En su vigésimo-segunda película, el legendario director Martin Scorsese narra a través de una historia con realismo y ficción a partes iguales basada en las memorias de Frank Sheeran descritas en "I Heard You Paint Houses" (2004) escrito por Charles Brandt la trama de corrupción al puro estilo de mafias que tan bien ha demostrado que sabe realizar con películas como "Uno de los nuestros" (1990) o "Infiltrados" (2006).

Esta cinta nominada a 10 premios Óscar, 5 Globos de Oro y otros 10 premios BAFTA (no habiendo ganado ninguno de los premios a los que fue nominada) se sitúa como la película de más duración del cineasta con más de tres horas de recorrido.

"He oído que pintas casas"

Frank "Irlandés" Sheeran es un veterano de guerra que ejerce de camionero en Pensilvania cuando en 1956 tropieza tras la avería de su vehículo con el mafioso Russel Bufalino (Joe Pesci), de quien se convertiría en su hombre de confianza. Bufalino enviaría a Frank a Chicago con la tarea de ayudar a Jimmy Hoffa (Al Pacino), un poderoso sindicalista relacionado con el crimen organizado. Tras esto, Frank y Jimmy mantendrán una cercana amistad por más de 20 años.

Otra obra maestra del cineasta

Siendo cierto que en ocasiones se puede hacer algo larga, la película está dotada de un ritmo entretenido y una trama no demasiado difícil de seguir, aunque tenga bastantes personajes. Las interpretaciones son estelares en todos los aspectos, sobre todo las de Robert De Niro y Joe Pesci, los cuales no dejan que el CGI usado para su rejuvenecimiento te distraiga de sus grandes actuaciones. Rodrigo Prieto, siendo ya la tercera vez que trabaja con Scorsese (y próximamente volverán a trabajar juntos en "Killers of the flower moon" (2023)) no se queda atrás con su dirección de fotografía, utilizando tonos amarillos y cian que nos podrían recordar a cualquier trabajo de David Fincher pero usado de una manera totalmente distinta, resaltando los celestes ojos de De Niro caracterizado como Frank. Aunque, dado por hecho, no se puede evitar hablar de la clase maestra que nos ofrece Scorsese como director, habiendo ya perfeccionado durante años la creación de este tipo de películas. Es capaz de mostrarnos con simples movimientos de cámara o encuadres toda la ira, resentimiento, nostalgia o tristeza que envuelven a la historia.

El gran "pero"...

Todo esto dicho, es cierto que no todo en esta cinta es positivo, siendo lo más notorio el ya mencionado uso de los efectos digitales. Esta vez, Martin ha optado por intentar innovar usando, en vez de maquillaje, CGI y no ha salido del todo airoso. No se ve necesariamente mal, pero el Botox digital que se le aplica a la mayor parte de los actores cae en ocasiones de lleno en el valle de lo inquietante, sabiendo que es De Niro pero notando que hay algo raro, ya sean sus ojos profunda y exageradamente azules o la suave textura de la piel en su cara.

Imágenes de FILMGRAB

Por Hugo Bleda Cruz, B2C