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La casa encantada

La jove y la casa (Ariadana)

LA JOVEN Y EL MISTERIO DE LA CASA ENCANTADA

-Porque me aconseja no comprarla- dijo la joven atraída por el misterio –

-Porque está en… aaaaaaaaaaaaaaaaaa- el viejo desapareció dando vueltas alrededor de la casa. La joven muy pensativa ya se iba a ir de allí, cuando oyó un gran estruendo que la hizo retroceder hasta la puerta de aquella casa blanca. Aquella puerta retorcida y rota se cerraba y se abría sin cesar, entonces ella entro en aquella casa pero antes de eso pidió al taxista una linterna, víveres, un par de botellas de agua, un martillo, cuerda, una mochila, una manta, una cámara de video y de fotos, un portátil y unas pilas.

-Vete a comprar esas cosas, por favor, si vuelves pronto con todas ellas te daré una buena recompensa. Dijo la joven. El taxista no se lo pensó dos veces y con el dinero que ella le había dado, se fue a comprar al supermercado más cercano. Mientras, la joven observaba la casa con curiosidad por lo que habría dentro y después de un rato volvió el taxista.

- Cuál es mi recompensa- preguntó deseoso- ella le dio treinta euros y le dijo que eso era su recompensa. Al taxista se le cambio la cara por completo pero se fue de allí conforme. Cuando la joven entró en la casa vio al viejo de larga barba blanca tirado en el suelo. Parecía muerto pero no era así la chica le dio al pobre hombre un poco de agua, y el despertó diciendo encantada, encantada…

-¿encantada?- dijo ella extrañada,-ah será su nieta, seguro que al quedarse inconsciente solo tenía pensamientos para ella.- el viejo fue despertando poco a poco hasta que por fin dijo:

-será mejor que no sigas queriendo resolver el misterio de aquí, hay cosas muy extrañas, yo la compré con mi mujer hace muchos años era bonita y muy acogedora. Hasta que un día mi mujer y yo discutimos porque a mí me habían despedido del trabajo y yo no encontraba otro fue tan fuerte la discusión que mi mujer marchó y yo me quedé solo en esta casa, triste y disgustado por lo que había hecho oí una voz que venía de arriba esa voz me dijo que abriera una caja muy vieja y cubierta de polvo y que estaba en frente de la ventana. Yo al principio dije que no hasta que me prometió muchas cosas como, volver a estar con mi mujer, o conseguir un trabajo. Me deje llevar por la codicia y abrí aquella caja. Cuando la hube abierto la caja oí unas carcajadas que me hicieron temblar del miedo que tenía, la casa se volvió oscura, malvada, aquella risa malvada arrasó el jardín y mató las pocas flores que quedaban de mi mujer volví a abrir y a cerrar la caja pero la oscuridad y la maldad que tenia la casa no desaparecía eso me hacía sentir mal desde ese día decidí venderla y arregle la casa, pero mi trabajo fue en balde volví a oír las carcajadas esas que salieron de la caja y lo volvieron a arrasar todo me puse encima de las flores para protegerlas pero algo me agarro y me sacó fuera de la casa para estropearlo todo. Todo mi trabajo, vi como cada flor caía muerta sobre el césped muerto, como la puerta se rompía y se abría, se cerraba rechinando como si nunca la hubiera arreglado, y desde entonces me hacen la vida imposible y no me dejan decir que está, que está…… mejor no decirlo o saldré volando como ahora aunque seguro que te barruntas que le pasa a esta casa.

- Lo siento señor pero llevo soñando mucho tiempo con usted y con esta casa y quiero resolver el misterio ese que le hace la vida imposible, no soy de esas que se rinden fácilmente, me gusta resolver misterios. –dijo la joven después de ayudar al viejo a levantarse. Ella cogió la linterna y pidió al viejo que la llevara junto a la caja y entonces con el martillo la rompió y de ella salió un resplandor muy fuerte, que después de un largo rato fue desapareciendo y se convirtió en una carta en la que ponía:

Tenéis que encontrar una habitación secreta en ella habrá escondida una llave que abrirá otra puerta pronunciando estas palabras:

Risas feas, que hacen mal, hay que decir también mala leche hay que tener para no saber, que una llave tan distinta hará el bien con sus risas buenas y su resplandeciente luz que hará que todo vuelva a la normalidad.

Esta puerta abrirá una casa bonita y resplandeciente con una fuerza inmensa de felicidad que hará que el monstruo negro se destruya poco a poco y la casa vuelva a su estado. Suerte.

-Sabe usted dónde está esa puerta- dijo la joven al viejo.

- No, pero alomejor se donde puede esconderse, en el armario de mi mujer, hace años que no lo abro pero ella me dijo que algún día yo buscaría una puerta y ha acertado. Dijo él.

- Vamos a mirar no tenemos nada que perder. Dijo la joven. En efecto allí estaba la puerta la abrieron pero no se habría entonces el viejo cogió la cuerda que tenía ella en la mochila y la metió por el agujero de la puerta y se abrió. Buscaron la llave por todas partes pero no la encontraron, hasta que oyeron las risas de ella y lograron encontrarla. Entonces juntos dijeron aquella poesía, y apareció la otra puerta que se abrió e hizo que el mal de la casa desapareciera para siempre y el viejo le dio las gracias a aquella chica y el no tuvo que vender la casa porque después de publicar esta historia en el periódico su mujer volvió y fueron todos felices para siempre.

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