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Visor

Viajar es un placer .... ¿y con alumnos?

Cuando Gloria, Jefa de Dpto. de Inglés y organizadora del campamento de idiomas en Eindhoven, me preguntó si me gustaría acompañar a un grupo de alumnos de 3º ESO a Holanda, mi respuesta fue casi inmediata, SI.

Reconozco que mi afición a viajar me pierde, la perspectiva de practicar inglés me encanta, y si a eso se suma el viajar con compañeros y alumnos con los cuales crees que vas a vivir una buena experiencia, pues cualquier otro problema logístico-familiar que te pueda ocasionar consideras que merece la pena.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que viajar con alumnos es una tarea que requiere mucho compromiso y responsabilidad. Da igual que sea una actividad de unas horas o de días, el caso es que siempre hay una dosis de riesgo y muchísimo trabajo detrás que hace que el profesorado cada vez sea más cauto y reacio a organizar y participar en estas actividades.

Durante estos viajes, además de ser profesor, educador, organizador, responsable de sus actos 24 horas, etc, etc, asumes un rol de padre/madre postizo, lo cual no es tarea sencilla. Te conviertes en faro que guía sus dudas, su puerto seguro en caso de dificultades, paño de lágrimas ante problemas, animador frente a su cansancio, reportero de sus experiencias y hasta en ayudante de compras de souvenirs, y todo esto con 30, 40 y hasta 80 alumnos de los cuales a veces hasta desconoces alguno de sus nombres porque nunca les has dado clase.

No cabe duda de que esto requiere una dosis de osadía (algunos más cursis dirían amor por la docencia), que no suele estar reconocida ni valorada. Ay de aquellos desinformados que te dicen “¡lo bien que vas a estar de viaje y sin dar clase!”, o de aquellos otros que van más allá con comentarios del tipo: “vacaciones a mitad de curso, ¡no te quejarás!”.

Estos viajes son siempre inciertos y, aun yendo todo bien que normalmente suele ser así, hasta que no vuelves y dejas a cada uno de los chicos con su familia, no respiras con tranquilidad. Sin embargo, también es verdad que gracias a ellos estableces con los alumnos otra relación, más cercana, más humana. Les miras y te ven de otra forma: riendo, bailando, jugando, despeinados y hasta con pijama y pantuflas …. En definitiva, nos vemos reales, como así somos y así son ellos fuera de la rutina y del encorsetamiento del día a día, de la clase y la nota.

Es por ello que quiero continuar animando a todos para que no dejemos que las dificultades y los temores nos frenen en este tipo de actividades que tanto enriquecen a nuestros alumnos. Por ellos, por acompañarles más allá del aula, por su experiencia vital, por la EDUCACIÓN en la que CREEMOS.

Ana Romero

Enlaces a los blogs de viajes 2019: Viaje 4º ESO a PortugalCampamento 3º ESO en Eindhoven.