Nací en Alicante. De pequeño me pasaba mañanas enteras en el piano de casa de mi abuela en Tàrbena (Marina Baixa, Alicante), tañendo sin conocimiento previo de música y escuchando y sintiendo lo que resultaba. Más tarde estudié, en el Conservatorio Superior de Alicante, solfeo con Sara Guarinos y Erique Escobar, piano con Maria José Carrillo y Ana Guijarro, armonía con José Peris y órgano con Adolfo Gutiérrez. Gracias a este último encontré mi vocación en el órgano. En el Conservatorio Superior de San Sebastián acabe los estudios de órgano con Esteban Elizondo y los de composición con Tomás Aragüés, y a continuación ingresé en el Conservatoire National Superieur de Musique de Lyon, Francia, donde me diplomé en órgano con Xavier Darasse. También tuve ocasión de seguir cursos con otros profesores, especialmente Montserrat, Torrent Willem Jansen y Michael Radulescu. Me doctoré en 2003, siendo dirigido por Luis Antonio González Marín y principalmente por José Vicente González Valle, de quien aprendí a acercarme a la música antigua sin prejuicios actuales (y muchas más cosas en el terreno humano). De todos mis maestros guardo un excelente recuerdo y un sentimiento de gratitud, pues no solo me enseñaron cosas sino que me enseñaron a buscar la música en mi interior.

Mi vida profesional se ha desarrollado en tres ámbitos:

• La enseñanza en conservatorios oficiales (Conservatorio Superior Óscar Esplá de Alicante, Conservatorio de Cáceres, Conservatorio Superior de Sevilla, y desde 2009 en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid) así como en cursos y masterclasses.
• La actividad como intérprete de órgano, clave y clavicordio, así como la dirección.
• La investigación musicológica especialmente sobre la interpretación de la música española antigua, habiendo publicado artículos y ediciones musicales (ediciones críticas de las obras de Cabezón, Correa y Cabanilles).

En mi sitio web (www.miguelbernalripoll.com) encontrarás más información sobre mis actividades y publicaciones.

Mi principal interés en la enseñanza no es proporcionar conocimiento, sino:

1. Transmitir mi amor y mi pasión por la música, especialmente por la música del renacimiento y barroco y muy particularmente la ibérica.
2. Enseñar como, por qué y para qué están construidas las obras como lo están. Qui facit quod non sapit, difinitur bestia (Guido d'Arezzo). Descubrir qué se pretende expresar.
3. Ayudar a comprender que hacer música no consiste en tocar las notas, sino en otra cosa que no es fácil expresar con palabras, en una unidad, algo similar al elan y la durée de Henri Bergson...

Ayer por la noche, confidencialmente, le dije a un viejo sabio:
"No me ocultes nada de los secretos del mundo"
En voz baja, me dijo él al oído:
"¡Calla! Se puede comprender, pero no expresar".

(Djalâl-ud-Dîn Rûmi)