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Strange y Antistrange

strange

Aunque las primeras partículas strange, los kaones, se habían descubierto ya entre 1947 y 1951, un primer paso en la teoría que llevaría a la situación actual se dio en 1961, por una parte por el físico estadounidense M. Gell-Mann (Premio Nobel en 1969), y por otra e independientemente por su colega israelí el físico teórico Y. Ne'eman. El avance siguiente llegaría en 1964, de nuevo de forma independiente, a cargo del propio M. Gell-Mann y, esta vez, el físico ruso-estadounidense G. Zweig: postularon la existencia del quark strange propiamente dicho (junto con las de los quarks up y down) para explicar el esquema de clasificación de hadrones en ocho partes, el antecesor del modelo de quarks posterior. Sin embargo, la primera prueba de la existencia de estos tres primeros quarks llegó en 1968, en el Stanford Linear Accelerator Center (SLAC, en California).

En efecto, se trataba de explicar la enorme variedad (hasta varias docenas) de hadrones observados hasta dicho año 1964, los cuales no podrían existir sólo con combinaciones de quarks up (arriba) y down (abajo). De hecho, su abreviatura oficial, s, en un principio se debía seguramente a la inicial del término inglés sideways (de lado), referido a su isoespín, en contraposición al de arriba y abajo. Pero más tarde recibiría el nombre actual, strange (extraño) convenientemente con la misma letra inicial, porque forma parte de lo que se conocían entonces como partículas extrañas, que tenían una vida media "extrañamente" superior a la esperada.

Este quark dota a los hadrones que forma de un número cuántico llamado, como era de esperar, strangeness (extrañeza), concepto desarrollado, antes del propio descubrimiento mediante acelerador, por el mencionado M. Gell-Mann (ya en 1953) y su colega japonés K. Nishijima (en 1955), los cuales darían lugar a la fórmula que lleva su nombre y que trata de explicar esa extrañeza.

Se utiliza aquí, por razones de conveniencia, el término inglés, aunque actualmente se utiliza también la denominación españolizada alternativa cuark extraño.

antistrange

Como todas las partículas elementales, el quark strange tiene una antipartícula correspondiente, con la misma masa y el mismo espín, pero con carga opuesta, que es este antistrange. Un nombre alternativo que también se usa es antiquark strange.

En general, el nombre de estas partículas no es más que el resultado de añadir el prefijo anti- (que significa contrario, transliterado del griego ἀντι-, con el mismo sentido) al nombre de la partícula “normal” que se da en la materia con la que interactuamos normalmente.

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