Saltar al contenido

Microcultura

Microcultura de los grupos ante el acoso escolar

Es imprescindible el trabajo de observación y análisis de los grupos-clase. Porque prevenir, detectar e intervenir de forma adecuada requiere de tareas específicas con todo el alumnado.

  • La evaluación del grupo de clase permite intervenir de un modo más acertado utilizando serie de estrategias entre las que destaca la ayuda entre iguales.
  • La valoración de los resultados y la coordinación entre los tutores, equipo directivo y orientadores o departamento de orientación permitirá una acción conjunta, compartida y más sólida.
  • Características de personalidad tanto de la víctima como del agresor (Save The Children (2016): Yo a eso no juego. https://www.savethechildren.es//yoaesonojuego).
    • Las víctimas de acoso mostraron menor autoestima y habilidades comunicativas.
    • Los niños y niñas con conductas de agresión destacaron en más baja autoestima, menor empatía, menos asertividad y una más baja capacidad para resolver los conflictos.
  • Los compañeros, pueden intervenir de diversas formas en las conductas de acoso, bien sea ayudando al que inicia el acoso, disfrutando de la situación sin participar o bien ayudando a la víctima. Salmivalli, Lagerspetz, Björkqvist, Österman, y Kaukiainen (1996), señalaron que el acoso escolar puede ser estudiado a través de los papeles que adoptan cada uno de sus actores. Salmivalli et al. (1996) estudiaron el bullying desde una perspectiva del contexto social, haciendo hincapié en estos papeles empleando para ello la medida de los Roles de Participación; un cuestionario con el que a través de 50 cuestiones se obtienen cinco subescalas que se corresponden con cinco roles principales:

- Acosador, actor principal en la conducta de acoso.
- Ayudante o secuaz, estudiante que ayuda a acosar.
- Reforzador, quien apoya al que acosa.
- Defensor, protege al acosado.
- Observador, se mantiene al margen de la situación de acoso.

Los resultados que encontraron los investigadores indicaban una mayor participación de los chicos que de chicas en la dinámica de acoso escolar, tanto de acosadores como de acosados.

  • De especial relevancia para la comprensión del fenómeno es el conocido como “círculo del acoso” (Olweus, 1993).

Respecto al posicionamiento tomado por el grupo ante las situaciones de acoso escolar, en nuestro país, los resultados obtenidos en el Estudio Estatal de la Convivencia Escolar (Ministerio de Educación, 2010), realizado con una muestra de 22.100 adolescentes de 12 a 17 años, en Educación Secundaria Obligatoria, permiten delimitar cómo se posicionan los adolescentes ante la violencia así como la posibilidad de detectar situaciones de riesgo a partir de dicha posición.

Ante la pregunta ¿cuál es el papel que sueles desempeñar cuando insultan o pegan a un compañero o a una compañera?, pidiendo al estudiante que se sitúe en una de las siete posiciones que se reflejan en el gráfico, se observó que:

  • Intervenía para detener la agresión o cree que deberían hacerlo: el 80,2%. La mayoría de los adolescentes, el 68,1%,  intervenía para detener la violencia: el 36,3% aunque no sea amigo de la víctima (la posición más opuesta a la violencia), y el 31,8% cuando existía dicho vínculo. El 12,1% de estudiantes cree que debería intervenir pero no lo hace. En esta posición suelen estar los adolescentes que rechazan la agresión pero no se atreven a detenerla por carecer del poder suficiente dentro del grupo para conseguirlo sin miedo a convertirse en víctima.
  • Se mostraron indiferentes ante la violencia: el 12.9%  Dentro de esta posición se incluyen un 10,9% de indiferentes claros respecto a la violencia (“no hago nada, no es mi problema”) y un 3% que afirma “no participo, pero tampoco me parece mal lo que hacen”, expresando con ello cierta justifican la violencia.
  • Participaban en la agresión: el 6%,  incluyendo tanto a los que la lideran (“participo dirigiendo al grupo: 4,3%) como a los que les siguen (“me meto con él o con ella lo mismo que el grupo”: 1,7%).

...

...