Saltar al contenido

Matemáticas ABN

Niña utilizando palillos para calcular, según el método ABN de matemáticas

Las matemáticas, además de ser una de las asignaturas con más suspensos también es una de las más criticadas y odiadas por el alumnado. Hasta ahora han sido enseñadas aplicando reglas y metodologías tradicionales y memorísticas pero ¿qué pasaría si en las aulas se utilizasen métodos alternativos?
Un método que en los últimos años ha conseguido un gran desarrollo y, sin duda, resultados muy positivos en los alumnos, sobre todo en la actitud ante el aprendizaje de las matemáticas y en la capacidad para realizar operaciones de cálculo mental es el método ABN.
Además, y quizás esa sea su mayor ventaja, los alumnos que aprenden con este método resuelven los problemas matemáticos entendiendo lo que están haciendo y explicando su por qué independientemente del resultado al que lleguen.

¿Qué es el método ABN?


Las siglas que componen el nombre significan “Abierto Basado en Números”, una alternativa al método tradicional conocido como CBC “Cerrado Basado en Cifras”.

El creador de este método, Jaime Martínez, cree que no se pueden seguir explicando las matemáticas tal y como se viene haciendo desde los métodos tradicionales: sistemas memorísticos, centrado en contenidos y aislado de la vida cotidiana. Frente a ello ABN se plantea como una metodología abierta y natural, en la que los alumnos aprenden de forma diferente según sus propias capacidades, con situaciones cercanas y materiales manipulables. Los algoritmos que se enseñan en ABN se pueden personalizar de tal manera que el niño que necesita hacer más pasos lo hace en más pasos y el que es capaz de hacerlo en menos, lo hace en menos.

Por ejemplo, el método ABN, para llevar a cabo los cálculos permite colocar los números como se quiere siendo posible dar con la solución correcta de diferentes formas y sin que esto influya en el resultado ya que los niños piensan en números y no en cifras.

En el método tradicional, sin embargo, si algún número no se ha colocado bien: unidades con unidades, decenas con decenas, centenas con centenas,… el resultado de la operación será incorrecto. Además, al trabajarse con el número y no con las cifras también desaparecen los errores y dificultades relacionados con el cero al cociente en la división o con los ceros intermedios de la multiplicación.

Esta es, quizás, la principal característica del método ABN, en la cual el niño trabaja sobre el número y donde las unidades, las decenas, las centenas… se componen y se descomponen libremente sin aplicar una determinada regla o criterio para su resolución final. Así, frente al valor posicional de las cifras se trabaja la numeración por lo que los cálculos se efectúan de izquierda a derecha y no al revés como tradicionalmente.

Otra de la característica del método ABN es la importancia otorgada al componente lúdico y a la manipulación, a través de los cuales logra la motivación del alumnado y el incremento de su aprendizaje.

El método ABN puede comenzar a utilizarse desde la etapa de educación infantil (3 años) hasta final de la educación primaria. En los primeros niveles destaca el uso de materiales manipulativos, por ejemplo juegos de cartas, palillos, regletas,… con el objetivo de adquirir adecuadamente la cadena numérica y facilitar la compresión de aprendizajes posteriores de numeración, descomposición, composición y cálculo que serán ejercitados en los cursos posteriores y siempre trabajándose de forma combinada a la resolución de problemas.

Así, los problemas basados en actividades y situaciones cotidianas cobran en este método más importancia que en las enseñanzas tradicionales puesto que en el método ABN, cada operación que realiza el niño es para solucionar un problema. Esto es un cambio significativo en la metodología, ya que en la enseñanza tradicional de las matemáticas se realizan operaciones de forma diferenciada a la resolución de problemas y con números que no saben de dónde salen. Al trabajar cada operación o algoritmo dentro de la resolución de situaciones cotidianas se produce un aprendizaje matemático útil logrando que el alumno encuentre sentido a las matemáticas dejando en un segundo plano el gran miedo que sienten frente a los problemas.

La enseñanza de las matemáticas puede, por tanto, convertirse en un juego permitiendo que el niño no tenga una visión de las matemáticas como algo estructurado, aburrido y distante de su realidad. Esta experiencia positiva del aprendizaje aumenta el rendimiento y la motivación ayudando a que los niños pierdan el miedo a las matemáticas.