Saltar al contenido

Comunidades peligrosas Comunidades peligrosas

Comunidades peligrosas

Junto con lo anterior, existen grupos que fomentan la violencia a través del entorno digital. En el mundo digital, las posibilidades de expresión e interacción se amplían y, si tenemos en cuenta la desinhibición con la que pueden actuar en el mundo online y la impulsividad propia de la adolescencia, los jóvenes pueden encontrar movimientos o grupos que fomenten prácticas violentas. En concreto, destacamos las siguientes categorías:

Comunidades que promueven la violencia. A pesar del efecto que Internet ejerce a la hora de relajar en cierta medida las diferencias sociales y permitir la interactuación de los usuarios, también Internet amplifica los mensajes de violencia verbal y física. En este sentido, las redes sociales pueden servir como altavoz para incitar al odio (también llamado hate-speech) o promover formas de maltrato hacia determinados objetivos o colectivos desfavorecidos. También sirven como espacio en el que organizar y difundir información sobre peleas. Así, son ejemplos de eventos organizados a través de redes sociales las «quedadas» entre grupos de ideología extremista o movimientos ultras vinculados a equipos deportivos. Otras manifestaciones son la toma de fotografías o vídeos relativos a formas leves de abuso, como bofetadas (el llamado happy slapping), empujones o puñetazos, normalmente entre compañeros de centro y se suben a redes sociales o se comparten a través de Internet.


Violencia de género. Aquellas situaciones en las que uno de los miembros de la pareja ejerce presión o control sobre la vida digital del otro. En este sentido, los estudios apuntan a un incremento en estas formas de dominio, restricción o represión entre adolescentes, así como a una victimización y normalización de estas situaciones dentro de la pareja y expareja. Asimismo, la reproducción de estos patrones de violencia en el ámbito de la pareja puede desembocar en situaciones de ciberacoso.


La campaña «10 formas de violencia de género digital» organizada por Pantallas Amigas en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y Twitter, muestra ejemplos concretos de cómo se manifiesta la violencia en entornos digitales en el ámbito de las parejas adolescentes.

¿Cómo actuar si un alumno está siendo influenciado por grupos peligrosos?

En el caso de observar o conocer que un menor está siendo influenciado por algún tipo de comunidad peligrosa en línea se pueden llevar a cabo las siguientes actuaciones:

1. Independientemente de la persona que detecte el riesgo (profesor, tutor, educador, etc.) comunícaselo a la persona responsable del mismo (si existe un protocolo específico para peligros con comunidades en línea o en su defecto, peligros en Internet) o al Equipo Directivo del centro (Jefe/a de Estudios o Director/a). 

2. Comunica a la familia la situación de riesgo detectada y contrasta la información que pueden aportar desde el hogar.

3. Es importante hablar con el menor implicado. Intentar obtener información sobre qué web, grupos, foros… consulta y analizadlos para conocer a fondo qué repercusión podrían tener en el menor, qué ideas, información, instrucciones, publicidad… le están transmitiendo.

4. Es fundamental orientar al menor para que tome consciencia del riesgo y ofrecerle alternativas, intentando en la medida de lo posible determinar la motivación del menor en el acceso a dichas comunidades peligrosas en línea. Por ejemplo, consultar páginas web, entidades y redes sociales dedicadas a desmentir bulos o a comentar prácticas como los retos desde una actitud crítica.

5. Hablar con el menor sin trasladarle reproches ni culpas. Para ello se puede pedir la colaboración de alguna persona del centro con el que el menor tenga especial confianza o muestre mayor simpatía. Algunos centros disponen de la figura del “alumno mediador”. Será más fácil obtener la información.

6. Si apreciamos que la situación reviste gravedad, contacta con otras administraciones o entidades (policía, guardia civil, asociaciones específicas…) con el objetivo de denunciar el riesgo y solicitar una revisión del contenido consultado por el menor para tomar medidas de control de acceso, control de publicación de mensajes o contenidos inadecuados entre otros.