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EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

EFECTO INVERNADERO

EFECTO INVERNADERO 

El efecto invernadero es beneficioso para la vida y es más, sin él, ésta no sería posible (al menos tal y como la conocemos). El problema ha surgido cuando, fruto de la actividad humana y del crecimiento industrial y social, la cantidad de gases en la atmósfera con propiedades para provocar este efecto invernadero ha aumentado desproporcionadamente y en tiempos muy cortos. Al aumentar la proporción de gases de efecto invernadero por encima de las concentraciones normales, el efecto invernadero natural terrestre se ha multiplicado, dando lugar a un fenómeno perjudicial.


Esta mayor cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera puede tener consecuencias diversas y discutibles, pero principalmente puede conducir a un aumento de la temperatura global terrestre y desencadenar efectos de colapsos en las corrientes marinas, en los movimientos atmosféricos y en las dinámicas terrestres en general, dando lugar a consecuencias finales difícilmente cuantificables y predecibles (aumento del nivel del mar, desplazamientos de especies, desaparición de especies, deshielo de los polares…).


La razón del problema de las olas de calor es esto, el efecto invernadero ya que ciertos gases se almacenan y se retienen en la atmósfera devolviéndola a la tierra. A partir de la era industrial, el aumento de la concentración de CO2 (Dióxido de Carbono) y otros gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, producidos sobre todo por el consumo de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) en la producción de energía, en el transporte y en la industria, ha provocado un incremento del efecto invernadero. La tala y quema de bosques y algunos métodos de explotación agropecuaria y otras actividades también contribuyen.


Fue la comunidad científica quien alertó a la comunidad internacional sobre las amenazas planteadas por el efecto invernadero, pero un estudio publicado en la revista Enviromental Research Letters por Andrew King, decía que ya había muestras de temperaturas extremas en las zonas tropicales en la década de los 60. En conclusión, si las emisiones de efecto invernadero continúan aumentando, para mediados de siglo las temperaturas promedio de verano podrían ser hasta 4,5 grados más altas.

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