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Día Internacional contra el acoso escolar

Con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar, desde la Consejería de Educación y Juventud queremos mandaros estos mensajes para que nos ayuden a seguir trabajando juntos contra esta terrible lacra.
 
Contra el Acoso Escolar todos debemos sumar. Tenemos que ser sensibles al dolor de los que lo sufren, identificar rápidamente aquellos casos que surgen en nuestro entorno y ayudar a las víctimas por todos los medios.
 
Estos días de confinamiento nos han alejado de muchas cosas, pero desafortunadamente no de esos comportamientos tan execrables que encuentran en el anonimato de las tecnologías de la información y la comunicación y las redes sociales un terrible aliado para continuar el acoso.
 
En los siguientes enlaces podréis encontrar un video dirigido al profesorado y otro al alumnado. Os pedimos, por favor, que les deis la máxima difusión para que ayuden a toda la comunidad educativa a seguir luchando contra el Acoso Escolar y apoyando y defendiendo a quienes, desafortunadamente, en las clases o en la soledad de sus dormitorios, lo siguen sufriendo.
 
 
https://mediateca.educa.madrid.org/video/x7ub2rjn8zdueijw
 
https://mediateca.educa.madrid.org/video/jmx4v9uew6c3itcx
 
 
Gracias a todos los que día a día ayudáis en esta lucha. Gracias a todos los que os enfrentáis al acoso escolar, los que observáis y escucháis a los alumnos y a los compañeros humillados o agredidos. Gracias a quienes empatizáis y os ponéis en el lugar del otro para ayudarle a salir de esas espirales de violencia.
 
Gracias porque nunca os dais por vencidos ante la violencia y la injusticia.

Teléfono contra el acoso escolar: 900 018 018

¿Qué es el acoso escolar?

El centro escolar es un escenario privilegiado de relaciones e interacciones entre escolares y también con adultos. En las relaciones entre alumnos, consideradas relaciones entre iguales -ya que se encuentran en un plano de simetría horizontal-, a veces se producen conflictos entre ellos o se establecen relaciones negativas, que pueden llegar a considerarse como maltrato entre iguales.

Según la definición clásica de D. Olweus (1983), pionero en la investigación del maltrato entre iguales, el acoso es una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a la víctima en una posición de la que difícilmente puede salir por sus propios medios.

Según esta definición, podemos establecer que cuando hablamos de acoso escolar, se constatan las siguientes características:

  • La intención de hacer daño (físico, verbal o psicológico).
  • El desequilibrio de poder, que hace a la víctima impotente para salir de esta situación por sí sola.
  • La reiteración de las conductas: es otro elemento distintivo del acoso escolar, que permite diferenciarlo del conflicto aislado. La repetición de las conductas dañinas produce en la víctima una merma progresiva de la autoestima y apuntala la relación de dominio-sumisión que caracteriza este maltrato entre iguales. Si bien, el propio Olweus (1999) considera que un solo episodio puede darse con tanta virulencia que sea suficiente para establecer una relación de dominación duradera.

 

Se considera que el rasgo que define de manera más concluyente el acoso es la situación de desequilibrio: la situación de superioridad o ventaja de quien perpetra la agresión frente a la desventaja o inferioridad de quien la sufre, lo que avala que se denomine a menudo maltrato entre iguales por abuso de poder.

Junto con este desequilibrio, el carácter grupal del acoso caracteriza a este tipo de maltrato y lo diferencia de otros. En este sentido, podemos considerar la definición de otros autores que atienden más al contexto en el que tiene lugar (del Barrio, Martín, Almeida y Barrios, 2003),  entendiendo el maltrato entre escolares como un tipo negativo de relación interpersonal que tiene lugar en un grupo y se caracteriza por comportamientos –reiterados– de intimidación y exclusión dirigidos a otro que se encuentra en una posición de desventaja.

 

En el Informe de la Fiscalía General del Estado, en la Instrucción 10/2005 sobre el Tratamiento del Acoso Escolar desde el Sistema de Justicia Juvenil, se indica entre diversas cuestiones que "(...) debe deslindarse el acoso escolar de los incidentes violentos, aislados u ocasionales entre alumnos o estudiantes. El acoso se caracteriza, como regla general, por una continuidad en el tiempo, pudiendo consistir los actos concretos que lo integran en agresiones físicas, amenazas, vejaciones, coacciones, insultos o en el aislamiento deliberado de la víctima, siendo frecuente que el mismo sea la resultante del empleo conjunto de todas o de varias de estas modalidades. La igualdad que debe estructurar la relación entre iguales degenera en una relación jerárquica de dominación-sumisión entre acosador_/es y acosado. Concurre también en esta conducta una nota de desequilibrio de poder, que puede manifestarse en forma de actuación en grupo, mayor fortaleza física o edad, aprovechamiento de la discapacidad de la víctima, etc.".

El acoso se caracteriza también por el deseo consciente de herir, amenazar o asustar por parte de un alumno frente a otro. Todas las modalidades de acoso son actos agresivos en sentido amplio -ya sean físicos, verbales o psicológicos, aunque no toda agresión da lugar a acoso.

 

En cuanto a las causas que pueden explicar las situaciones de acoso, no se debe atribuir el fenómeno exclusivamente a factores individuales, centrados en las características de los directamente implicados, ya sean los agresores o las víctimas. Podemos pensar en estas características como factores de riesgo que están presentes con mayor o menor probabilidad. Estos factores de riesgo contribuirían al desarrollo de la conducta, pero no podrían explicar dichas situaciones por sí solos.

El maltrato entre iguales en la escuela es un fenómeno social complejo y multicausal, que resulta de la combinación de dos factores complejos: una dinámica de búsqueda ilegítima de estatus o de poder y un contexto que permite esta dinámica. Cada uno de estos factores supone un entramado de elementos.

 

Debemos distinguir el acoso de otro tipo de  conflictos que se pueden presentar en el ámbito escolar, como los conflictos entre iguales con violencia física o psicológica, el vandalismo o las conductas disruptivas, cuyas características no coinciden con las que definen el acoso.