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Visor

Día 4 - De vuelta a casa

Es una sensación difícil explicar las emociones en el último día de un viaje tan vivido intensamente y planificado con tanta devoción. Pero como siempre me digo a mí misma, un viaje se vive tres veces, cuando lo preparas, cuando lo vives y cuando lo recuerdas, así que a pesar de que ya hace más de 5 meses de ese último día en Londres y sobre todo teniendo en cuenta todo lo vivido con lo pandemia y todo el dolor y sufrimiento que hemos visto, no puedo uno evitar sentir una sensación de nostalgia de aquellos cuatro días maravillosos. 

Voy a intentar ser ya breve porque de hecho la mañana de nuestro último día no dio para mucho. Nos levantamos temprano como siempre pero además de desayunar, tuvimos que dejar las maletas en el luggage room, antes de acercarnos al British Museum, que por algo este viaje era cultural y de esa manera queríamos terminar con él, a lo grande, con una visita al museo más famoso de Londres. 

Afortunadamente no tardamos mucho en el check-out, nos devolvieron la fianza porque nuestros chicos y chicas del Miguel Hernández se habían portado como unos gentlemen y ladies y no habían armado nada de jaleo durante la noche.

De camino al museo empezó a nevar tímidamente, uf, los pelos de punta, Londres y nieve, la combinación perfecta. Pero solo fueron unos copos que para nada cuajaron. 

El British Museum es un museo arqueológico que destaca fundamentalmente por sus salas dedicadas a Grecia, a las momias, los leones asirios y por supuesto la Piedra Rosetta, gracias a la cual se han podido descifrar los jeroglíficos. 

A la entrada al museo les indicamos a los alumnos qué ver en las dos horas que les dimos, y bueno digamos que su interés por el museo y por las colecciones fue un poco dispar, jejejeje. 

  

De vuelta al hotel, nos acercamos a un Tesco para comprar provisiones para la comida ya que nuestro avión salía a las 5 de la tarde pero nos venían a recoger antes de la 1 así que, sobre todo los chicos y chicas necesitaban comprar algunos sandwiches o bocadillos para la comida ya que en el aeropuerto estaría todo más caro. 

Mientras esperábamos en el hotel a nuestro autobús, Alba y yo entregamos un pequeño detalle a los dos "most well-behaved" alumnos, premio que recayó en Alejandro Ponce y Alvaro Pinto, y no es que las profesoras tengamos favoritos, es que los dos fueron los únicos que no protestaron por nada en todo el viaje, que siempre estuvieron atentos a las explicaciones de las profesoras y que intentaron aprender cuanto más mejor de todo lo que visitamos que no fue poco. 

El viaje al aeropuerto de Gatwick fue muy tranquilo porque todos dormían y sin problemas, cogimos nuestro vuelo de vuelta a casa. Algún que otro susto al llegar a Madrid que afortunadamente solo se quedó en eso. Y ya de vuelta a Móstoles, dejamos a los alumnos/as con sus papis y mamis a salvo. 

Gracias de nuevo a Alba por hacer este viaje posible, por todo su trabajo y esfuerzo y su saber hacer, gracias también a mi querida Leticia, la agente de viajes del Corte Inglés por su paciencia y organización y gracias a esos 19 chicos y chicas del IES Miguel Hernández, Carolina, Iván, Álvaro, Fernando, Alejandro, Daniel, Salma, Laura, Marta, Rubén, Ainhoa, Lucía C., Lucía P., Alexia, Esthefany, Ana Belén, Nicole, Sonia y Lorena. Siempre os llevaré en mi corazón y nunca olvidaré este viaje tan especial.