Palabras de Francisco Ayala
En esta fase final de mi prolongadísima vida durante la cual he recibido tantas muestras de la general benevolencia, llega a mí este cordial homenaje, tan estimado y agradecido, de quienes puedo considerar muy próximos a la primera fase de mi trayectoria vital, devolviéndome a la memoria los años juveniles cuando yo mismo me acercaba a las aulas y recibía las enseñanzas de mis mayores; y de esto hace ya nada menos que todo un siglo, en un mundo bien distinto por cierto del actual.
Haber decidido su equipo directivo honrarme dando mi nombre a este institución docente, que agrupa a muchachos tan jóvenes bajo las enseñanzas de profesores no demasiado mayores que ellos mismos, me restituye en la memoria a una época en la que vuelvo a verme vicariamente en circustancias parejas a las suyas.
No hace falta decir más para que resalte la gratitud y la emoción con la que asisto a esta inauguración oficial del Instituto de Enseñanza Secundaria Francisco Ayala en Hoyo de Manzanares.
Madrid, 29 de mayo de 2007