CAMBIO METODOLÓGICO

PUNTO DE PARTIDA

Se parte del hecho de que las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, son un conjunto de servicios, redes, software y dispositivos que indudablemente ayudan a mejorar la calidad de la educación y permiten mejorar el ámbito de la enseñanza y de la organización escolar, además de propiciar un manejo más amplio y más inmediato de la información así como el desarrollo de la creatividad, tanto de alumnos como de profesores, y la resolución de problemas que cotidianamente se plantean en la enseñanza diaria.

Se pueden apuntar las siguientes ventajas:

Con las TIC se racionaliza el proceso de la educación y se mejoran los resultados escolares. Gracias a las TIC podemos recoger información, almacenarla y difundirla en el aula de manera mucho más rápida. Pensamos que el hecho de pertenecer al proyecto supone una gran innovación con respecto a la forma tradicional de enseñar, innovación que afecta tanto al contenido como a la distribución y utilización de las TIC en el aula. Las TIC suponen un acceso de los estudiantes y profesores a un abanico ilimitado de recursos educativos. Un cambio significativo es la realización de ejercicios, exámenes de autoevaluación a través de la red donde los alumnos pueden ver sus calificaciones. Los profesores y estudiantes pueden comunicarse a través de foros. En el aula virtual se puede encontrar toda la información sobre la asignatura, contenidos mínimos, criterios de calificación, lecturas, asignaturas pendientes, calendarios de exámenes, etc. Las TIC convierten el proceso de enseñanza en un sistema más dinámico y creativo además de preparar tanto al alumno como al profesor para la evolución de las nuevas tecnologías.

Inconvenientes:

La preparación de materiales docentes implica necesariamente un gran esfuerzo y trabajo por parte del profesor. Algunos alumnos no disponen de ordenador en su casa. Además para el profesor supone un mayor trabajo atender a las necesidades de los alumnos en clase por lo que consideramos que es excesivo el número de 30 alumnos por aula. Al ser una forma totalmente nueva de enseñar también puede generar rechazo por parte de algunos profesores adversos al cambio. El alumno también debe aprender a cribar la información pertinente y rechazar la superficial. En los trabajos debe aprender a no limitarse al copiar-pegar sino que debe elaborar una síntesis propia.

 

La situación anterior a la puesta en marcha del proyecto tecnológico era diferente dependiendo de los centros, pero en general los medios con los que se contaba habían evolucionado poco a poco y la implantación de las TIC había sido gradual. La dotación en los centros era escasa, por lo que el acceso a las aulas de informática para clases de otras asignaturas distintas de las específicas que cuentan con ese tipo de contenidos en su currículo era complicado, ocasional y requería de planificación y suerte.

            La formación de los profesores en el uso de las TIC tampoco era generalizada en los centros, aunque muchos docentes que tenían esa inquietud realizaban cursos, seminarios, creaban sus propios materiales digitales, colaboraban en distintas plataformas, etc.  a pesar de las dificultades para la puesta en práctica de todo ello en el aula.

En el aula tradicional los instrumentos de aprendizaje  habituales eran:

• Los libros de texto impresos, que a pesar de haber evolucionado a lo largo de los años en su diseño tienen las limitaciones propias de su formato: sólo pueden contener textos e imágenes estáticas,
• Materiales complementarios como pósteres o mapas  para colocar en las paredes de las aulas, calculadoras, diccionarios, instrumentos manuales de dibujo…
•  CDs de audio para cuyo uso los profesores debían llevar al aula los reproductores correspondientes que no siempre tenían la potencia adecuada para que se escucharan bien desde todos los puestos en el aula.
• DVDs para cuyo uso los profesores debían trasladar al aula un carro con televisor y reproductor de vídeo o reservar previamente un aula de audiovisuales si estaba disponible,
• CD ROMs para cuyo uso el profesor debía reservar previamente un aula de informática si estaba disponible o bien dejarlos para que los alumnos los utilizasen en sus casas sin la supervisión o ayuda del profesor,
• Pizarras tradicionales, en las que se podía escribir o dibujar, a mano alzada o con instrumentos manuales específicos de dibujo.