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Visor

Papel de excrementos

El papel creado con estiércol es una novedosa idea propuesta por la Universidad de Viena (Austria), y conlleva procesos tan interesantes como revolucionarios.

El estiércol de ciertos animales resulta ser una gran fuente de celulosa, alrededor de un 40% gracias a su dieta, lo que resulta muy útil para la fabricación del papel. La idea tiene origen en Creta por Alexander Bismarck, al ver un rebaño de cabras que comía hierba seca, pensó que sus excrementos deberían contener celulosa. Supuso que, ya que el material estaba parcialmente digerido, menos tratamientos y energía serían necesarios para su transformación. De esta manera comenzaron a trabajar con estiércol de cabra, más tarde con el de vaca y caballo, y después con el de elefante. De lo que no hay ninguna duda es que nunca faltará esta clase de materia prima, puesto que toneladas de ella son producidas todos los días.

En su tratamiento se emplea una solución de hidróxido de sodio, lo que elimina parcialmente la lignina y otras impurezas. Para terminar con la lignina y conseguir pulpa blanca para la elaboración del papel se blanquea el material con hipoclorito de sodio. La nueva celulosa purificada se divide en nanofibras para hacer el papel.

Se cree que este papel tiene diversas utilidades, desde filtros a material de oficina.

En China ya han sacado al mercado papel hecho con excremento de panda, lo que incluye pañuelos, papel higiénico, servilletas… Esta gama de papel tiene como nombre “Panda Poo” con el logo de la cara de este animal.

Los pandas generan 10 kg de excrementos diarios abundantes en fibras por su dieta basada únicamente en bambú. Además 50 kg de desechos por la masticación son acumulados cada día.

Para empezar la fructosa es eliminada para extraer las fibras, esto ocurre durante la digestión del panda. Tras haber hervido, pasteurizado y transformado el papel, se comprueba la ausencia de bacterias.

Tal vez este producto tiene un precio más alto del convencional, sin embargo, la ayuda que supondrá a largo plazo vale la pena.

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