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Dossier sobre Nuevos materiales para un mundo sostenible

Cuero de hongos

Según pasa el tiempo nos damos cuenta de que los recursos de este planeta están disminuyendo a altas velocidades, y fibras como el algodón o con base de petróleo (nylon, poliéster, acrílico…) consumen gran cantidad de recursos, y no son consideradas con el medio ambiente. La industria textil es la causante de gran cantidad de las emisiones de gases de efecto invernadero entre otros impactos ambientales. Por estas razones es necesario encontrar alternativas para reducir estos porcentajes, y el cuero de hongos es una de ellas.

Sin duda los hongos van a estar muy presentes en nuestro futuro, pues ya se empieza ha hablar de cafés o hamburguesas de hongos, pero la industria de la moda no iba a quedarse atrás. Cada vez más empresas buscan sustituir el cuero animal por el de hongos abandonando así el plástico.

Este cuero está libre de productos químicos y gluten, pero es orgánico con una superficie lisa. Visualmente es muy parecido al cuero animal sin embargo posee propiedades antibacterianas, antisépticas y absorbentes, es un cuero ligero con efecto aislante.

La producción es simple. Partimos de unas células miceliales cultivadas en un soporte de maíz, de está manera no es necesario cultivar ningún hongo. El tallo proporciona los nutrientes y la estructura básica para un crecimiento natural. Controlando condiciones como son la temperatura y la humedad se consigue realizar el crecimiento de los micelios de forma vertical de manera que puedan ensamblarse en una red tridimensional. La red obtenida otorga resistencia al material que es explotado mediante procesos de curtido. El proceso comprime las micelas hasta conseguir el grosor óptimo, consiguiendo un material bidimensional muy similar al cuero natural.

Otra manera de obtener este material sería adquiriendolo de regiones boscosas donde abundan las yescas. Los hongos son cosechados y son puestos a secar. Más tarde se secan y se procesan.

Si hablamos de hongos yesqueros durante la producción no se desperdicia nada, ya que incluso los restos valen para hacer fibras absorbentes que sirven como plantillas, además la esponja de yesca es conocida por sus propiedades curativas.

Este cuero es fácil de teñir, y puede ser aplicado en zapatos, bolsos, correas de reloj… (principalmente en cualquier accesorio). Con este material hay una oportunidad de llevar al mercado productos sostenibles y naturales, evitando el origen plástico del cuero habitual que suele acabar en el vertedero y su degradación provoca grandes cantidades de desechos inorgánicos.

Este es otro avance biodegradable para alcanzar el mundo sostenible que necesitamos.

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