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Visor

Las vacunas

La era de las vacunas la inicia el médico Edward Jenner, el primero que usó la ciencia para prevenir una enfermedad, en lugar de curarla . El británico observó que las personas que ordeñaban vacas y contraían la viruela bovina estaban protegidas contra la viruela humana. En 1796 inoculó a un niño de ocho años fluido de las pústulas de viruela bovina y cuando, posteriormente, le inyectó el virus de la viruela humana el niño ni se contagió ni tuvo síntomas. Ya en el siglo XIX, el médico francés Louis Pasteur desarrolló la segunda generación de vacunas, entre otras contra el cólera o la rabia, e introdujo el término vacuna en honor a los experimentos con las vacas de Jenner.

Desde entonces hasta nuestros días, las vacunas permiten prevenir decenas de infecciones diferentes. Según la OMS, solo la del sarampión salvó 23 millones de vidas entre 2000 y 2018, especialmente niños. Actualmente, existen 4 tipos de vacunas.

Primero las vacunas vivas atenuadas( viruela, sarampión…), las cuales usan una forma debilitada del germen que causa la enfermedad, segundo, las vacunas inactivas( Hepatitis A, rabia…), las cuales utilizan la versión muerta del germen, tercero, las acunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas ( Hepatitis B, HPV…),las cuales utilizan partes especifica del germen, como su capsula, y por último, las vacunas con toxoides (difteria, tétanos…), las cuales utilizan una toxina fabricada a partir el germen, creando inmunidad a las partes del germen en lugar de al germen en sí.

Con el paso de la pandemia, se intentaron crear numerosas vacunas. Los científicos han desarrollado un nuevo tipo de vacuna que utiliza una molécula llamada ARN mensajero (o ARNm), en lugar de parte de una bacteria o virus. Las vacunas ARNm funcionan al introducir un fragmento de ARNm que corresponde a la proteína viral, en general un pequeño fragmento de una proteína que se encuentra en la membrana externa del virus. (Las personas no se exponen al virus ni tampoco pueden infectarse por la vacuna). Al utilizar este modelo ARNm, las células producen la proteína viral. Como parte de una respuesta inmunitaria normal, el sistema inmunitario reconoce que la proteína es extraña y produce proteínas especializadas llamadas anticuerpos. Los anticuerpos ayudan a proteger el cuerpo de infecciones al reconocer virus individuales u otros patógenos, aferrándose a ellos y marcando los patógenos para su destrucción. Una vez producidos, los anticuerpos permanecen en el cuerpo, incluso después de que se ha eliminado el patógeno, para que el sistema inmunitario pueda responder rápidamente si es expuesto nuevamente. Si una persona se expone al virus después de recibir la vacuna ARNm para ese virus, los anticuerpos pueden reconocerlo rápidamente, aferrarse a él y marcarlo para su destrucción antes de que cause una enfermedad seria.