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Visor

Don Pedro Puig Adam

Biografía

Don Pedro Puig AdamPedro Puig Adam nació en Barcelona el 12 de mayo de 1900. Empezó a estudiar Ingeniería Industrial y Ciencias Exactas en Barcelona, finalizando en 1921 en Madrid la carrera de Matemáticas con un doctorado sobre Resolución de algunos problemas elementales en Mecánica Relativista Restringida. En 1926 ganó la cátedra del Instituto San Isidro, donde fue profesor de D. Juan de Borbón, futuro Conde de Barcelona, y luego con posterioridad lo sería de sus hijos, D. Juan Carlos, actual rey de España, y D. Alfonso, quien falleció en Estoril.

En 1931 acabó los estudios de Ingeniería Industrial, siendo profesor de Cálculo de la Escuela de Ingeniería Industrial desde 1934 hasta su muerte. A partir de 1928 inició una colaboración con su maestro Julio Rey Pastor, que les llevó a la publicación de una treintena de obras didácticas, en el intento de contribuir a la renovación de la enseñanza de las Matemáticas en España. Gracias a esta colaboración, logró entablar contacto con el doctor Estalella, fundador del Institut-Escola en los tiempos de la IIª República. La máxima de esta institución "Formar hombres buenos, y a poder ser ... sabios" entraría a formar parte esencial del devenir didáctico de don Pedro.

Se consideraba discípulo de Antonio Torroja y Esteban Terradas, aparte del ya citado Julio Rey Pastor, y mantuvo relación con la práctica totalidad de los artífices y grupos de más avanzadas ideas sobre la didáctica matemática de la Europa de los años cincuenta: Gattegno, Fletcher, Servais, Castellnuovo, Campedelli, la Asociación para el Estudio y Mejora de la Enseñanza de las Matemáticas, siendo más reconocida su labor en el extranjero que en su propio país.

Además de insigne matemático e ingeniero, fue un notable compositor, pintor y poeta, abogando por un nuevo "hombre renacentista", alguien que siendo de ciencias o de letras tenga sensibilidad para la belleza y para el razonamiento lógico. Desde 1950 perteneció a la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, habiendo recibido las Encomiendas de la Orden del Mérito Civil y de Alfonso X el Sabio por sus muchos méritos.

El 12 de enero de 1960 falleció en Madrid, siendo sepultado en la Sacramental de San Isidro.

Obras

AnagramaPedro Puig Adam, hombre enamorado de la Matemática, pretendió que aquello que "ha constituido, tradicionalmente la tortura de los escolares del mundo entero" dejara de serlo. Su mejor contribución es su obra, en la que encontramos libros de texto de Bachillerato, obras sobre didáctica, de Matemáticas superiores, de divulgación matemática (Colección Elemental Intuitiva y Colección Racional), conferencias y colaboraciones en libros sobre la enseñanza de las Matemáticas. Hay que señalar que la mayor parte de dicha obra está escrita en colaboración con el gran matemático Julio Rey Pastor.

  • Matemáticas para Bachillerato. Plan 1938
  • Matemáticas. Plan 1957
  • Metodología y Didáctica de la Matemática Elemental
  • Didáctica Matemática heurística
  • El material didático matemático actual
  • Ampliación de Matemáticas Curso Preuniversitario
  • La Matemática y su enseñanza actual
  • Complementos de Aritmética y Álgebra
  • Geometría Métrica
  • Cálculo Integral
  • Ecuaciones Diferenciales
  • Elementos de Geometría
  • Elementos de Aritmética
  • Complementos de Geometría
  • Lecciones de Aritmética
  • Nociones de Aritmética y Geometría
  • Matemáticas (método intuitivo)
  • Elementos de Aritmética Racional
  • Elementos de Geometría Racional (en dos tomos)
  • Álgebra y Trigonometría

Pedro aniversarioCentenario de su nacimiento

Queremos rendir homenaje a la persona de D. Pedro Puig Adam en el centenario de su nacimiento, recordando una de sus aportaciones didácticas dirigida a los profesores de Matemáticas, que enunciado en forma de decálogo, se publicó en la Gaceta Matemática 1a serie, tomo VII, números 5 y 6. Madrid 1955.

Decálogo del profesor de Matemáticas

  1. No adoptar una didáctica rígida, sino amoldarla en clase en cada caso al alumno, observándole constantemente.
  2. No olvidar el origen concreto de la Matemática, ni los procesos históricos de su evolución.
  3. Presentar la Matemática como una unidad en relación con la vida natural y social.
  4. Graduar cuidadosamente los planos de abstracción.
  5. Enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno.
  6. Estimular la actividad creadora, despertando el interés directo y funcional hacia el objetivo del conocimiento.
  7. Promover en todo lo posible la autocorrección.
  8. Conseguir cierta maestría en las soluciones antes de automatizarlas.
  9. Cuidar que la expresión del alumno sea traducción fiel de su pensamiento.
  10. Procurar que todo alumno tenga éxitos que eviten su desaliento.

Breve comentario a la "APOLOGÍA de la INUTILIDAD"

Sirvan estas líneas como resumen del discurso de D. Pedro Puig Adam en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, de la que era profesor, con ocasión de la entrega de los títulos académicos a los ingenieros industriales de la promoción de 1944-1945.

El título del discurso ya es provocador en sí, "Apología de la Inutilidad" , leído en una de las cunas de la "utilidad", un escuela de Ingenieros, de naturaleza eminentemente práctica.

Pone D. Pedro, con muy buen criterio inglés, la anécdota de la forma más eficaz de guardar un secreto para un intelectual, con lo que logra atraer la atención de su audiencia y por el tono y el contenido parece ser que los mantendrá expectantes durante toda la exposición. Una vez conseguido el primer objetivo, pasa directamente al núcleo de su exposición: las matemáticas que desde un principio han servido como base de tantas otras disciplinas y que por sí mismas han construido una disciplina autónoma, en principio teórica, pero como demuestra e ilustra con ejemplos, son la base, el origen, el substrato de múltiples descubrimientos, innovaciones y desarrollos teóricos y prácticos. Habría que hablar de Apolonio, Kepler, Newton, Laplace , Einstein , ….. cuyas obras y descubrimientos están en la mente de todos.

Resume su exposición con la aseveración de que no se puede condenar ningún conocimiento como inútil, y menos a perpetuidad. Destaca a modo de conclusión que "Los únicos conocimientos que jamás se aplican son los que no se tienen". Cuantos más conocimientos se adquieran, mayor riqueza de útiles hallaremos en nuestro taller intelectual, mayores posibilidades tendremos echando mano del útil adecuado en cada caso.

Es absurdo, entonces, presentar la teoría en antagonismo con la práctica. Disfrutemos, pues, de los conocimientos teóricos y considerémonos afortunados de haber tenido un maestro con una vocación didáctica y de investigación por las matemáticas como D. Pedro Puig Adam.

Getafe, 12 de Mayo de 2000.