La educación vial es un tema transversal que trabajamos desde el primer ciclo de educación infantil, ya que es importante el aprendizaje de hábitos para la prevención de accidentes y la seguridad vial. Se trata de una colaboración familia-escuela, en la que los padres constituyen el modelo de referencia principal en la educación vial.

Este proyecto parte de uno de los centros de interés de los niños a estas edades: los coches y triciclos. A partir del recurso del “juego”  los niños y niñas conocen las reglas para su seguridad de forma sencilla y placentera, participan activamente, descubren y aprenden, educándoles en el respeto de las normas de educación vial  para que se conviertan en ciudadanos responsables.

Se planifican las actividades basándose en una realidad conocida para los niños, ya que pasear por las calles de su entorno o ir en coche con sus padres-madres es un hecho cotidiano.

Para ello se ha realizado una transformación del patio de la escuela en un circuito de educación vial que los niñ@s pueden recorrer con triciclos, recordando las señales y normas que hemos enseñado durante diversas actividades de aula. Este espacio nos permite recrear el espacio real de la calle sin riesgos.

Cada semana se propone un “responsable de circulación” con gorra de poli y silbato que cuidará para que los que conducen los triciclos respeten el paso de cebra en el patio: si un niño-a se equivoca el responsable le avisa con el silbato.

Elaboramos coches, señales de tráfico y semáforos con materiales reciclados: cajas, tetrabrick. Y se trabaja en el aula, en teatros con marionetas, en psicomotricidad, etc.