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Visor

Día 1 - Más de 20 horas despiertos

Empezábamos el día a las 4 de la mañana. Con caras de sueño y de no haber dormido prácticamente nada, los 19 alumnos de 1º y 2º de Bachillerato del IES Miguel Hernández, Alexia, Sonia, Lorena, Ana Belén, Lucía C., Lucía P., Nicole, Esthefany, Iván, Alejandro, Daniel, Fernando, Álvaro, Carolina, Rubén, Marta, Salma, Laura, Ainhoa,  llegaban a la puerta del instituto con sus familiares. Un primer chequeo para comprobar que a nadie se le olvidaban los documentos necesarios (y mira que os lo hemos recordado mil veces) y en una media hora más o menos ya estábamos en el aeropuerto en donde Leticia, nuestra agente de viajes del Corte Inglés nos esperaba con los boarding pass. A pesar de los nervios pues era el primer viaje en avión de algunos y un pequeño susto con un candado que se negaba a abrirse, casi sin darnos cuenta embarcábamos en el avión con destino a Londres. 

De igual manera que en Barajas no tuvimos ningún problema con el check-in ni con el embarque, en Gatwick todo fue sobre ruedas, bueno, tal vez unas pequeñas turbulencias debidas al viento que hizo que alguno de nuestros chicos se mareara un poco, pero la emoción era más fuerte que el malestar: Welcome to London. Nuestro Meet and Greet nos estaba esperando y nos llevó al autobús que en unas dos horas nos dejó en el hotel: el Royal National. En el trayecto hasta el mismo, los chicos se negaron a dormirse, ni qué decir que a las 10 de la noche el cansancio acumulado les fue pasando factura, si es que no nos obedecían. 

Dejamos las maletas en algunas de las habitaciones que ya estaban preparados, y después de pasar por el Tesco para comprar provisiones con mucha azúcar, nos dirigimos a la estación de metro Russell Square para llegar hasta Candem, una de las zonas más eclécticas de Londres. Las veces que cogimos el metro en Londres se recordarán como una experiencia casi espiritual, y desde luego física, mucho cuidado, futuros viajeros, con esas puertas que se cierran de repente en tus narices y con esos botones que NO hay que pulsar, ¿verdad Lucía?

Antes de llegar a The Stables, nuestra fotógrafa oficial, Alexia, nos tomó la primera foto de grupo. 

Candem, con sus puestos de comida de todas las nacionalidades, sus tiendas vintage, su ambiente, sus gentes les fascinó. Regatearon (no creo que el dueño de ese puesto les olvide jamás, hizo el agosto), descubrieron el fish and chips, se compraron "deerstalker" para parecerse a un personaje de Peaky Blinders, y empezaron poco a poco a enamorarse de Londres y aún les quedaba una larga tarde para seguir paseando. 

Sobre todo la tienda de Cyborg les volvió locos/as, salvo que las normas en Londres son bastante más estrictas, así que hay una zona de la tienda que la tenían prohibida, que solo es para mayores de 18 años. 

Algunos empezaban ya a preguntar que cuándo volvíamos al hotel, cómo se notaba que no conocían los planes de Dora y Alba. Les dejamos libremente que bajaran por todo Candem Road hasta llegar a la parada de metro y desde allí nos fuimos hasta Tottenham Court Road. Teníamos por delante un recorrido por todo el centro de Londres, Neal's Yard, Seven Dials, Covent Garden, Chinatown, Carnaby Street, Hamley's, Picadilly Circus y Leicester Square. 

Neal's Yard es uno de esos lugares de obligada visita en una ciudad tan gris como Londres en donde destacan los colores de las fachadas de los edificios. 

Estos jóvenes que aprovechaban cualquier instante de explicación de Alba para sentarse, ni que estuvieran cansados. 

Afortunadamente llegamos a Covent Garden cuando aún el Apple Market estaba abierto. Los chicos prefirieron sentarse a escuchar música de uno de los artistas callejeros de la zona, y algunos probaron los famosos macarons de la tienda Ladurée, vale, no estábamos en París pero esa marca es una de las más conocidas de la capital francesa. 

Nuestro siguiente destino: Chinatown les fue despertando, según avanzaba el día parecía que se iban activando.Tras un  paseo por Wardour Street y unas cuantas fotos con las famosas cabinas de teléfono, algunos se despistaron un poco pero gracias a la tecnología pudimos seguir sin contratiempo con nuestra aventura londinense. 

Paseamos por Carnaby Street, epicentro de la revolución juvenil británica durante la década de los 60, hoy en día una de las calles más comerciales del Soho. 

Y hacemos una breve parada en Hamley's, la tienda de juguetes más grande de Europa ya en Regent Street. Por más que insinuábamos a los alumnos que, como tutoras suyas y organizadoras de este maravilloso viaje, nos gustaría alguna recompensa material en forma de bolso de Michael Kors o Gucci, no hubo manera de que se dieran por aludidos. 

Estábamos ya a punto de terminar nuestro primer día por Londres con otras dos de las visitas obligadas de la ciudad, los llamados "must", Picadilly Circus y Leicester Square. Lástima que en el primero la estatua de Eros estuviera en obras y en la segunda, pudimos comprobar que aunque algunas se estuvieran quejando de los pies toda la tarde, para demostrar que somos españoles y que nos va el buen rollo, no hay dolor. A bailar sin el más mínimo sentido del ridículo. Que conste que el momento fue inmortalizado en vídeo. 

Después de la demostración de estilazo de nuestras chicas españolas, acabamos el día cenando en alguno de los locales de Leicester Square y por supuesto haciendo una visita a la tienda de M&M's, es cerrar los ojos y oler a chocolate. Mmmmmm. 

Y así, tras más de 20 horas despiertos, volvimos al hotel, caras de resignación al saber que a las 7 de la mañana tenían que estar ya desayunando para seguir descubriendo la ciudad desde las 7 y media de la mañana. Venga, a descansar, que Frederick nos espera.