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Visor

Día 2 - En busca de Frederick

Empezábamos el segundo día por Londres con madrugón, a las 7 y media todo el mundo ya desayunado en el hall, que teníamos reserva para visitar Westminster Abbey. Aunque algunos tenían el reloj con la hora de Canarias, llegamos con tiempo de sobra a Embankment para cruzar el Golden Jubilee Bridge y disfrutar de una de las mejores vistas de Londres, con la London Eye, el antiguo Ayuntamiento, y al fondo el Big Ben y el Parlamento (lástima que estuviera en obras, excusa perfecta para volver). 

La famosa noria de London Eye les impresiona pero les tenemos reservada una sorpresa nocturna. Cruzamos Westminster Bridge para llegar a Parliament Square en donde se podían ver algunas estatuas de famosas personajes históricos como Nelson Mandela, Ghandi, o Winston Churchill.

Accedimos a Dean's Yard en donde nos separamos un momento de los alumnos para proceder al pago de la entrada a Westminster Abbey. Como era de esperar, cuando volvimos, los chicos ya estaban sentados, vamos, que aprovechan cualquier oportunidad para descansar y eso que solo eran las 9 y media de la mañana. 

En el interior de la abadía, pudimos explicarles a los alumnos bastantes aspectos de la truculenta historia de los reyes de Gran Bretaña, en concreto del famoso Enrique VIII, y su manía con cortar cabezas a sus esposas, tanto les apasionó la vida de este rey que muchos nos aseguraron que empezarían a ver la serie The Tudors y de paso The Crown que según ellos la vida de Isabel II y de sus aventuras como reina da para un programa de Sálvame. Más o menos estuvimos una hora y media visitando la abadía y descansando en el College Garden. 

Subimos por Parliament Street hasta el número 10 de Downing Street y tuvimos la oportunidad de ver el coche oficial de Boris Johnson, lógicamente no pudimos verle a él puesto que los cristales estaban tintados. Y de allí a Horse Guards para llegar a St. James's Park. Frederick y sus amigos nos esperaban ansiosamente. 

En St. James's Park vivimos algunos de los momentos más únicos e inolvidables de este viaje. No solo Frederick y sus compañeras ardillas si no también patos, pelícanos, ocas y palomas fueron alimentadas por nuestros chicos/as, hecho que nos demostró la calidad humana del grupo de estudiantes con los que estábamos realizando este viaje, porque por muy mayor que uno sea, y la que escribe esto lo es ya, disfrutar dando de comer a los distintos animales del parque demuestra que siempre tenemos que dejar espacio en nuestro corazón para saber ser como niños. 

Nos despedimos de Frederick y cruzamos The Mall con el Buckingham Palace de lejos, y nos acercamos a Picadilly Street en donde les dejamos una media hora a los alumnos para que se dieran una vuelta por las tiendas de Burlington Arcade y entraran en la tienda donde compra la reina Isabel II, Fortnum and Mason. La mayoría nos reconoció que lo único que hicieron fue descansar, pero dos de los chicos se acercaron a una tienda de relojes de lujo Rolex, Álvaro y Daniel,  y ante su sorpresa, el dependiente les dejó pasar por ser españoles y les enseñaron unos cuantos relojes de la marca que obviamente no tenían ni la más mínima intención de comprar a tenor de los precios que tenían. Seguro que los dos nunca olvidarán ese momento. 

Se nos había hecho ya tarde para comer, así que en la estación de Green Park cogimos el metro hasta llegar a Gloucester Road, muy cerca del Natural History Museum que íbamos a visitar en breve. Tiempo para comer y justo cuando ya salíamos de los diferentes locales, vimos unos coches de policía y de paramédicos que se dirigían a toda velocidad a nuestra calle y paraban justo frente a la salida de metro. Fueron unos momentos de incertidumbre, pero con calma nos fuimos alejando hasta el museo, más tarde nos enteramos de que una persona se había tirado a las vías del metro y de ahí las ambulancias y los coches de policía. Otra anécdota que se han llevado los chicos y chicas de este viaje para contar a sus hijos y nietos. 

En el Museo, les dejamos una hora larga para ver su interior, sobre todo la zona de los dinosaurios y la verdad es que algunos supieron aprovechar ese rato para prácticamente descubrir toda la colección del museo que es sin duda una maravilla. 

Como teníamos la intención de cruzar Hyde Park, nos dirigimos al Royal Albert Hall y frente a nosotros el Albert Memorial en donde les contamos la apasionada historia de amor de la reina Victoria y su marido Albert.

 

Una pena que ya se nos hizo de noche porque la visita a Hyde Park quedó un poco desangelada, no pudimos acercarnos al monumento en recuerdo a Lady Di, pero sí al de Peter Pan. 

Para cenar les dejamos a los chicos una hora larga por la famosa calle de Oxford Street en donde aparte de disfrutar de una de las calles más comerciales de Londres, también pudieron degustar unos bocadillos en el Subway, o unas hamburguesas en el McDonald's, las profes fuimos un poco más sibaritas y nos acercamos a un nuevo local llamado Market Hall West End, en donde puedes probar comida de diferentes países. Riquísimos los spaghettis que cenamos. 

Para terminar el día, y a pesar de las pequeñas protestas y del cansancio acumulado, nos acercamos a Trafalgar Square y ya que habíamos empezado el día con las vistas de la London Eye de día, teníamos que acabar con la noria de noche. Una de las imágenes de este viaje que se quedará para siempre en nuestras retinas. 

Y con esta preciosa imagen del grupo con la London Eye iluminada, dimos por terminado el segundo día del viaje a Londres. Al día siguiente nos esperaba otro madrugón, 7 y media salida del hotel para ir en busca de Harry Potter.