El Departamento de Lengua y Literatura prosigue con la hermosa labor de despertar el interés en nuestros alumnos por el teatro, y para ello nada mejor que asistir a representaciones teatrales de compañías profesionales como una actividad voluntaria fuera del horario escolar.

Con el tiempo, esta actividad se ha convertido en un encuentro agradable, amistoso, entre profesores y alumnos, un momento para compartir análisis y opiniones teatrales de forma amena y entretenida. Esta temporada, empezamos asistiendo a la obra Lluvia constante, con dos magníficos actores, Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta, que dan vida a dos amigos desde la infancia, pero las circunstancias ponen a prueba no solo su amistad, sino también su escala de valores, el sentido del honor y la lealtad. 

Seguidamente, nos acercamos a una comedia clásica de enredo donde desde el inicio se conjugan todos los ingredientes propios del género para hacernos reír, Donde hay agravios no hay celos, de Fco de Rojas Zorrilla. Y acabamos el 1º trimestre con el divertido montaje de Yllana, The Gagfather, un viaje a los bajos fondos y a los más bajos instintos, no exento de crítica y reflexión sobre el bien y el mal.

En enero, asistimos a Rinoceronte, obra del gran maestro del absurdo, Ionesco; una fábula dramática acerca de la propagación y aceptación social del totalitarismo. El tema de la voluntad es el eje central de este mordaz relato que suscita múltiples preguntas sobre nuestra responsabilidad tanto individual como colectiva.

Con la intención de cambiar de registro, fuimos luego a disfrutar de las sutilezas y el juego interpretativo de la compañía de La Abadía en tres Entremeses de nuestro gran Cervantes, allí reímos con las peripecias de un esposo cornudo (La cueva de Salamanca), con las obsesiones de un anciano casado con una joven (El viejo celoso), y con la ironía del autor sobre los estatutos de pureza de sangre a través de la historia de dos pícaros (Retablo de las maravillas). Pero, sin duda, el gran éxito de la temporada para nuestros jóvenes espectadores ha sido la obra La ola, que cuenta la verdadera historia que sucedió en un instituto de California de los años sesenta cuando, de manera práctica, un joven profesor de historia intenta enseñar a sus alumnos cómo pudo forjarse en Alemania el nazismo. 

   

En el 3º trimestre, hemos asistido a Hedda Gabler para disfrutar de la buena construcción de estructura dramática y de diálogos del gran renovador del teatro del XIX, el noruego Ibsen, que crea una de las personalidades femeninas más atractivas del panorama teatral. Y acabamos el curso asistiendo a la tragedia por antonomasia, Edipo rey, de Sófocles, una obra sobre la verdad escondida, aunque ese camino de liberación y descubrimiento que realizan los personajes suponga a la vez su propia destrucción.

Ojalá que el curso que viene continúe este gratificante paseo por el teatro