el siguiente sitio web.

Acceso guía

Por último, antes de terminar esta entrevista me gustaría agradecer a todos los participantes su colaboración ya que sin ellos todo este trabajo no hubiera sido posible.

 

Acceso al artículo científico:

Carbonell-Alcocer, A., Romero-Luis, J., Gértrudix-Barrio, M., & Borges-Rey, E. (2022). Educating for a sustainable future through the Circular Economy: Citizen involvement and social change. [Educar para un futuro sostenible a través de la Economía Circular: Implicación ciudadana y cambio social]. Comunicar, 73, 21-32. https://doi.org/10.3916/C73-2022-02